El Rey acierta
Felipe VI ha propuesto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la investidura a la Presidencia del Gobierno. Por primera vez desde la Transición, el Rey se ha visto obligado a tener que elegir entre dos aspirantes, y en esa tesitura ha acertado con su designación porque -en contra del relato 'progresista'- ha subrayado que quien ha ganado las elecciones es Feijóo.
Con ese argumento de peso ha justificado el Monarca su decisión. No le ha quedado más remedio que recordar que el PP fue el partido más votado en las elecciones generales del 23J y que en todas las ocasiones precedentes se ha encargado la investidura al candidato con más escaños, salvo en la XI Legislatura, cuando Mariano Rajoy se anticipó renunciando a asumir la tarea. Para rematar su decisión, Felipe VI ha subrayado que "no se ha constatado a día de hoy" la existencia de una alternativa con mayoría suficiente para la investidura.
Es decir, desoyendo los cantos de sirena, el Rey le ha puesto sobre la mesa a Sánchez que no tiene más apoyos que los que tiene Feijóo, pese a que el candidato socialista le comunicó que se ve capaz de lograr "la mayoría suficiente", como se vio en la conformación de la Mesa del Congreso. El líder del PP llegó a las consultas de Zarzuela con el apoyo cerrado de 172 diputados (PP, Vox, UPN y Coalición Canaria), mientras el candidato socialista sólo podía aportar 158 (PSOE, Sumar y Bildu). Hasta el PNV dejó claro que un posible acuerdo con el PSOE está aún muy lejos. Los demás socios de Sánchez plantaron al Jefe del Estado, demostrando una vez más que no les interesa España ni su gobernabilidad.
Mientras Feijóo planteaba como un deber y una obligación aspirar a la investidura porque así lo han expresado más de 11 millones de españoles en las urnas, "que quieren cambio y un gobierno que defienda la igualdad de todos", Sánchez se aferraba a una supuesta mayoría progresista liderada por el PSOE, olvidando que nunca un perdedor de las elecciones se había atrevido a disputar la investidura.
El Monarca debió escuchar con preocupación los argumentos de Sánchez, a tenor de que su única posibilidad de renovar mandato pasa por lograr el apoyo de los herederos de ETA, de los condenados por sedición y del prófugo de Waterloo, aparte del conglomerado de partidos de la ultraizquierda comunista y antisistema, liderados por Yolanda Díaz. Son los mismos que han declarado persona 'non grata' a Felipe VI, a quien no le perdonan que en octubre de 2017 diera la cara para desbaratar el golpe de Estado secesionista en Cataluña.
Por todo ello, reiteramos que el Rey ha acertado con su decisión, adoptada con un escrupuloso respeto a la Constitución en función de sus atribuciones como árbitro y moderador del juego político.
![[Img #147644]](https://madridpress.com/upload/images/08_2023/1928_rey-feijoo.jpg)
Con ese argumento de peso ha justificado el Monarca su decisión. No le ha quedado más remedio que recordar que el PP fue el partido más votado en las elecciones generales del 23J y que en todas las ocasiones precedentes se ha encargado la investidura al candidato con más escaños, salvo en la XI Legislatura, cuando Mariano Rajoy se anticipó renunciando a asumir la tarea. Para rematar su decisión, Felipe VI ha subrayado que "no se ha constatado a día de hoy" la existencia de una alternativa con mayoría suficiente para la investidura.
Es decir, desoyendo los cantos de sirena, el Rey le ha puesto sobre la mesa a Sánchez que no tiene más apoyos que los que tiene Feijóo, pese a que el candidato socialista le comunicó que se ve capaz de lograr "la mayoría suficiente", como se vio en la conformación de la Mesa del Congreso. El líder del PP llegó a las consultas de Zarzuela con el apoyo cerrado de 172 diputados (PP, Vox, UPN y Coalición Canaria), mientras el candidato socialista sólo podía aportar 158 (PSOE, Sumar y Bildu). Hasta el PNV dejó claro que un posible acuerdo con el PSOE está aún muy lejos. Los demás socios de Sánchez plantaron al Jefe del Estado, demostrando una vez más que no les interesa España ni su gobernabilidad.
Mientras Feijóo planteaba como un deber y una obligación aspirar a la investidura porque así lo han expresado más de 11 millones de españoles en las urnas, "que quieren cambio y un gobierno que defienda la igualdad de todos", Sánchez se aferraba a una supuesta mayoría progresista liderada por el PSOE, olvidando que nunca un perdedor de las elecciones se había atrevido a disputar la investidura.
El Monarca debió escuchar con preocupación los argumentos de Sánchez, a tenor de que su única posibilidad de renovar mandato pasa por lograr el apoyo de los herederos de ETA, de los condenados por sedición y del prófugo de Waterloo, aparte del conglomerado de partidos de la ultraizquierda comunista y antisistema, liderados por Yolanda Díaz. Son los mismos que han declarado persona 'non grata' a Felipe VI, a quien no le perdonan que en octubre de 2017 diera la cara para desbaratar el golpe de Estado secesionista en Cataluña.
Por todo ello, reiteramos que el Rey ha acertado con su decisión, adoptada con un escrupuloso respeto a la Constitución en función de sus atribuciones como árbitro y moderador del juego político.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.131