Natalia Plazas - France 24
Martes, 07 de Octubre de 2025
Se cumplen dos años de guerra en Gaza
¿Qué pasó el 7 de octubre?: el inédito ataque contra Israel que desató el infierno en Gaza
Hamás y otros grupos armados palestinos lanzaron un ataque sorpresa en el que unas 1.200 personas fueron asesinadas y 251 secuestradas
Los ataques más mortíferos de la historia de Israel han dejado una profunda herida dentro de la sociedad israelí. En la mañana del 7 de octubre de 2023, el grupo palestino islamista Hamás, apoyado por otros grupos armados palestinos, lanzó un ataque sorpresa en el que unas 1.200 personas fueron asesinadas y 251 secuestradas. Además, dejó una sensación de vulnerabilidad a gran parte de la población de Israel.
El ataque que desató la guerra en Gaza, hace dos años, tuvo lugar en una fecha altamente simbólica para ambas partes: para los judíos, era la fiesta de Simjat Torá, y para los grupos palestinos, un día después del aniversario del inicio de la guerra de Yom Kippur, cuando Egipto y Siria atacaron a Israel para recuperar los Altos del Golán.
El asalto, que se cree que había estado planeado desde por lo menos dos años antes, ha quedado registrado en videos que grabaron los militantes de Hamás. Los milicianos partieron desde Gaza temprano en la mañana con motocicletas y otros vehículos cargados de armamento; otros iban en lanchas, bordeando la costa de Israel, o incluso por aire, cayendo en paracaídas en un territorio israelí que hace menos de un siglo era palestino. Para esa hora, muchos otros miembros de Hamás lanzaban cohetes de forma masiva sobre Israel.
Atacaron torres de control; con retroexcavadoras y explosivos se abrieron paso en el muro que divide Israel de Gaza, altamente custodiado en condiciones normales por el Ejército israelí, que, sin embargo, para esas fechas se había desplegado mayormente en Cisjordania.
Los kibuts y la tragedia del 'Tribe of Nova'
Muchos kibutz, como se llama a las comunidades rurales israelíes cerca de la frontera, que estaban menos protegidas, fueron las más golpeadas.
Ese fue el caso del Kibutz Nir Oz, en el sur de Israel. Allí los militantes de Hamás entraron y quemaron viviendas, mataron a muchos de sus habitantes y a otros los tomaron como rehenes y se los llevaron a Gaza.
Las hostilidades se repitieron en otros kibutz: Be'eri, Nahal Oz, Kfar Azza, Nir Oz, Netiv Ha'asara, Sufa…
Otro de los lugares en los que se vivió la tragedia fue en el Festival de música en Re’im, conocido como 'Tribe of Nova', donde multitudes de jóvenes bailaban al aire libre. Los militantes de Hamás se encontraron con el festival en su incursión hacia el interior del territorio israelí y mataron a muchas personas presentes y a otras las tomaron como rehenes.
La ciudad de Sederot, también muy cercana a la Franja de Gaza, fue una de las localidades más afectadas con ataques directos de militantes y posteriormente enfrentamientos con el Ejército de Israel.
La mayor parte de las víctimas mortales de la jornada, 1.189, y de los 251 rehenes eran civiles, aunque también hubo militares.
Los crímenes contra la población civil
Son varias las organizaciones internacionales que investigaron y han documentado los crímenes llevados a cabo por Hamás y otros grupos armados durante el ataque.
Según un informe de Human Rights Watch, Hamás, junto a la Yihad Islámica y al menos otros dos grupos armados palestinos, llevaron a cabo múltiples crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra la población civil israelí el 7 de octubre de 2023.
Según la organización, cometieron “numerosas violaciones de las leyes de la guerra que constituyen crímenes de guerra, incluidos ataques contra civiles y bienes de carácter civil; homicidio intencionado de personas bajo custodia; tratos crueles y otros tratos inhumanos; delitos de violencia sexual y de género; toma de rehenes; la mutilación y el despojo de los cuerpos; uso de escudos humanos; y pillaje y saqueo”.
Un informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos de Naciones Unidas también determinó que “Hamás y otros grupos armados palestinos, así como civiles palestinos que participaban directamente en las hostilidades, mataron deliberadamente, hirieron, maltrataron, tomaron rehenes y cometieron violencia sexual y de género contra civiles, incluidos ciudadanos israelíes y extranjeros”.
El informe también determinó que había identificado patrones indicativos de violencia sexual en varios de los lugares donde se registraron los ataques y que estos que se habían producido, especialmente, contra mujeres israelíes.
El Ejército israelí también fue señalado de atacar a la propia población civil de Israel durante los ataques de Hamás, disparando contra viviendas y causando explosiones y muertes, o disparando directamente contra civiles que estaban siendo detenidos.
La Comisión Internacional e Independiente de Investigación de los Territorios Palestinos aseguró que el Ejército israelí había aplicado la ‘doctrina Aníbal', que tiene como base el principio de que Israel prefiere “tener muertos que rehenes en manos del enemigo”, explica Federico Bauckhage, especialista en Seguridad Internacional y profesor de Relaciones Internacionales (UCA).
“Si se ve que el enemigo está tomando rehenes y no hay posibilidad de rescatarlos es preferible atacar y matar tanto a los secuestradores como a sus rehenes”, agrega, explicando la lógica de esta doctrina. Sin embargo, esta práctica era documentada para militares, pero no se había utilizado contra civiles.
El experto en seguridad también puntualiza que a las semanas que siguieron al ataque se detonó una gran desinformación y “un gran esfuerzo de propaganda” con noticias falsas “como historias de niños torturados y masacrados o historias de violaciones o violencia sexual nivel masivo y sistemático” que luego resultaron ser falsas. Fue el caso de una noticia que afirmaba que 40 bebés habían sido decapitados.
Críticas a la respuesta
Tras los ataques, el propio Ejército israelí admitió haber tenido fallas graves en cuanto a la preparación y no haber estado listo para un ataque de dimensiones masivas como el planificado por Hamás, así como "falta de coordinación"; a la vez que se supo que tanto la inteligencia israelí como Egipto habían informado que el grupo islamista se preparaba para un ataque.
Si bien durante las horas, días, semanas y meses previos, hubo “señales” o advertencias de movimientos inusuales por parte de Hamás, con ejercicios militares previos al ataque, el Ejército israelí no consideró que debía actuar al respecto de manera prioritaria.
El informe de la Comisión de Naciones Unidas también determinó que las autoridades israelíes “no protegieron a los civiles en el sur de Israel en casi todos los frentes” y señala el hecho de que no desplegara rápidamente fuerzas suficientes para proteger a la población civil y evacuarla.
También se reportaron retrasos de horas para que fuerzas militares se hicieran presentes en algunas comunidades que estaban siendo atacadas. Si bien el ataque a gran escala se inició sobre las 06.30 de la mañana con lanzamientos de cohetes y las primeras incursiones, hasta las 13:00 el Ejército no comenzó a tomar el control en algunas de las zonas afectadas, según algunos reportes de prensa.
Justamente la actuación del Ejército israelí generó muchos interrogantes respecto a su falta de previsiones y a su lenta respuesta.
“El hecho de que tanta información haya sido desconocida con anticipación y el hecho de que esto haya resultado muy conveniente para el Gobierno de Netanyahu que recordemos es un primer ministro con una coalición no muy sólida de que estuvo a punto de perder el Gobierno varias veces, esto lleva a muchas personas a mirar esto con una mirada conspirativa y decir ‘tal vez sabían que el ataque se venía y lo dejaron suceder para generar cohesión nacional y salvar al gobierno’”, explica Bauckhage. Para el profesor, “qué sabía y cuánto sabía el Gobierno de Netanyahu inmediatamente antes del ataque” continúa siendo una incógnita.
Y, tras dos años de estos brutales ataques, todavía hay quien se pregunta qué motivó a Hamás a llevar a cabo estos ataques. Para el profesor Bauckhage, la respuesta está en años en que Hamás estaba viendo cómo Israel comenzaba a normalizar sus relaciones diplomáticas con países del mundo árabe con los Acuerdos de Abraham y se estaba empezando a ver abandonado por sus protectores.
“Hamás dio marcha adelante a este ataque para volver a poner la cuestión palestina y la ocupación israelí en el centro de la agenda”, indica, “lo que tal vez no calcularon fue el nivel de rienda suelta que Estados Unidos y el mundo le iba a dar a Israel al momento de ejercer sus represalias”, asegura, en referencia a los dos años de brutales ataques a Gaza, calificados de genocidio ya por muchos gobiernos e investigados como tal por la Corte Internacional de Justicia.
Para Moisés Garduño García, experto en asuntos de Medio Oriente y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, los motivos del ataque hay que buscarlos en los años y décadas anteriores y se originaron “en la ilegalidad de la ocupación israelí” de los Territorios Palestinos. “La respuesta está en la declaración del secretario general de la ONU, António Guterres, cuando mencionó en 2023 que ‘el 7 de octubre debía contextualizarse en los años de ocupación militar israelí’, dijo en entrevista con France 24.
Una percepción que ha cambiado
Si bien múltiples líderes occidentales apoyaron a Israel en lo que en su momento llamaron “su derecho a defenderse” de Hamás, e incluso mandatarios como el presidente francés Emmanuel Macron o el británico Keir Starmer mantuvieron esta retórica más allá del primer año de guerra, cada vez más países son los que catalogan de desproporcionada la respuesta de Israel en su supuesta represalia a Hamás, que se ha convertido en una masacre de la población con más de 66.000 personas muertas, una población en hambruna y un territorio destruido.
Bauckhage indica sin embargo que esta percepción no es la misma en el interior de Israel. “La sociedad israelí se sigue viendo injustamente victimizada”, dice, e indica que esto influye en su percepción de la guerra en Gaza y las acciones de sus soldados. “Depende de la pregunta que se haga, gran parte de la población está dispuesta a justificar atrocidades y crímenes de guerra cometidos por su Ejército", señala el experto.
Según una encuesta del Instituto para la Democracia de Israel realizada en julio, el 79% de los israelíes judíos preguntados sobre hasta qué punto estaban personalmente preocupados por los informes sobre hambruna y sufrimiento entre la población palestina en Gaza dijeron que no estaban muy preocupados o que no estaban preocupados en absoluto.
A dos años del peor ataque a la población israelí y con una herida aún abierta, siguen siendo muchas las incógnitas sobre la actuación de Hamás y de Israel, mientras las familias de los secuestrados siguen pidiendo que se llegue a un acuerdo para su retorno (en vida o muerte) y la represalia de Netanyahu a Hamás continúa matando civiles inocentes del otro lado de la frontera.
![[Img #165228]](https://madridpress.com/upload/images/10_2025/3013_ataque-7-octubre.jpeg)
El ataque que desató la guerra en Gaza, hace dos años, tuvo lugar en una fecha altamente simbólica para ambas partes: para los judíos, era la fiesta de Simjat Torá, y para los grupos palestinos, un día después del aniversario del inicio de la guerra de Yom Kippur, cuando Egipto y Siria atacaron a Israel para recuperar los Altos del Golán.
El asalto, que se cree que había estado planeado desde por lo menos dos años antes, ha quedado registrado en videos que grabaron los militantes de Hamás. Los milicianos partieron desde Gaza temprano en la mañana con motocicletas y otros vehículos cargados de armamento; otros iban en lanchas, bordeando la costa de Israel, o incluso por aire, cayendo en paracaídas en un territorio israelí que hace menos de un siglo era palestino. Para esa hora, muchos otros miembros de Hamás lanzaban cohetes de forma masiva sobre Israel.
Atacaron torres de control; con retroexcavadoras y explosivos se abrieron paso en el muro que divide Israel de Gaza, altamente custodiado en condiciones normales por el Ejército israelí, que, sin embargo, para esas fechas se había desplegado mayormente en Cisjordania.
Los kibuts y la tragedia del 'Tribe of Nova'
Muchos kibutz, como se llama a las comunidades rurales israelíes cerca de la frontera, que estaban menos protegidas, fueron las más golpeadas.
Ese fue el caso del Kibutz Nir Oz, en el sur de Israel. Allí los militantes de Hamás entraron y quemaron viviendas, mataron a muchos de sus habitantes y a otros los tomaron como rehenes y se los llevaron a Gaza.
Las hostilidades se repitieron en otros kibutz: Be'eri, Nahal Oz, Kfar Azza, Nir Oz, Netiv Ha'asara, Sufa…
Otro de los lugares en los que se vivió la tragedia fue en el Festival de música en Re’im, conocido como 'Tribe of Nova', donde multitudes de jóvenes bailaban al aire libre. Los militantes de Hamás se encontraron con el festival en su incursión hacia el interior del territorio israelí y mataron a muchas personas presentes y a otras las tomaron como rehenes.
La ciudad de Sederot, también muy cercana a la Franja de Gaza, fue una de las localidades más afectadas con ataques directos de militantes y posteriormente enfrentamientos con el Ejército de Israel.
La mayor parte de las víctimas mortales de la jornada, 1.189, y de los 251 rehenes eran civiles, aunque también hubo militares.
Los crímenes contra la población civil
Son varias las organizaciones internacionales que investigaron y han documentado los crímenes llevados a cabo por Hamás y otros grupos armados durante el ataque.
![[Img #165229]](https://madridpress.com/upload/images/10_2025/4777_ataque-2.png)
Según un informe de Human Rights Watch, Hamás, junto a la Yihad Islámica y al menos otros dos grupos armados palestinos, llevaron a cabo múltiples crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra la población civil israelí el 7 de octubre de 2023.
Según la organización, cometieron “numerosas violaciones de las leyes de la guerra que constituyen crímenes de guerra, incluidos ataques contra civiles y bienes de carácter civil; homicidio intencionado de personas bajo custodia; tratos crueles y otros tratos inhumanos; delitos de violencia sexual y de género; toma de rehenes; la mutilación y el despojo de los cuerpos; uso de escudos humanos; y pillaje y saqueo”.
Un informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos de Naciones Unidas también determinó que “Hamás y otros grupos armados palestinos, así como civiles palestinos que participaban directamente en las hostilidades, mataron deliberadamente, hirieron, maltrataron, tomaron rehenes y cometieron violencia sexual y de género contra civiles, incluidos ciudadanos israelíes y extranjeros”.
El informe también determinó que había identificado patrones indicativos de violencia sexual en varios de los lugares donde se registraron los ataques y que estos que se habían producido, especialmente, contra mujeres israelíes.
El Ejército israelí también fue señalado de atacar a la propia población civil de Israel durante los ataques de Hamás, disparando contra viviendas y causando explosiones y muertes, o disparando directamente contra civiles que estaban siendo detenidos.
La Comisión Internacional e Independiente de Investigación de los Territorios Palestinos aseguró que el Ejército israelí había aplicado la ‘doctrina Aníbal', que tiene como base el principio de que Israel prefiere “tener muertos que rehenes en manos del enemigo”, explica Federico Bauckhage, especialista en Seguridad Internacional y profesor de Relaciones Internacionales (UCA).
“Si se ve que el enemigo está tomando rehenes y no hay posibilidad de rescatarlos es preferible atacar y matar tanto a los secuestradores como a sus rehenes”, agrega, explicando la lógica de esta doctrina. Sin embargo, esta práctica era documentada para militares, pero no se había utilizado contra civiles.
El experto en seguridad también puntualiza que a las semanas que siguieron al ataque se detonó una gran desinformación y “un gran esfuerzo de propaganda” con noticias falsas “como historias de niños torturados y masacrados o historias de violaciones o violencia sexual nivel masivo y sistemático” que luego resultaron ser falsas. Fue el caso de una noticia que afirmaba que 40 bebés habían sido decapitados.
Críticas a la respuesta
Tras los ataques, el propio Ejército israelí admitió haber tenido fallas graves en cuanto a la preparación y no haber estado listo para un ataque de dimensiones masivas como el planificado por Hamás, así como "falta de coordinación"; a la vez que se supo que tanto la inteligencia israelí como Egipto habían informado que el grupo islamista se preparaba para un ataque.
Si bien durante las horas, días, semanas y meses previos, hubo “señales” o advertencias de movimientos inusuales por parte de Hamás, con ejercicios militares previos al ataque, el Ejército israelí no consideró que debía actuar al respecto de manera prioritaria.
El informe de la Comisión de Naciones Unidas también determinó que las autoridades israelíes “no protegieron a los civiles en el sur de Israel en casi todos los frentes” y señala el hecho de que no desplegara rápidamente fuerzas suficientes para proteger a la población civil y evacuarla.
También se reportaron retrasos de horas para que fuerzas militares se hicieran presentes en algunas comunidades que estaban siendo atacadas. Si bien el ataque a gran escala se inició sobre las 06.30 de la mañana con lanzamientos de cohetes y las primeras incursiones, hasta las 13:00 el Ejército no comenzó a tomar el control en algunas de las zonas afectadas, según algunos reportes de prensa.
Justamente la actuación del Ejército israelí generó muchos interrogantes respecto a su falta de previsiones y a su lenta respuesta.
“El hecho de que tanta información haya sido desconocida con anticipación y el hecho de que esto haya resultado muy conveniente para el Gobierno de Netanyahu que recordemos es un primer ministro con una coalición no muy sólida de que estuvo a punto de perder el Gobierno varias veces, esto lleva a muchas personas a mirar esto con una mirada conspirativa y decir ‘tal vez sabían que el ataque se venía y lo dejaron suceder para generar cohesión nacional y salvar al gobierno’”, explica Bauckhage. Para el profesor, “qué sabía y cuánto sabía el Gobierno de Netanyahu inmediatamente antes del ataque” continúa siendo una incógnita.
Y, tras dos años de estos brutales ataques, todavía hay quien se pregunta qué motivó a Hamás a llevar a cabo estos ataques. Para el profesor Bauckhage, la respuesta está en años en que Hamás estaba viendo cómo Israel comenzaba a normalizar sus relaciones diplomáticas con países del mundo árabe con los Acuerdos de Abraham y se estaba empezando a ver abandonado por sus protectores.
“Hamás dio marcha adelante a este ataque para volver a poner la cuestión palestina y la ocupación israelí en el centro de la agenda”, indica, “lo que tal vez no calcularon fue el nivel de rienda suelta que Estados Unidos y el mundo le iba a dar a Israel al momento de ejercer sus represalias”, asegura, en referencia a los dos años de brutales ataques a Gaza, calificados de genocidio ya por muchos gobiernos e investigados como tal por la Corte Internacional de Justicia.
Para Moisés Garduño García, experto en asuntos de Medio Oriente y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, los motivos del ataque hay que buscarlos en los años y décadas anteriores y se originaron “en la ilegalidad de la ocupación israelí” de los Territorios Palestinos. “La respuesta está en la declaración del secretario general de la ONU, António Guterres, cuando mencionó en 2023 que ‘el 7 de octubre debía contextualizarse en los años de ocupación militar israelí’, dijo en entrevista con France 24.
Una percepción que ha cambiado
Si bien múltiples líderes occidentales apoyaron a Israel en lo que en su momento llamaron “su derecho a defenderse” de Hamás, e incluso mandatarios como el presidente francés Emmanuel Macron o el británico Keir Starmer mantuvieron esta retórica más allá del primer año de guerra, cada vez más países son los que catalogan de desproporcionada la respuesta de Israel en su supuesta represalia a Hamás, que se ha convertido en una masacre de la población con más de 66.000 personas muertas, una población en hambruna y un territorio destruido.
Bauckhage indica sin embargo que esta percepción no es la misma en el interior de Israel. “La sociedad israelí se sigue viendo injustamente victimizada”, dice, e indica que esto influye en su percepción de la guerra en Gaza y las acciones de sus soldados. “Depende de la pregunta que se haga, gran parte de la población está dispuesta a justificar atrocidades y crímenes de guerra cometidos por su Ejército", señala el experto.
Según una encuesta del Instituto para la Democracia de Israel realizada en julio, el 79% de los israelíes judíos preguntados sobre hasta qué punto estaban personalmente preocupados por los informes sobre hambruna y sufrimiento entre la población palestina en Gaza dijeron que no estaban muy preocupados o que no estaban preocupados en absoluto.
A dos años del peor ataque a la población israelí y con una herida aún abierta, siguen siendo muchas las incógnitas sobre la actuación de Hamás y de Israel, mientras las familias de los secuestrados siguen pidiendo que se llegue a un acuerdo para su retorno (en vida o muerte) y la represalia de Netanyahu a Hamás continúa matando civiles inocentes del otro lado de la frontera.
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