El boom de los Motion Graphics, la profesión creativa que no para de crecer

Seguramente los habrás visto mil veces sin darles nombre: esos gráficos en movimiento que aparecen en tus películas favoritas. Ya sabes, cuando los títulos de crédito bailan por la pantalla, como en La Pantera Rosa, o cuando en Sherlock Holmes los pensamientos del detective se materializan visualmente paso a paso. Son los motion graphics, están por todas partes e incluso hay formaciones destinadas exclusivamente a esta profesión, como el Máster de Motion Graphics de Voxel School.

 

 

Lo que comenzó como un recurso de diseñadores con demasiado tiempo libre se ha convertido en toda una industria que está cambiando el lenguaje cinematográfico tal y como lo conocemos.

 

 

Hubo un tiempo en que la animación gráfica era vista como el hermano pobre de los efectos especiales, esa cosa que metías cuando te quedabas sin presupuesto para explosiones. Pero echa un vistazo a lo que está pasando ahora: en Doctor Strange los motion graphics te permiten viajar entre dimensiones, en Watchmen construyen toda una historia alternativa de EE. UU. y en Into the Spider-Verse directamente reinventaron la animación mezclándola con estas técnicas.

 

No es solo que quede bonito —que también—. Es que estos elementos se han convertido en narradores por derecho propio. Muchos directores han descubierto que hay cosas que simplemente no se pueden contar con diálogos o con planos convencionales. ¿Cómo explicas el viaje mental de un personaje? 

¿O cómo haces que el espectador entienda de un vistazo un concepto abstracto?

 

 

Y claro, como suele pasar cuando algo se pone de moda en Hollywood, ha surgido una demanda brutal de profesionales que sepan hacer estas cosas. Los estudios buscan desesperadamente perfiles que sepan combinar el ojo artístico con las habilidades técnicas necesarias para crear motion graphics.

 

El problema es que no hay tantos expertos como se necesitan. Por eso han proliferado como setas los programas de formación especializada. El máster en motion graphics se ha convertido en el nuevo santo grial para muchos creativos que quieren meterse en la industria. Escuelas como Voxel School en Madrid han adaptado prácticamente toda su oferta a estas nuevas profesiones. Y no es para menos: sus graduados suelen encontrar trabajo antes incluso de terminar la formación.

 

Lo interesante es que, a diferencia de lo que pasaba antes con los efectos especiales, no hace falta ser Industrial Light & Magic para meterse en este mundo. Las herramientas se han democratizado hasta un punto en el que los estudios pequeños pueden competir con grandes corporaciones sin tener que hipotecar el futuro de sus hijos.

 

 

Y esto no ha hecho más que empezar. Con la realidad virtual asomando la cabeza y las pantallas ocupando cada vez más espacio en nuestras vidas, los motion graphics tienen todo el futuro por delante. Ya no hablamos solo de cine: series, publicidad, videojuegos… Todos quieren su trozo del pastel.

 

Lo que estamos viendo es solo la punta del iceberg. A medida que las herramientas evolucionan y los creativos descubren nuevas formas de utilizarlas, veremos cosas que ahora mismo ni siquiera podemos imaginar. Eso sí, para los que quieran subirse a este tren, más vale que empiecen a formarse ya, porque la competencia no va a hacer más que aumentar.