Concretamente, un 22% de los jóvenes de entre 16 y 24 años confía "bastante" en el Gobierno de España, mientras que un 4,1% afirma tener "mucha confianza". Sin embargo, un 43,7% indica que tiene "poca confianza" y un 30,2% asegura que "no confía nada" en el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En el caso de los jóvenes de entre 25 y 34 años, un 19,2% asegura tener "bastante" confianza en el Gobierno central y un 5,6% confía "mucho" en él. Por contra, un 39,7% apenas tiene confianza y un 35,5% confiesa que "no la tiene".
A nivel regional, un 22,4% de los jóvenes de entre 16 y 24 años confía "bastante" en el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso y un 8,4% responde que confía "mucho". No obstante, un 43,6% señala que tiene "poca" confianza y un 25,5% asegura que "no la tiene".
Por parte de los jóvenes que tienen 25 y 34 años, un 7,4% admite tener "mucha" confianza y un 24,3% afirma que confía "bastante" en la dirigente madrileña. Por contra, un 37% responde que "apenas" confía en el Gobierno autonómico y un 31,4% no tiene "nada de confianza".
El informe ha sido realizada por la empresa 40db y cuenta con 1.500 encuestados (1.000 jóvenes entre 16 o más años de edad y 500 entre 16 y 35 años), con un error muestral de +/-2,53%. Las preguntas se respondieron entre el 24 de enero y el 15 de febrero de este año.
UN 16% CREE EN LA AUTOCRACIA
El estudio del CJCM también pregunta por el grado de legitimidad que para los individuos tiene la democracia. Un 65,9% de los jóvenes madrileños de entre 16 y 24 años considera la democracia como único sistema legítimo, mientras que un 16% cree que una dictadura puede ser un sistema político "más legítimo".
Por otro lado, un 67,6% de los jóvenes de entre 25 y 34 años confía en la democracia. Por contra, un 16,4% prefiere una autocracia. "La legitimidad de la democracia es un indicador relevante y merece la pena que su evolución sea estudiada en más profundidad", recomienda el informe.
Sobre el grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia, los jóvenes de 16 a 24 años tienen una satisfacción baja. En este sentido, la mayoría están "poco satisfechos" con la democracia a nivel general (en torno al 50%) y a nivel autonómico (42%).
El descontento más pronunciado se produce entre los jóvenes de 25 a 34 años, donde destaca que más del 20% "no están nada satisfechos" con el funcionamiento con la democracia, ya sea a nivel nacional o regional.
EL BAILE, CONEXIÓN CON EL CUERPO
Rafael Bonachela defiende la experimentación y el aprendizaje con el cuerpo a través del baile para cualquier persona. "Lo que todos tenemos es un cuerpo bello y diferente, de todos los colores y sensaciones. No tienes que ser bailarín para bailar, todo el mundo puede bailar, todo el mundo debería bailar", ha subrayado el artista, que insiste en la "conexión con el cuerpo" que permite el baile.
En Australia desde hace 15 años y trabajando fuera de España desde hace 35, Rafael Bonachela reconoce la "felicidad" que le causaría poder regresar a España para asumir un proyecto creativo "si la oportunidad surgiera", aunque se muestra cauto sobre las posibilidades de que esto ocurra.
"Me encantaría, donde las oportunidades estén y se me den, ahí estaré. Si hubiera una posibilidad de entrar en algo donde puedes seguir evolucionando como artista y tener un impacto en la sociedad, me haría muy feliz", reconoce.
En este sentido, el coreógrafo recuerda que en su momento se fue a Australia "para dos meses" y ya lleva allí década y media, con pareja y pasaporte australianos. "Los artistas acaban donde estén las oportunidades", concluye el artista, quien en el país oceánico ha trabajado como coreógrafo para cantantes de la talla de Kylie Minogue.
La Sydney Dance Company fue fundada en 1969 por la bailarina Suzanne Musitz. Pronto conocida como The Dance Company (NSW), de 1975 a 1976 fue dirigida por el coreógrafo holandés Jaap Volante. El siguiente director, el coreógrafo australiano Graeme Murphy, cambió el nombre en 1976 a Sydney Dance Company.
En sus 30 años de liderazgo, Murphy y sus colaboradores crearon un trabajo que cautivó al público, tanto en Australia como en sus giras internacionales. Fue la primera compañía de danza contemporánea occidental que actuó en la República Popular China.
Desde 2009, bajo la dirección de Bonachela la Compañía ha consolidado su reputación como potencia creativa. En 2021 la Compañía volvió a su sede tradicional en The Wharf, en el reformado Walsh Bay Arts Precinct, muy cerca de los famosos Harbour Bridge y la Opera House de la capital de Nueva Gales del Sur.
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