No nos salve, por favor
El presidente Pedro Sánchez, en compañía de sus incondicionales, está planteando una alternativa tan peligrosa como tramposa a la sociedad: o nos gobierna él o nos 'devorarán' las fuerzas de extrema derecha.
Declarar fascista y extrema derecha a todo lo que no sea él es un ardid tan tramposo como falso. Este planteamiento huele a chamusquina, por no decir que está cuestionando uno de los pilares de la democracia, que es la alternancia.
Declarar fascista y de extrema derecha a todo lo que no lidere él es una "boutade". Si, ahí está Vox pero también Junts y Bildu y otros partidos en los que viene apoyándose sin hacerles ascos aunque en su ideario está acabar con la Constitución, que es la base de nuestro Estado de Derecho.
Pero sobre todo ese planteamiento, que Pedro Sánchez resume en : "o yo o la derecha", está el germen de la autocracia.
En democracia no necesitamos 'salvadores', de manera que, señor Presidente, absténgase de 'intentar' salvarnos, convoque elecciones y permítanos decidir. Pero siendo preocupante la actitud y cuanto viene diciendo el Presidente, lo es más que en su entorno no haya quien le diga que, dada la situación, lo único que le cabe hacer es, insisto, convocar elecciones en vez de enrocarse a esperar que pase el temporal, y no abundar en que su misión es 'salvarnos'. En un régimen democrático no hay nada más peligroso que los que pretenden erigirse en salvadores 'por si acaso'. Los ciudadanos tenemos derecho a opinar y decidir en las urnas sobre esta crisis política e institucional.
Cuanto más se empeñe en lanzar el tan traído y llevado fango a sus oponentes políticos para defenderse de lo indefendible resulta menos creíble. Recurrir al 'y tú más', lejos de proporcionarle credibilidad, se la resta.
Claro que uno de los problemas que tiene Sánchez es que su guardia de corps le hace creer que resistir es lo que le conviene. En realidad les conviene a ellos, que habitan confortablemente en los aledaños del Poder, al que se agarran como lapas.
Marlon Brando hizo una reflexión sobre sí mismo que le viene a Pedro Sánchez como anillo al dedo. La frase es más o menos así: Mi error fue seguir en el escenario cuando el público ya se había ido de la sala.
Pues así está Pedro Sánchez, solo sobre el escenario en el que los tramoyistas que le sostienen lo hacen para ellos seguir disfrutando de algunas de las mieles del Poder.
Declarar fascista y extrema derecha a todo lo que no sea él es un ardid tan tramposo como falso. Este planteamiento huele a chamusquina, por no decir que está cuestionando uno de los pilares de la democracia, que es la alternancia.
Declarar fascista y de extrema derecha a todo lo que no lidere él es una "boutade". Si, ahí está Vox pero también Junts y Bildu y otros partidos en los que viene apoyándose sin hacerles ascos aunque en su ideario está acabar con la Constitución, que es la base de nuestro Estado de Derecho.
Pero sobre todo ese planteamiento, que Pedro Sánchez resume en : "o yo o la derecha", está el germen de la autocracia.
En democracia no necesitamos 'salvadores', de manera que, señor Presidente, absténgase de 'intentar' salvarnos, convoque elecciones y permítanos decidir. Pero siendo preocupante la actitud y cuanto viene diciendo el Presidente, lo es más que en su entorno no haya quien le diga que, dada la situación, lo único que le cabe hacer es, insisto, convocar elecciones en vez de enrocarse a esperar que pase el temporal, y no abundar en que su misión es 'salvarnos'. En un régimen democrático no hay nada más peligroso que los que pretenden erigirse en salvadores 'por si acaso'. Los ciudadanos tenemos derecho a opinar y decidir en las urnas sobre esta crisis política e institucional.
Cuanto más se empeñe en lanzar el tan traído y llevado fango a sus oponentes políticos para defenderse de lo indefendible resulta menos creíble. Recurrir al 'y tú más', lejos de proporcionarle credibilidad, se la resta.
Claro que uno de los problemas que tiene Sánchez es que su guardia de corps le hace creer que resistir es lo que le conviene. En realidad les conviene a ellos, que habitan confortablemente en los aledaños del Poder, al que se agarran como lapas.
Marlon Brando hizo una reflexión sobre sí mismo que le viene a Pedro Sánchez como anillo al dedo. La frase es más o menos así: Mi error fue seguir en el escenario cuando el público ya se había ido de la sala.
Pues así está Pedro Sánchez, solo sobre el escenario en el que los tramoyistas que le sostienen lo hacen para ellos seguir disfrutando de algunas de las mieles del Poder.
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