Humillado ante quien de verdad manda

 

El Gobierno sometía a debate y aprobación tres decretos y Junts hizo valer su influencia decisiva en esta Legislatura para lograr nuevas concesiones en su camino hacia la independencia de Cataluña. Y Sánchez volvió a ceder en todo lo que se le pedía para no perder una votación. Entre esas concesiones cabe destacar la supresión del artículo 43bis de la Ley de Enjuiciamiento Civil que a juicio de Junts ponía en peligro la amnistía y, por tanto, el futuro regreso victorioso del fugado Carles Puigdemont. Asimismo, el Gobierno se compromete a delegar las competencias de inmigración a la Generalitat, lo que tiene unas consecuencias de enorme gravedad, como es dar el control de las fronteras a Los Mossos, con la consiguiente retirada de la Policía Nacional del territorio catalán. Se trata, en suma, de un anticipo de la reclamada independencia, como advierte el PP.

 

La pírrica victoria del Gobierno -pues se esperaba que el pleno del Congreso tumbara los decretos por la oposición de Junts- pone de relieve, sin embargo, el altísimo precio que Sánchez está pagando a Puigdemont por seguir en el poder. La investidura la salvó gracias al inicio de los trámites de la amnistía a los independentistas implicados en el golpe secesionista de 2017 y a la promesa implícita de ceder en un futuro al referéndum catalán. Pero Junts no se cansa de advertir que su apoyo a Sánchez no será permanente, sino que se lo tendrá que ganar a diario, lo que significa que pondrán precio a todo, sabiendo como saben que Sánchez está dispuesto a pagar lo que sea aun a costa de dañar a España y perjudicar al conjunto de los españoles.

 

Ante esta grave situación, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado una ofensiva "sin cuartel" contra la "extorsión" a la que Sánchez está sometiendo a España, para lo cual dispone de importantes bazas por ser el primer partido en número de votos en el Congreso, disponer de mayoría absoluta en el Senado y gobernar en la mayoría de las Comunidades Autónomas y capitales de España. Con gesto serio y grave -propio de las circunstancias que atraviesa España- Feijóo ha denunciado la humillación permanente del prófugo al Gobierno de España, así como la pérdida de dignidad de Sánchez, a quien no duda en criticar por ceder en todo ante el chantaje. Por ello, el PP se seguirá movilizando y ya anuncia una nueva manifestación el día 28 en Madrid para decir "alto y claro" que al país "no lo extorsiona nadie".

 

El líder del PP ha subrayado que cuando llegue la oportunidad acabará con este "saqueo y extorsión" y revertirá el destrozo, para lo que confía en contar con el apoyo de muchos votantes socialistas desencantados o engañados. A estas alturas -y no estamos más que al comienzo de una Legislatura que se le hará muy cuesta arriba al Gobierno- puede que muchos votantes socialistas ya se hayan arrepentido de dar su apoyo a Sánchez, pero éste demuestra a diario que no tiene ningún pudor en arrodillarse y humillarse ante quien de verdad manda en España, que es Puigdemont, a quien España no le importa nada.