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LAUREANO BENÍTEZ
Domingo, 13 de Abril de 2025

Dejá vu en el Valle de Overton

«Una mano secreta desde la noche oscura ha ordenado una siega satánica de cruces». (José María Pemán)
 
La ingeniería social de la que se vale la agenda 2030 para implementar su fatídico Nuevo Orden Mundial se basa en la estrategia de conocida como la “Ventana de Overton”, mediante la cual se consigue la aceptación de postulados repugnantes a la conciencia, a la razón y a la ley natural por parte de sociedades debidamente aleccionadas por esta pedagogía truculenta.
 
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Se trata de que jamás se puede instaurar en una sociedad una idea contraria tanto a lo racional y a lo ético utilizando procedimientos revolucionarios, que no respeten los tiempos necesarios para que la gente se acostumbre a la aceptación de principios aberrantes. Para ello, se procede mediante una serie de pasos, de etapas, llamadas “ventanas”, en número de seis (impensable, radical, aceptable, sensata, popular, política), de tal manera que en cada fase se aprieta un poco más, se va de manera progresiva hacia la meta final. Como se ve, esta estrategia tiene  un paralelismo evidente con la técnica de cocer a una rana poco a poco, en vez de arrojarla de golpe en una olla hirviendo, ya que la rana saltaría enseguida.
 
Además de tener todos los medios para este maléfico adoctrinamiento, las élites luciferinas disponen también de mucho tiempo, pues la paciencia es sin duda su mejor virtud, siendo capaces de esperar muchos años, siglos incluso, antes de dar el golpe definitivo, pues estas mafias satánicas, una vez establecen un plan de actuación, lo persiguen a rajatabla, no importando el tiempo que tengan que esperar hasta ver cumplido su objetivo, trasmitiendo sus nefastas herencias y sus malévolos planes de generación en generación, hasta que el tiempo está maduro, y entonces dan  el zarpazo final.
 
En el caso del valle de los caídos, también están empleando las Ventanas de Overton, la primera de las cuales se abrió hace ya mucho tiempo, pues las razzias, pogroms, destrucción de templos católicos, quema de conventos y asesinatos de religiosos ya se produjeron en España durante el siglo XIX, coincidiendo con pronunciamientos, con asonadas militares, con altercados más o menos revolucionarios, protestas populares como la Semana Trágica de Barcelona, etc.. 
 
Pero posiblemente el golpe de efecto más espectacular de aquel siglo, su “ventana” más trágica fue la desamortización de Mendizábal, la cual, más que destruir templos, vació conventos y expropió muchas propiedades de la iglesia. En el fondo, la llamada resignificación del Valle de los Caídos es un hito más en este proceso de desamortización que se inició en aquellos lejanos años.
 
La siguiente ventana fue la fundación del nefasto PSOE, pues ya Pablo Iglesias Posse, su fundador, dio sobradas muestras de su anticlericalismo.
 
La Segunda República abrió otra ventana, terrorífica, ya que perpetró una verdadera hecatombe católica, expresada tristemente en dos fenómenos dantescos: la destrucción de templos y el genocidio católico.
 
La primera explosión anticatólica se produjo a los pocos días del nacimiento de la Segunda República, cuando los días 11, 12 y 13 mayo se produjeron en Madrid y otras zonas del sur y del Levante actos vandálicos de quema de conventos e iglesias ―ardieron más de 100, junto con bibliotecas, iglesias, colegios religiosos, residencias, asilos, centros de beneficencia, etc.―, que ocasionaron robos, sacrilegios y víctimas entre el estamento religioso ―murieron 33 religiosos y empleados de centros católicos―, mientras los gobernantes miraban para otro lado, temerosos de emplear la fuerza contra el pueblo.
 
Después del 18 de julio de 1936 se recrudeció la profanación y destrucción de los templos católicos en la zona republicana: fueron quemados totalmente 800 templos en Valencia, 354 en Oviedo, 48 en Tortosa, 42 en Santander, 40 en Barcelona...
 
 Fueron parcialmente destruidos: Almería: todos; Barbastro: todos; Ciudad Real: todos; Ibiza: todos; Segorbe: todos; Valencia: más de 1.500; Gerona: más de 1.000; Vic: más de 500; Cuenca: todos menos 3; Madrid: casi todos; Cartagena: casi todos; Orihuela: casi todos; Santander: casi todos; Toledo: casi todos; Jaén: el 95%; Solsona: 325.
 
En cuanto a Madrid, de los 220 edificios religiosos que había, 45 fueron totalmente destruidos, 55 seriamente dañados, y el resto fueron robados y profanados. 
 
Este asalto a los edificios religiosos también incluía todo tipo de blasfemias y profanaciones: milicianos anarquistas profanaron los esqueletos de religiosos y religiosas, colocándolos en posturas obscenas en el interior de algunas iglesias, conformando un museo del horror cuya entrada cobraban a las hordas anticatólicas. Véase en este horror el satánico gusto de las izquierdas por la necrofilia, por la profanación de cadáveres (otra ventana abierta al valle de los Caídos).
 
Esta Ventana abierta al infierno más aterrador se cerró en 1939, pero desde el fallecimiento de Franco los ectoplasmas de aquellos milicianos satanizados se volvieron a encarnar en sociatas, separatas y comunatas, que compartían ya desde entonces el sueño húmedo de volar la Cruz del Valle de los Caídos, pues las izquierdas luciferinas siempre han basado sus orgías revolucionarias en la conquista de bastiones simbólicos para desmoralizar a sus enemigos: la toma de la Bastilla, la toma de Palacios de Invierno… La patulea anticatólica y antiespañola que se ha hecho con el poder durante gran parte de la Dictacracia conspira desde 1975 por abrir las últimas ventanas overtonianas que dan al Valle.
 
Desde la finalización del Valle en 1957, hace casi 70 años que la mafia socialcomunista tiene entre ceja y ceja destruirlo, pues su amo, el Señor de las Moscas, no puede tolerar que en España, su país más odiado, esté la Cruz más grande del mundo y casi en el centro geográfico de nuestra Patria. Conquistar el Valle es para los orcos rojos, no solamente dinamitar la Transición, vengarse del Caudillo que les derrotó ignominiosamente, sino también destruir un monumento en el que están atesorados todos principios, dogmas y valores de la religión católica.
 
Como con el felipismo España todavía mantenía su marchamo nacionalcatólico, hubo que esperar años hasta que el impresentable Zapatero elaborase su Ley de Memoria Histórica, que ya enfocaba claramente al Valle, pero todavía sin atreverse a darle el mazazo definitivo, pues convenía esperar un poco más a que el pueblo español estuviera más castigado, más lobotomizado, más catatónico: y es que nunca tienen prisa.
 
De manera cada vez más flagrante, se abandonó al Valle, sumiéndolo en un estado de abandono, de deterioro, escamoteando los fondos que exigían su mantenimiento.
 
Otra Ventanas fue el derribo de cruces que ha sufrido España en los últimos tiempos, fenómeno que va preparando el camino para la captura de la presa mayor.
 
Y en esto llegó Sánchez, el descabellador de turno, que está abriendo las ventanas que quedaban, hasta llegar a la última, que ya se divisa en lontananza. Fue quien abrió la ventana de la profanación de Franco, algo que daba claramente a entender que era la primera etapa de la demolición del Valle. Luego le tocó el turno a la ventana de José Antonio, y ahora, aprovechando los 50 años de la muerte del Caudillo, con Bergoglio asomado a la ventana, quieren acometer los dos últimos pasos.
 
La siguiente ventana es la de la “resignificación”, cuyo argumento overtoniano para que sea aceptable es alegar que, según dicen los obispos, es que se ha conseguido respetar el culto católico, la pervivencia de la Cruz, y la permanencia de la comunidad benedictina. Por supuesto, habría sido demasiado rápido, demasiado agresivo, demasiado provocador volar la Cruz ya, pero paciencia tienen de sobra para aguantar un poco más puesto que, infiltrados sus museos milicianos hasta la bancada de la Basílica, darán el último paso en 2026: ¿hay quien pueda engañarse ante el hecho de que esta va a ser su estrategia de ataque final a la Cruz, que, una vez que estén a escasos metros de la Cruz cuyo derribo tanto les obsesiona, se van a conformar con llegar solamente hasta las bancadas de la Basílica?
 
Hay profecías que aseguran que la Cruz resistirá, pero no olvidemos que en breve aparecerá el Anticristo, figura demoníaca que tendrá como uno de sus primeros objetivos de liquidar la Cruz.
 
Solo cabe esperar la ayuda angélica, que las huestes celestiales acudan en nuestra ayuda, pero para eso hace falta un pueblo que ore, que se sacrifique, que haga penitencia, que se convierta.
 
Acabaremos volviendo a citar a José María Pemán: 
 
«De cruces de madera/ puedes barrer los campos y los suelos./ Nuestra Cruz no es aquella que en los cielos/ se recorta, ni aquella de alabastro ni aquella de zafir./ Nuestra Cruz es el corte de dos puros anhelos/ ¡y no tiene volumen donde poderla herir!/ Nuestra Cruz no es de piedra ni de leño./Nuestra Cruz es de idea y geometría/ de anhelo y poesía/ y es inviolable como el sueño/ y es inmortal como la alegoría./ No es preciso que hiera/ nuestra mano su peso de hierro o de madera./ Basta soñarla: basta con un trazo/ de espíritu o de luz…/¡Donde exista un suspiro y un abrazo/ existirá la Cruz!».
 
 
 
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