Escuelas de Negocios, espacios para un aprendizaje de alto rendimiento

 

Aunque no han perdido el atributo de la exclusividad, lo cierto es que cada día hay más profesionales, hombres y mujeres del mundo de las compañías de los negocios, y jóvenes con poca experiencia profesional que aspiran a mejorar su formación en una escuela de negocios. ¿Cuáles son los motivos de este interés?

 

Seguramente cada persona tendrá unos propósitos y expectativas propias, sin embargo, se pueden resumir en que estos centros especializados en la transmisión de conocimientos que buscan la máxima eficiencia en la gestión empresarial, ofrecen programas utilizando un modelo de enseñanza que reportan excelentes resultados a los alumnos en el presente y futuro. Estos beneficios se traducen en la mayoría de los casos, en saltos cualitativos y cuantitativos en su carrera profesional y, en muchos casos, en su proyección empresarial.

 

 

Las escuelas de negocios en España pasan por un buen momento. Los resultados en los rankings internacionales que clasifican estos centros así lo certifican. Los datos que ofrecen los medios que confeccionan los ranking cada curso académico (Financial Times, The Economist, QS, Bloomberg ...) afirman que esta situación tan favorable es consecuencia de la excelencia de los contenidos de los planes de estudios, las competencias adquiridas por los alumnos, los elevados índices de empleabilidad al término de los estudios y el incremento en el nivel de remuneración que reciben los titulados.

 

Tomemos por ejemplo, ESADE o IESE Business School, que son algunas de las mejores escuelas de negocios con sede en Madrid que logran las más altas clasificaciones en los rankings con varios de sus programas MBA.  La idea que hay detrás de estas reconocidas escuelas de negocios es “formar hombres y mujeres responsables de sí mismos y del mundo que les rodea. Y comprometidos con la transformación de una sociedad fraterna y justa”. Desde luego que con esta misión es díficil no sentir atracción por iniciar un camino formativo y contribuir a generar un impacto que mejore nuestra sociedad.

 

Business Schools localizadas en otros países de nuestro entorno, miran a las escuelas de negocios españolas como modelos a imitar y tratan de determinar por qué España ha conseguido una red de escuelas sólida donde tienen cabida una gran variedad de tipos de centros, y cada uno de ellos, con una oferta formativa propia. Es decir, hay escuelas de negocios pertenecientes a universidades como es el caso de IEN que depende de la Universidad Politécnica de Madrid o las escuelas de negocios vinculadas a las Cámara de Comercio, como es el caso de la escuela de negocios de la Cámara de Comercio de Madrid.

 

Según las fuentes de expertos consultadas, entre las distintas conclusiones que han argumentado sobre las claves del éxito de las escuelas de negocios destacan:

 

 

 

Las escuelas de negocios se identifican con el capital humano y consideran esencial la inversión en formación para convertirlos en verdaderos agentes de cambio. Teniendo en cuenta que estos centros se sitúan en la élite de la educación superior en materia de gestión empresarial, participar en un programa máster MBA u otro de los cursos que imparten para perfiles ejecutivos y directivos, puede ser un momento crucial en la carrera profesional de una persona.

 

Además de transformar el perfil profesional y de la variedad de programas que ofertan, una de las principales ventajas de estudiar un máster u otro curso en una business school es la conexión entre el mundo laboral, los negocios y el propio entorno formativo de las escuelas de negocios.

 

La capacitación profesional y la motivación para que los alumnos consigan las habilidades necesarias, es la misión del proceso de enseñanza/aprendizaje de las escuelas de negocios con larga trayectoria y éxito en este tipo de tareas. Este proceso no se centra en la mera transmisión de conocimientos, sino en que el alumno tiene un papel activo y los profesores actúan como guía, planteando preguntas y exponiendo casos reales para que los participantes debatan, interactúen con el entorno y con otras personas.

 

De ahí, que el método de trabajo en las aulas sea otra de las ventajas que igualmente  afecta a la calidad del aprendizaje. Este sistema hace hincapié en fomentar la participación, la colaboración y la autonomía de los estudiantes. El clima que se cree en la clase está basado en la confianza y participación continua. Los profesores exponen problemas empresariales reales e incentivan a que los alumnos propongan y discutan diferentes alternativas de solución. Los debates e intercambios de ideas y experiencias tienen un alto poder para retener conceptos, estrategias o perspectivas de nuevas formas de hacer gestión.

 

Otros factores determinantes que diferencian a las escuelas de negocios de otros centros de formación profesional y que proporcionan múltiples beneficios a los participantes son:  la búsqueda del desarrollo integral de las personas, el fomento y desarrollo del pensamiento crítico, y el entrenamiento intensivo en las capacidades para observar, analizar y comunicar.

 

Quizá parezca que estudiar en una escuela de negocios es muy idílico y que no requiere apenas esfuerzo. Sin embargo, lo cierto es que estudiar en una escuela de negocios implica una alta dedicación e inversión de tiempo y recursos económicos. 

 

Para resumir la relación entre el éxito y las escuelas de negocios podemos afirmar que reside en su empeño y firme compromiso de fomentar un aprendizaje desde la participación, el debate y la aplicación práctica de los conocimientos. Incluso las temidas evaluaciones, en una business school se enfocan como oportunidades para mejorar desde una perspectiva positiva y motivadora.