'Operación Overdevil' contra España
El día 6 de junio de 1944, a las 6 de la mañana (obsérvese el más que sospechoso 666 del día y la hora), los aliados lanzaron la “Operación Overlord”, nombre en clave del desembarco de Normandía, el día “D” de la Segunda Guerra Mundial. El vocablo “overlord” puede traducirse como “dominar”, lo cual concuerda con el objetivo de la operación, que consistía en el dominio victorioso sobre el III Reich, aunque la palabra “lord” significa “Señor”, si se traduce por separado: chocante y esperpéntico que se asocie un 666 con Dios, ¿no es así?
El desembarco de Normandía empleó una ingente cantidad de recursos con el fin de someter a la Alemania de Hitler, y a ese hecho hay que remitir el significado de la palabra “over”, que en este contexto significa “mucho”, es decir, volcar sobre un hecho todos los recursos disponibles, que se han estado preparando y entrenando durante una etapa previa más o menos duradera.
Y si hay un “Overlord”, también puede haber un “Overdevil”, operación que consistiría en lanzar al demonio (“devil”) sobre un objetivo, con el fin de dominarlo, de derrotarlo, de destruirlo: justo esta “Operación” es lo que se proyectó en España desde el año 1975, la cual consistía en liberar sobre nuestra Patria una legión apabullante de demonios, con el encargo de infiltrarla, corromperla y, finalmente, destruirla.
Ha sido una operación minuciosamente preparada por los poderes infernales, que salieron en desbandada de las madrigueras sulfurosas en las que habían penado durante casi 40 años, tocando los tambores del llano, ejecutando asombrosos “poltergeists”, poseyendo a muchos políticos con sus poderosos íncubos y súcubos, entronizando a Bafomet en hemiciclos, logias y tertulias mediáticas, lobotomizando españolitos con sus cabalgatas walkirianas, succionando cerebros cada vez más planos, robando almas, creando nidos de separatas, de terroristas, de machos cabríos, de dirigentes con cucuruchos cavernarios.
Operación que anidó huevos de serpientes en la Constituta, que infectó con sus letales parásitos nuestra historia, y que ahora, en esta posespaña en almoneda, ha lanzado en tropeles incontenibles a los mejores pretorianos de Lucifer, con la orden definitiva de que el momento de recoger los cadáveres es éste, que es el momento “overdevil” de desmochar las torres de España, de arramblar sus muros, de desembarcar en nuestra Patria el aquelarre de las zambras de Monte Pelado.
Para eso han creado muchos monstruos, un sinfín de zombies, presididos por un personaje de inconcebible maldad, que no por ser un enfermo mental cum laude deja de ser un poseído por el Mal, diseñado con asombrosa y maligna perfección por los endriagos del inframundo.
Nos la tenían jurada desde hace muchos siglos, con el fin de vengarse de las innúmeras derrotas que los españoles hemos infligido a las hordas del Tártaro, con el fin de evitar que en un futuro muy cercano España vuelva a ser —como está profetizado— el martillo de herejes, la empaladora de los demonios, la Tierra de María, el Imperio donde no se pondrá el Sol, bajo la protección y guía de la Cruz más alta que vieron los siglos.
Porque, tras la “Operación Overdevil”, vendrá la “Operación OverEspaña”: lucharán como nunca, pero perderán como siempre.
Canal de Telegram: https://t.me/laureanobeni
Sitio web del autor: https://losultimostiempos.es/
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El desembarco de Normandía empleó una ingente cantidad de recursos con el fin de someter a la Alemania de Hitler, y a ese hecho hay que remitir el significado de la palabra “over”, que en este contexto significa “mucho”, es decir, volcar sobre un hecho todos los recursos disponibles, que se han estado preparando y entrenando durante una etapa previa más o menos duradera.
Y si hay un “Overlord”, también puede haber un “Overdevil”, operación que consistiría en lanzar al demonio (“devil”) sobre un objetivo, con el fin de dominarlo, de derrotarlo, de destruirlo: justo esta “Operación” es lo que se proyectó en España desde el año 1975, la cual consistía en liberar sobre nuestra Patria una legión apabullante de demonios, con el encargo de infiltrarla, corromperla y, finalmente, destruirla.
Ha sido una operación minuciosamente preparada por los poderes infernales, que salieron en desbandada de las madrigueras sulfurosas en las que habían penado durante casi 40 años, tocando los tambores del llano, ejecutando asombrosos “poltergeists”, poseyendo a muchos políticos con sus poderosos íncubos y súcubos, entronizando a Bafomet en hemiciclos, logias y tertulias mediáticas, lobotomizando españolitos con sus cabalgatas walkirianas, succionando cerebros cada vez más planos, robando almas, creando nidos de separatas, de terroristas, de machos cabríos, de dirigentes con cucuruchos cavernarios.
Operación que anidó huevos de serpientes en la Constituta, que infectó con sus letales parásitos nuestra historia, y que ahora, en esta posespaña en almoneda, ha lanzado en tropeles incontenibles a los mejores pretorianos de Lucifer, con la orden definitiva de que el momento de recoger los cadáveres es éste, que es el momento “overdevil” de desmochar las torres de España, de arramblar sus muros, de desembarcar en nuestra Patria el aquelarre de las zambras de Monte Pelado.
Para eso han creado muchos monstruos, un sinfín de zombies, presididos por un personaje de inconcebible maldad, que no por ser un enfermo mental cum laude deja de ser un poseído por el Mal, diseñado con asombrosa y maligna perfección por los endriagos del inframundo.
Nos la tenían jurada desde hace muchos siglos, con el fin de vengarse de las innúmeras derrotas que los españoles hemos infligido a las hordas del Tártaro, con el fin de evitar que en un futuro muy cercano España vuelva a ser —como está profetizado— el martillo de herejes, la empaladora de los demonios, la Tierra de María, el Imperio donde no se pondrá el Sol, bajo la protección y guía de la Cruz más alta que vieron los siglos.
Porque, tras la “Operación Overdevil”, vendrá la “Operación OverEspaña”: lucharán como nunca, pero perderán como siempre.
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