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Sábado, 20 de Septiembre de 2025
Se prevé una buena producción por las lluvias
Arranca la campaña de recolección de pistacho en la región
Los cultivadores de pistacho han iniciado estos días la campaña de recolección de un cultivo en auge en la región y que este año llega con buenas perspectivas gracias a las abundantes lluvias de los meses de invierno y primavera, y también las elevadas temperaturas del verano, que también es favorable para el árbol pistachero.
Las precipitaciones han permitido a los árboles acumular reservas de agua, lo que se traduce en frutos de mayor calibre, buena apertura y un sabor especialmente intenso, según ha explicado a Europa Press el productor madrileño José María Bernaldo de Quirós, al frente de la plantación El Duende del Bosque, quien ha reconocido que las fases de crecimiento del pistacho "han sido excelentes".
Las lluvias de la primera mitad del año han hecho que los árboles crezcan con fuerza, mientras que el calor posterior ha favorecido la polinización de una planta que, según apunta Bernaldo de Quirós, requiere de climas secos y con una considerable amplitud térmica como la que se da en Fresno de Torote, donde tiene su cultivo.
La recolección del pistacho se concentra en apenas unos días y se puede realizar a mano o de forma mecanizada, bien mediante vareadores automáticos o con tractores con paraguas vibradores similares a los empleados en la recogida de la aceituna. Este último método permite un proceso ágil y seguro para el árbol.
Tras la recogida se inicia la poscosecha, una fase clave para la producción del pistacho en la que se trata de reducir al máximo la humedad del fruto, si bien es cierto que varía dependiendo de si se usará el fruto como aperitivo o más bien con fines de repostería a través de cremas o pasta de pistacho.
El pistacho suele llegar a la planta con un nivel de humedad cercano al 70 por ciento y se debe reducir un cuatro por ciento para evitar la aparición de toxinas relacionadas con la humedad y que harían perder esa producción. Bernaldo de Quirós ha recalcado que esta etapa requiere de "un control muy estricto" que en España "cumple con todas las garantías".
El productor madrileño ha recalcado que el cultivo de pistacho debe realizarse a largo plazo y sin esperar producciones estables hasta pasados al menos seis años desde la plantación. Sin embargo, Bernaldo de Quirós ha reconocido que cada vez más abundan quienes, sobre todo en Estados Unidos, optan por acelerar los procesos para tratar de sacar producciones ya en el primer año.
Esta forma de cultivar prioriza la cantidad sobre la calidad, y en la región madrileña son más quienes optan por una mayor calidad gustativa. "Lo que nos diferencia es el sabor frente a pistachos más industriales, el nuestro tiene un perfil mucho más concentrado y natural", ha explicado.
El pistacho se perfila así como una alternativa agrícola en expansión en la región, con un mercado en crecimiento y cada vez más presente en la gastronomía, especialmente las variantes 'kerman' y 'sirora', que son los pistachos destinados principalmente al consumo como 'snack' y que predominan en la Comunidad de Madrid por su tamaño y apertura.
En este contexto, en Fresno de Torote, la marca El Duende del Bosque afronta estos días su segunda cosecha, orientada al segmento gourmet y con el objetivo de consolidar un producto madrileño de alta calidad, cultivado en secano y bajo criterios de sostenibilidad.
![[Img #164947]](https://madridpress.com/upload/images/09_2025/377_pistacho.jpg)
Las precipitaciones han permitido a los árboles acumular reservas de agua, lo que se traduce en frutos de mayor calibre, buena apertura y un sabor especialmente intenso, según ha explicado a Europa Press el productor madrileño José María Bernaldo de Quirós, al frente de la plantación El Duende del Bosque, quien ha reconocido que las fases de crecimiento del pistacho "han sido excelentes".
Las lluvias de la primera mitad del año han hecho que los árboles crezcan con fuerza, mientras que el calor posterior ha favorecido la polinización de una planta que, según apunta Bernaldo de Quirós, requiere de climas secos y con una considerable amplitud térmica como la que se da en Fresno de Torote, donde tiene su cultivo.
La recolección del pistacho se concentra en apenas unos días y se puede realizar a mano o de forma mecanizada, bien mediante vareadores automáticos o con tractores con paraguas vibradores similares a los empleados en la recogida de la aceituna. Este último método permite un proceso ágil y seguro para el árbol.
Tras la recogida se inicia la poscosecha, una fase clave para la producción del pistacho en la que se trata de reducir al máximo la humedad del fruto, si bien es cierto que varía dependiendo de si se usará el fruto como aperitivo o más bien con fines de repostería a través de cremas o pasta de pistacho.
El pistacho suele llegar a la planta con un nivel de humedad cercano al 70 por ciento y se debe reducir un cuatro por ciento para evitar la aparición de toxinas relacionadas con la humedad y que harían perder esa producción. Bernaldo de Quirós ha recalcado que esta etapa requiere de "un control muy estricto" que en España "cumple con todas las garantías".
El productor madrileño ha recalcado que el cultivo de pistacho debe realizarse a largo plazo y sin esperar producciones estables hasta pasados al menos seis años desde la plantación. Sin embargo, Bernaldo de Quirós ha reconocido que cada vez más abundan quienes, sobre todo en Estados Unidos, optan por acelerar los procesos para tratar de sacar producciones ya en el primer año.
Esta forma de cultivar prioriza la cantidad sobre la calidad, y en la región madrileña son más quienes optan por una mayor calidad gustativa. "Lo que nos diferencia es el sabor frente a pistachos más industriales, el nuestro tiene un perfil mucho más concentrado y natural", ha explicado.
El pistacho se perfila así como una alternativa agrícola en expansión en la región, con un mercado en crecimiento y cada vez más presente en la gastronomía, especialmente las variantes 'kerman' y 'sirora', que son los pistachos destinados principalmente al consumo como 'snack' y que predominan en la Comunidad de Madrid por su tamaño y apertura.
En este contexto, en Fresno de Torote, la marca El Duende del Bosque afronta estos días su segunda cosecha, orientada al segmento gourmet y con el objetivo de consolidar un producto madrileño de alta calidad, cultivado en secano y bajo criterios de sostenibilidad.
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