El PP barre a Sánchez en Galicia

 

El candidato y sucesor de Feijoo, Alfonso Rueda, ha logrado una brillante victoria para el PP, la quinta mayoría absoluta consecutiva. Los gallegos han secundado el llamamiento de Feijoo en la recta final de la campaña, cuando clamó: "No dejéis que el nacionalismo llegue a esta tierra", advirtiendo que no hay ninguna tierra que le haya ido bien con el nacionalismo. El PP planteó los comicios en clave nacional  apelando a concentrar el voto en la candidatura de Rueda para que Galicia "no copie la fractura social, la decadencia económica y la fuga de inversiones y de empresas" de Cataluña. El mensaje era claro: se trataba de elegir entre la estabilidad que ofrece el continuismo del PP, o la implantación de un nacionalismo de extrema izquierda, respaldado por un Partido Socialista que va a la deriva.

 

La candidata del BNG, Ana Pontón, ha obtenido un buen resultado, al pasar de 19 a 25 diputados, pero no ha podido cumplir su objetivo de cambio en Galicia. Con un enfoque más localista y, por tanto, más cercano a los electores, no ocultaba sin embargo sus intenciones soberanistas, en línea con las fuerzas independentistas de Cataluña y País Vasco, con quienes aspira a tejer alianzas.

 

Pero el gran derrotado de este 18-F es, sin duda, el Partido Socialista y más el propio Pedro Sánchez que el candidato Besteiro. El líder del PSOE y actual inquilino de la Moncloa se embarcó de lleno en la campaña gallega con el objetivo no de ganar las elecciones, sino de desalojar al PP de la Xunta y, de paso, asestar un golpe mortal al liderazgo de Feijoo en el PP. Su sucia estrategia basada en tratar de implicar a Feijoo en una suerte de connivencia con Puigdemont no ha tenido eco porque los gallegos saben que quien está preparando una amnistía a la carta para el prófugo es Sánchez y nadie más que él, a cambio de esos siete escaños necesarios para seguir en el poder. Sánchez ha vuelto a fracasar en unas nuevas elecciones, arrastrando a su partido a su peor resultado. Hoy ha sido en Galicia, igual que en mayo fue en la mayor parte de las comunidades autónomas y de las capitales. Si se empeña acabará por liquidar al PSOE.

 

Siguiendo en el bando de los perdedores hay que hacer una mención especial a Sumar, que no consigue entrar en el Parlamento gallego. El debe hay que apuntárselo a Yolanda Díaz, gallega de Ferrol y vicepresidenta del Gobierno progresista. La líder de la extrema izquierda ha firmado el acta de defunción de Sumar que, lejos de despegar como su cohete, se ha estrellado. Igual que le ha sucedido a Vox, que no ha obtenido ningún escaño. Bien haría Santiago Abascal en analizar los datos y su estrategia agresiva contra el PP que, se ha vuelto a ver, no funciona.