El asesor financiero, la figura clave detrás de la satisfacción de los clientes de Banco Mediolanum

 

En un momento en que las gestiones financieras pasan por una pantalla, Banco Mediolanum sigue aportando valor con algo que define a su modelo de asesoramiento financiero personalizado: la escucha activa.

 

Así lo avala el último estudio de satisfacción de la consultora independiente Stiga, que  vuelve a situar a la entidad en lo más alto, con una media de 8,36 sobre 10. Detrás de ese resultado hay algo muy concreto: la cercanía y el empeño diario de quienes acompañan a cada cliente en sus decisiones financieras, los Family Bankers.

 

 

Seis años seguidos en el primer puesto no son casualidad. Hay aspectos que contribuyen a una buena experiencia de usuario como una buena app o soluciones competitivas adaptadas a las necesidades del cliente. Pero si algo marca la diferencia es sentir que al otro lado hay alguien que te escucha, que entiende tus objetivos y tu manera de ver el dinero.

 

En Banco Mediolanum, esa figura tiene nombre propio: los Family Bankers. Según el estudio de Stiga, el asesor financiero de la entidad alcanza una puntuación de 9,09 sobre 10, muy por encima de la media del sector.

 

La clave de su éxito es una relación basada en la confianza, la empatía y una planificación pensada para cada persona.

 

 

Por encima de cualquier cosa, el Family Banker acompaña a cada persona en todas las etapas de su vida. Es una pieza clave en la planificación de sus objetivos financieros, y está para ajustar la estrategia o cuándo llega un cambio importante. Su labor va mucho más allá de proponer productos: escucha, orienta y está presente.

 

Esa cercanía explica que el 38,3 % de los clientes se declare “comprometido” con la entidad, frente al 23,7 % de la media del sector bancario, según el estudio de Stiga. Además de satisfacción, hablamos de vínculo, de confianza y de relaciones que se mantienen con el tiempo.

 

“Los clientes no buscan discursos, buscan claridad y alguien que les entienda”, resumen desde la entidad.

 

 

Mientras el sector se automatiza, Banco Mediolanum insiste en mantener el contacto humano. Su filosofía mezcla tecnología y cercanía a partes iguales. Además de impulsar y proteger las finanzas personales, se trata de acompañar proyectos de vida, de ayudar a las personas a alcanzar sus metas con calma y seguridad.

 

Esa filosofía ha convertido a la entidad en una de las que más fidelidad genera en España. La satisfacción no se mide solo con cifras: se nota en la confianza, en las conversaciones y en la tranquilidad de saber que hay alguien al otro lado.

 

 

El reconocimiento de Stiga es más que un reconocimiento: es la prueba de que su forma de hacer banca funciona desde hace 25 años en España. Banco Mediolanum marca la diferencia pensando en un vínculo a largo plazo: relaciones que duran, escucha real y comunicación honesta.

 

Seis años después, sigue arriba. Y demuestra que, incluso en plena era digital, la banca más moderna sigue siendo la más humana.