En plan Terminator

 

Eso no pasa aquí y ahora en España porque ya lo hacen los alcaldes, pero con dinero público. Al menos en época de elecciones.

 

Y es que ahora las calles están recién asfaltadas, peraltadas. Incluso los pasos de cebra y las plazas del aparcamiento ya se pueden ver. También han salido, como de la nada, todas las líneas que dividen la calzada en nuestro pueblo o en nuestra ciudad. Hay plantas y floripondios en las rotondas. Y hasta los baches reductores de velocidad vuelven a estar en plena forma -y estratégicamente ubicados- para que los amortiguadores de los coches de todos los paisanos se vuelvan a estropear.

 

Porque tienen que pasar justo cuatro años para que los políticos se pongan manos a la obra. Sí. Da lo mismo el color del partido al que representen. Rojos, verdes, azules y morados obran exactamente igual. Esperan, y esperan, y vuelven a esperar como los peces en el río hasta que llegan las elecciones para reparar las calles, o para inaugurar nuevos parques, o para hacer un nuevo carril bici, o qué sé yo; y así tener una buena excusa para disparar unas cuantas fotos y subir todas sus muescas a la red social.

 

Por eso, cada vez que veo un nuevo post de la alcaldesa vendehúmos de mi pueblo, o del edil graciosete de la ciudad donde voy a trabajar, me dan ganas de coger un pico y una pala y arreglar yo mismo las cosas con mis compadres vecinos. Rápido y a nuestra bola. Justo como lo hace Arnold Schwarzenegger con sus colegas para que nadie les tome por estúpidos. Sin mediar palabra. Pim, pam. En plan Terminator.