No obstante, ha marcado distancias ante una posible abstención para facilitar la formación del nuevo Ejecutivo regional, al señalar que el Partido Socialista es la "alternativa" al PP y que no es su "socio de gobierno".
Así lo ha avanzado en su primera comparecencia ante la prensa tras el nombramiento de la Comisión Gestora que dirigirá al partido hasta el próximo Congreso Regional tras la dimisión de Miguel Ángel Gallardo como secretario general tras los malos resultados en las elecciones del pasado domingo, que ha estimado que podría celebrarse en mayo.
Entretanto, la gestora tomará decisiones inminentes, como la composición del grupo parlamentario o los diputados socialistas que entrarán en la Mesa de la Asamblea, al igual que tendrá que decidir sobre el sentido del voto de la investidura.
En este punto, Quintana no ha sido claro con respecto a la decisión que adoptarán los socialistas. Por un lado, señala que primero tiene que ser el partido que ha ganado las elecciones quien tome la iniciativa.
"Hay un partido que es el más votado y es el que tiene que tomar la iniciativa", ha dicho Quintana sobre el PP, al tiempo que ha añadido que "si ese partido considera que tiene una serie de socios prioritarios, pues lógicamente actuará en consecuencia".
Por parte de los socialistas, además de señalar que en los cometidos de la gestora no está "adoptar decisiones estratégicas de largo alcance", ha remarcado que tienen una "posición de alternancia" y que no son un "socio de gobierno" del PP.
"Somos la alternativa al Partido Popular. Por lo tanto, el Partido Popular es quien tiene que tomar ahora mismo la decisión", ha remarcado Quintana, quien además considera que sería un "absoluto fracaso" para María Guardiola que pidiera a los socialistas que le facilitaran la investidura.
Además de avanzar que los socialistas no se lo van a ofrecer, ya que "no tiene sentido" al no ser el partido que ha ganado las elecciones, ha insistido en que si finalmente Guardiola necesita al PSOE para gobernar, sería un "rotundo fracaso" para la dirigente 'popular'. "¿Para qué ha servido todo esto?", ha planteado en alusión a la celebración de las elecciones y al coste económico que conlleva para las arcas autonómicas.
En todo caso, lo que sí ha confirmado es que será él mismo, como presidente de la gestora, quien acuda a la llamada de Guardiola para negociar la posible investidura. "Si me llama, voy a ir", ha dicho, antes de apostillar que el PSOE es un partido "responsable".
MOTIVOS DE LA DEBACLE
Sobre los motivos por los que considera que el PSOE extremeño ha perdido más de 100.000 votos en las pasadas elecciones, en primer lugar ha situado por la abstención, que los socialistas les ha perjudicado "enormemente".
Asimismo, preguntado por las palabras de vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, respecto a que los resultados se deben en gran medida a la "situación concreta que se vivía en Extremadura a raíz de la imputación" de Miguel Ángel Gallardo, ha remarcado que está "de acuerdo" con las palabras de la dirigente socialista, que es "una persona relevante" en este partido.
En su primera comparecencia desde el nombramiento de la gestora, ha señalado que la función de este órgano provisional es garantizar la continuidad orgánica y política del partido hasta que la situación se normalice mediante la celebración de un congreso, que ha estimado que pueda celebrarse en mayo, y la elección democrática de una nueva dirección regional.
En este periodo, será esta gestora la que asume las funciones básicas de dirección como son la organización interna, la coordinación política y la representación institucional y administrativa del partido, de ahí que se encargará, por ejemplo, de nombrar la dirección del grupo parlamentario y de designar a los miembros de la mesa de la Asamblea.
Sin embargo, y si bien está en su cometido decidir el sentido del voto en la investidura de María Guardiola, ha remarcado que no le corresponde adoptar "decisiones estratégicas de largo alcance".
"No es nuestra función ni sería responsable hacerlo", ha apostillado, al tiempo que ha dicho que el reto principal es "estabilizar" el partido y preparar el proceso congresual, devolviendo la "normalidad democrática interna" y garantizando que sea la militancia quien designe su dirección.
"RESETEAR" EL PARTIDO SIN GRITOS NI TITULARES
Quintana ha insistido en este punto en que las bases del PSOE son "las dueñas del destino" de un partido que tras la derrota electoral ahora necesita "tranquilidad, calma y sosiego".
En este contexto, ha reconocido que se abre un proceso de "reflexión interna", el cual no se hace, ha advertido, "ni a gritos ni en titulares", sino que debe hacerse "con serenidad, con respeto y con trabajo".
"Ahora toca trabajar de puertas para adentro para poder salir de nuevo a la calle con un proyecto reconocible, creíble, útil y coherente para los extremeños y las extremeñas", ha afirmado. José Luis Quintana ha admitido que el PSOE de Extremadura ha perdido miles de votos en las últimas elecciones y, por tanto, ahora toca "resetear" el partido, así como ha señalado que en tiempos de cambio "la calma es imprescindible" y "la tranquilidad es la obligación".
El objetivo final es conseguir que la mayoría social de Extremadura vuelva a confiar en el PSOE, una tarea a la que hay que llegar "sin prisa pero sin pausa", con la "enorme responsabilidad que siempre ha guiado" a un partido que tiene "historia, valores y futuro".
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