Los hechos tuvieron lugar el 27 de agosto en un hotel situado en la calle Factor número 5. Los agentes fueron requeridos porque un cliente se encontraba en actitud agresiva tras reclamarle al encargado del establecimiento que abonara las noches que había pernoctado allí.
Los agentes intentaron conversar con esta persona, pero se encontraba muy agitado y alterado, comenzándole a decirles improperios en árabe y en inglés. Como hacía caso omiso a sus órdenes, pidieron refuerzos, pero cuando llegaron más policías su estado empeoró, golpeándose la cabeza contra la pared del establecimiento.
Cuando el empleado le pidió las llaves de la habitación, el individuo sacó un cortauñas y exhibió la pequeña navaja que contiene y amenazó a los agentes y al empleado con clavársela en el cuello. También se autoinfringió varios cortes en los brazos y pechos, causándose lesiones.
Fue en ese momento cuando se activó el protocolo sobre el Dispositivo Electrónico de Control y uno de los agentes accionó la táser. Fue en el segundo disparo cuando impactó en su cuerpo, quedando el delincuente reducido y posteriormente detenido. Sanitarios del Samur le atendieron de los cortes pero la descarga no tuvo consecuencias para su salud. También asistieron a un agentes por una fisura en el dedo meñique.
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