El desprecio de Sánchez

 

Una respuesta cargada de desprecio, de arrogancia, humillante. Pero así se las gasta Pedro Sánchez, de manera que no es una novedad que se muestre magnánimo y generoso con quienes le pueden resultar útiles, y, al resto ni agua, claro que al menos podría guardar un poco las formas.

 

Formalmente ahora mismo lo que está en el aire es cuál de los dos es capaz de ahormar los suficientes apoyos para convertirse en Presidente y lo evidente es que quien tiene más posibilidades es Pedro Sánchez, puesto que en los partidos independentistas lo tienen claro: Sánchez en la Moncloa es la garantía de obtener un sinfín de beneficios como demostró sobradamente en la pasada legislatura ya que no le tiembla el pulso a la hora de dejar la Constitución en el chasis con tal de seguir ostentando el poder.

 

Otra cosa será el día después de la investidura. Ahí sí que Pedro Sánchez tendrá que hacer encaje de bolillos para que no le den ningún susto ninguno de sus socios "frankenstein". Junts le puede permitir gobernar pero siempre tendrá las riendas del ronzal. Y lo mismo el resto de sus ya probados socios.

 

O sea que la legislatura se va a presentar bronca y difícil continuando con la polarización de estos últimos años en que unos y otros se han empeñado en resucitar esas dos Españas que creíamos superadas.

 

En cuanto al PP y su líder solo se puede decir que necesita unas cuantas lecciones de estrategia y de táctica, porque es difícil meter tanto la pata y dar tantos trompicones como ha dado en las últimas semanas. Durante el tramo final de la campaña electoral fue acumulando error tras error evidenciando sus carencias y las de su equipo. Ahora hay algo patético en sus bandazos para intentar lograr hacerse con el santo y seña del poder. Insisto: Feijóo ha perdido las elecciones él solo, bueno en compañía de su equipo que es bastante flojo, y todos ellos han contribuido al fracaso por su falta de consistencia a la hora de dar respuestas a la complejidad de la política española.

 

Sí, Pedro Sánchez tiene una soberbia que se la pisa, en cuanto a su equipo...ejem....ejem... Pero como sufrió lo suyo cuando su partido le defenestró se ha vuelto implacable con un acerado instinto del poder. Sánchez es mucho Sánchez para Feijóo. Así están las cosas.