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Miércoles, 16 de Julio de 2025
Remitido
Repartir una herencia no siempre es tan sencillo
A simple vista, recibir una herencia parece algo positivo. Pero en cuanto se empiezan los trámites, la cosa se complica. Entre papeleo, tiempos de espera y desacuerdos familiares, muchas veces el proceso se convierte en una auténtica montaña rusa.
Además del aspecto legal, lo emocional juega un papel importante. No siempre es fácil tomar decisiones cuando hay sentimientos de por medio. Y menos aún si hay varios herederos con visiones diferentes sobre cómo repartir.
Qué incluye realmente una herencia
Cuando alguien fallece, deja tras de sí más que recuerdos. Casas, cuentas bancarias, coches… pero también posibles deudas. Y todo eso forma parte del lote que hay que gestionar.
Entre los elementos que puede incluir una herencia están:
- Viviendas, terrenos o locales
- Dinero en cuentas, inversiones, seguros
- Vehículos, obras de arte o joyas
- Créditos pendientes o hipotecas
- Derechos o deudas vinculadas a negocios
Aceptar una herencia sin conocer en detalle lo que contiene puede salir caro. Por eso existen fórmulas como la aceptación a beneficio de inventario, que permite heredar solo lo que quede después de pagar las deudas.
Cómo se procede si no hay testamento
Que alguien fallezca sin haber dejado testamento no es raro. En esos casos, el reparto no se paraliza, pero sí hay que seguir unos pasos diferentes.
Lo que suele hacerse es:
- Solicitar el certificado de defunción
- Pedir el certificado de últimas voluntades
- Tramitar la declaración de herederos
- Reunir toda la documentación necesaria
- Repartir conforme al orden legal establecido
Este proceso es perfectamente viable, aunque algo más técnico. Por eso es recomendable contar con un Despacho de abogados especialistas en herencias que guíe el camino y evite errores.
Qué ocurre si no hay acuerdo entre herederos
Una de las situaciones más frecuentes es que no todos los herederos estén de acuerdo en cómo repartir los bienes. A veces es por diferencias económicas y otras por desacuerdos personales.
En esos casos, hay varias salidas:
- Designar a un contador-partidor que actúe como figura neutral
- Pedir a un notario o juez que intervenga en el reparto
- Promover una solución económica en lugar de física
- Iniciar un procedimiento judicial si no hay otra opción
Es importante saber que nadie puede bloquear indefinidamente una herencia. Si una parte no colabora, la ley permite continuar con el proceso por otras vías.
El plazo para gestionar impuestos
El reparto no es lo único que hay que tener en cuenta. También toca pasar por Hacienda. El Impuesto de Sucesiones debe presentarse en un plazo de seis meses desde la fecha del fallecimiento.
Para ello hay que disponer de:
- Un listado completo de los bienes
- Su valoración aproximada
- La documentación de aceptación de herencia
- La identificación de todos los herederos
Cada comunidad autónoma aplica normas distintas, por lo que conviene revisar si existen bonificaciones o reducciones aplicables. Acudir a profesionales como los de Vilches Abogados puede ayudarte a optimizar ese paso.
Cómo se reparte de forma práctica
Una vez aceptada la herencia y resuelta la parte fiscal, llega el momento de decidir cómo se reparte. Si hay acuerdo, puede ser un trámite sencillo. Si no, tocará negociar.
Lo habitual es:
- Hacer inventario de los bienes
- Asignar un valor actualizado a cada uno
- Acordar cómo se distribuyen
- Elevar el acuerdo a escritura pública si hay inmuebles
Cuanto más clara sea esta fase, más se evita que en el futuro haya disputas o malentendidos. Y más fácil será inscribir los cambios en el Registro de la Propiedad.
Cuando lo legal y lo emocional se cruzan
Heredar no es solo recibir cosas. También implica cerrar una etapa personal, y eso no siempre es sencillo. Por eso es tan importante no mezclar emociones con decisiones legales.
Contar con alguien que entienda ambos planos —el jurídico y el humano— puede marcar la diferencia. Un equipo especializado ayuda a que todo fluya mejor, sin fricciones innecesarias.
Al final, se trata de resolver un asunto delicado con cuidado, respeto y claridad. Porque repartir una herencia es algo más que repartir bienes: es gestionar el legado de alguien querido, de forma justa y sin conflictos.
![[Img #163916]](https://madridpress.com/upload/images/07_2025/5725_herencia.png)
Además del aspecto legal, lo emocional juega un papel importante. No siempre es fácil tomar decisiones cuando hay sentimientos de por medio. Y menos aún si hay varios herederos con visiones diferentes sobre cómo repartir.
Qué incluye realmente una herencia
Cuando alguien fallece, deja tras de sí más que recuerdos. Casas, cuentas bancarias, coches… pero también posibles deudas. Y todo eso forma parte del lote que hay que gestionar.
Entre los elementos que puede incluir una herencia están:
- Viviendas, terrenos o locales
- Dinero en cuentas, inversiones, seguros
- Vehículos, obras de arte o joyas
- Créditos pendientes o hipotecas
- Derechos o deudas vinculadas a negocios
Aceptar una herencia sin conocer en detalle lo que contiene puede salir caro. Por eso existen fórmulas como la aceptación a beneficio de inventario, que permite heredar solo lo que quede después de pagar las deudas.
Cómo se procede si no hay testamento
Que alguien fallezca sin haber dejado testamento no es raro. En esos casos, el reparto no se paraliza, pero sí hay que seguir unos pasos diferentes.
Lo que suele hacerse es:
- Solicitar el certificado de defunción
- Pedir el certificado de últimas voluntades
- Tramitar la declaración de herederos
- Reunir toda la documentación necesaria
- Repartir conforme al orden legal establecido
Este proceso es perfectamente viable, aunque algo más técnico. Por eso es recomendable contar con un Despacho de abogados especialistas en herencias que guíe el camino y evite errores.
Qué ocurre si no hay acuerdo entre herederos
Una de las situaciones más frecuentes es que no todos los herederos estén de acuerdo en cómo repartir los bienes. A veces es por diferencias económicas y otras por desacuerdos personales.
En esos casos, hay varias salidas:
- Designar a un contador-partidor que actúe como figura neutral
- Pedir a un notario o juez que intervenga en el reparto
- Promover una solución económica en lugar de física
- Iniciar un procedimiento judicial si no hay otra opción
Es importante saber que nadie puede bloquear indefinidamente una herencia. Si una parte no colabora, la ley permite continuar con el proceso por otras vías.
El plazo para gestionar impuestos
El reparto no es lo único que hay que tener en cuenta. También toca pasar por Hacienda. El Impuesto de Sucesiones debe presentarse en un plazo de seis meses desde la fecha del fallecimiento.
Para ello hay que disponer de:
- Un listado completo de los bienes
- Su valoración aproximada
- La documentación de aceptación de herencia
- La identificación de todos los herederos
Cada comunidad autónoma aplica normas distintas, por lo que conviene revisar si existen bonificaciones o reducciones aplicables. Acudir a profesionales como los de Vilches Abogados puede ayudarte a optimizar ese paso.
Cómo se reparte de forma práctica
Una vez aceptada la herencia y resuelta la parte fiscal, llega el momento de decidir cómo se reparte. Si hay acuerdo, puede ser un trámite sencillo. Si no, tocará negociar.
Lo habitual es:
- Hacer inventario de los bienes
- Asignar un valor actualizado a cada uno
- Acordar cómo se distribuyen
- Elevar el acuerdo a escritura pública si hay inmuebles
Cuanto más clara sea esta fase, más se evita que en el futuro haya disputas o malentendidos. Y más fácil será inscribir los cambios en el Registro de la Propiedad.
Cuando lo legal y lo emocional se cruzan
Heredar no es solo recibir cosas. También implica cerrar una etapa personal, y eso no siempre es sencillo. Por eso es tan importante no mezclar emociones con decisiones legales.
Contar con alguien que entienda ambos planos —el jurídico y el humano— puede marcar la diferencia. Un equipo especializado ayuda a que todo fluya mejor, sin fricciones innecesarias.
Al final, se trata de resolver un asunto delicado con cuidado, respeto y claridad. Porque repartir una herencia es algo más que repartir bienes: es gestionar el legado de alguien querido, de forma justa y sin conflictos.
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