Jueves, 18 de Diciembre de 2025

Actualizada Jueves, 18 de Diciembre de 2025 a las 21:17:04 horas

Manuel Sánchez
Lunes, 03 de Noviembre de 2025
Remitido

Madrid se consolida como la capital del bienestar: Crece la demanda de productos de autocuidado y salud sexual

En los últimos años, la ciudad de Madrid ha experimentado un cambio significativo en la forma en que sus ciudadanos entienden el cuidado propio. El ritmo de vida acelerado, la presión laboral, el estrés cotidiano y el deseo cada vez más explícito de bienestar integral han impulsado una tendencia clara hacia el autocuidado físico y mental. En ese contexto, la salud sexual se ha convertido en un pilar ineludible del bienestar personal, dejando de ser un tabú para transformarse en tema habitual de conversación y elección activa.

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Este cambio de paradigma se ve reflejado en las estadísticas: un estudio de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP) señala que un 41,6 % de los españoles identifican la comunicación abierta con la pareja como prioridad para cuidar su salud sexual. Al mismo tiempo, un 26,3 % admite no realizar ninguna práctica de autocuidado relacionada con la salud sexual. Es decir: la conciencia crece, pero el nivel de acción aún tiene recorrido. 
 
Como resultado, ha crecido de forma notable el interés por productos que antes eran considerados tabú, y la compra online de juguetes para adultos se ha convertido en una práctica habitual para un público amplio que busca calidad y discreción. 
 
A través del programa de Madrid Salud para salud sexual y reproductiva se ofrece información rigurosa y personalizada a adolescentes, jóvenes, colectivos LGBTIQ+ y personas en situación de vulnerabilidad, lo que refleja que la institucionalización del autocuidado sexual como parte del bienestar ya es una realidad urbana. 
 
Mientras tanto, la demanda de productos vinculados al autocuidado sexual ha experimentado un crecimiento paralelo al cambio cultural. Lo que hace apenas una década podría considerarse marginal (juguetes para adultos, productos de bienestar íntimo, lubricantes de alta gama o dispositivos inteligentes de salud sexual) se ha convertido en una elección cada vez más normalizada entre un público amplio que busca calidad, discreción y —por qué no— placer como parte de ese bienestar integral.
 
En este contexto, el comercio electrónico juega un papel clave. Tiendas online que operan desde Madrid han ganado protagonismo al ofrecer acceso fácil, discreto y especializado a catálogos amplios. Un buen ejemplo es la web Belover, que desde su base en la ciudad ofrece envío rápido y envases sin identificación explícita para facilitar la privacidad. En su apartado de productos eróticos se recoge una oferta que va desde lo básico hasta dispositivos avanzados de bienestar íntimo.
 
El auge de estas compras responde a varios factores convergentes. Primero, la alfabetización digital creciente hace que los consumidores se sientan más cómodos buscando y adquiriendo productos online en ámbitos antes “reservados”. Segundo, la normalización del discurso sobre la sexualidad —como derecho, como placer y como componente de la salud mental— ha hecho que dejar de comprar “por vergüenza” sea menos frecuente. Tercero, la urbanización y el estilo de vida madrileño favorecen el e-commerce: la movilidad reducida en horas punta, los horarios exigentes y el deseo de discreción hacen del canal online una elección lógica.
 
Por poner un ejemplo, la experiencia de usuario importará tanto como la usabilidad del e-commerce: packaging discreto, métodos de pago flexibles, políticas claras de devolución y contenido que normalice el uso y la compra de estos productos para un público que no es de nicho exclusivo, sino generalista urbano con poder adquisitivo medio-alto. Y aquí Madrid saca ventaja: al ser una ciudad con población diversa, internacionalizada, con alto grado de conexión digital y acostumbrada a servicios “premium sin etiqueta”, el entorno está alineado con este tipo de oferta.
 
Los datos del estudio de la anefp también respaldan la dirección: el informe muestra que la autopercibida buena o muy buena salud en Madrid alcanza el 80,6 % de la población. Esto indica que los madrileños tienen expectativas elevadas sobre su salud global y, por tanto, sobre los productos y servicios que la complementan. Si se considera que la salud sexual forma parte de ese todo, queda claro que invertir en ella es coherente con el perfil del consumidor local.
 
Otro factor relevante es el auge del bienestar como estilo de vida más que como remedio. Lo que antes se reservaba para episodios puntuales de autocuración (masaje, spa, dieta) ahora se convierte en rutina preventiva: ejercicios, meditación, alimentación consciente, dispositivos wearables, y sí, también artículos de bienestar íntimo. En Madrid este comportamiento está más avanzado que en muchas otras regiones, porque la densidad de oferta, la cultura urbana y la conectividad lo favorecen.
 
Esto no significa que todo sea fácil: los tabúes aún están presentes. El mismo estudio de la anefp señala que solo el 8,8 % de la población declara realizarse pruebas de infecciones de transmisión sexual (ITS) como práctica de autocuidado sexual. Esa cifra, aunque baja, indica que la compra de productos no es el único motor: la educación, la prevención y la acción sanitaria juegan papeles esenciales. Por tanto, el sector del autocuidado sexual debe avanzar en tres frentes: producto (calidad), comunicación (normalización) y prevención (salud pública y educación).
 
Desde la óptica del comercio electrónico especializado en este segmento, el reto ahora es vincular el producto físico con los valores de bienestar emocional, salud íntima, ecología y sostenibilidad. En Madrid, la sensibilidad hacia productos “eco”, “bio” o diseño premium es alta. Las marcas que ofrecen juguetes para adultos con materiales seguros, diseño cuidado, funcionalidad tecnológica o packaging discreto logran conectar mejor con el público que busca algo más que lo básico.
 
En resumen, la capital española vive una coyuntura favorable para este tipo de oferta: un consumidor urbano informado, una infraestructura digital avanzada, una cultura que avanza en la normalización del bienestar íntimo y una demanda creciente. En ese escenario, tiendas como Belover juegan un papel estratégico al ofrecer precisamente lo que ese consumidor madrileño espera: accesibilidad, discreción, catálogo amplio y compra tranquila desde el sofá de casa.
 
El salto hacia la compra online de juguetes para adultos no es solo una cuestión de conveniencia, sino de alineamiento con ese enfoque integral de salud y bienestar que Madrid está viviendo. La ciudad no sólo se mueve rápido en el trabajo y el ocio, sino también en la forma de cuidarse.
 
El desafío para las marcas y tiendas: mantenerse en sintonía con ese movimiento, comunicar sin vergüenza, gestionar calidad y privacidad, y optimizar para el usuario urbano que ya no busca solo “el juguete”, sino “la experiencia”.
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