Cábalas electorales
Todo pronóstico acerca de un adelantamiento de las elecciones legislativas pertenece al ámbito de la política recreativa, porque salvo el propio Pedro Sánchez nadie sabe lo que está pasando por la cabeza del presidente del Gobierno en este arranque de año. Sin descartar que ni él mismo tenga claro qué hacer dado el complejo panorama actual.
Algunos medios lanzan la idea de un hipotético anticipo de los comicios generales -alguno señala el mes de abril- y lo explica diciendo que Sánchez querría evitar el efecto perverso del posible hundimiento del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 mayo. Es una posibilidad, pero no parece que vaya a salir adelante entre otras razones porque tras haber apretado el acelerador parlamentario para sacar adelante leyes tan controvertidas como la supresión del delito de sedición, la rebaja de la malversación, el despropósito de la ley del "solo sí es sí" o la ley Trans, leyes que han sido criticadas hasta por algunos barones socialistas, Sánchez tiene diseñada una agenda que abarca los próximos doce meses con una primera mitad -hasta llegar a mayo- dedicada al reparto selectivo de los fondos europeos y un segundo semestre dedicado a lucirse visitando países y recibiendo autoridades extranjeras en razón de la presidencia española de la Unión Europea.
Sánchez confía en los efectos demoscópicos de la propaganda -cuenta con muchos medios afines- y, sobre todo, cuenta con el olvido que apareja el paso del tiempo. Hoy, aún está caliente el escándalo de la reforma a la carta del Código Penal para beneficiar a los dirigentes de ERC procesados por sedición y, por eso, hay barones socialistas como Emiliano García-Page, que asegura que en la campaña electoral defenderá que vuelva a ser delito la convocatoria de un referéndum ilegal o, como Javier Lambán, que se atreve a decir que "este país no puede depender cada vez más de extremistas, radicales y separatistas". Pero eso lo dicen hoy porque el 28 de mayo tienen elecciones. La pregunta es si dirán lo mismo tras conocer el resultado.
Aunque el PP -que va por delante en las encuestas- tratará de presentar el resultado de los comicios de mayo como un plebiscito respecto de la política de Pedro Sánchez, el señalado procurará rebajar su perfil durante la campaña para evitar o amortiguar ese efecto. Sánchez se la juega a medias en las urnas de mayo. Parece que confía en poder remontar en el último semestre lo suficiente como para que aunque el PSOE quede por detrás del PP, Núñez Feijóo, que dependería de Vox, no pueda forma gobierno y volveríamos al "gobierno Frankenstein". Ya digo que todo son cábalas porque tenemos todo un año por delante y en política un año es una eternidad.
Algunos medios lanzan la idea de un hipotético anticipo de los comicios generales -alguno señala el mes de abril- y lo explica diciendo que Sánchez querría evitar el efecto perverso del posible hundimiento del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 mayo. Es una posibilidad, pero no parece que vaya a salir adelante entre otras razones porque tras haber apretado el acelerador parlamentario para sacar adelante leyes tan controvertidas como la supresión del delito de sedición, la rebaja de la malversación, el despropósito de la ley del "solo sí es sí" o la ley Trans, leyes que han sido criticadas hasta por algunos barones socialistas, Sánchez tiene diseñada una agenda que abarca los próximos doce meses con una primera mitad -hasta llegar a mayo- dedicada al reparto selectivo de los fondos europeos y un segundo semestre dedicado a lucirse visitando países y recibiendo autoridades extranjeras en razón de la presidencia española de la Unión Europea.
Sánchez confía en los efectos demoscópicos de la propaganda -cuenta con muchos medios afines- y, sobre todo, cuenta con el olvido que apareja el paso del tiempo. Hoy, aún está caliente el escándalo de la reforma a la carta del Código Penal para beneficiar a los dirigentes de ERC procesados por sedición y, por eso, hay barones socialistas como Emiliano García-Page, que asegura que en la campaña electoral defenderá que vuelva a ser delito la convocatoria de un referéndum ilegal o, como Javier Lambán, que se atreve a decir que "este país no puede depender cada vez más de extremistas, radicales y separatistas". Pero eso lo dicen hoy porque el 28 de mayo tienen elecciones. La pregunta es si dirán lo mismo tras conocer el resultado.
Aunque el PP -que va por delante en las encuestas- tratará de presentar el resultado de los comicios de mayo como un plebiscito respecto de la política de Pedro Sánchez, el señalado procurará rebajar su perfil durante la campaña para evitar o amortiguar ese efecto. Sánchez se la juega a medias en las urnas de mayo. Parece que confía en poder remontar en el último semestre lo suficiente como para que aunque el PSOE quede por detrás del PP, Núñez Feijóo, que dependería de Vox, no pueda forma gobierno y volveríamos al "gobierno Frankenstein". Ya digo que todo son cábalas porque tenemos todo un año por delante y en política un año es una eternidad.
Rufino Soriano Tena | Miércoles, 04 de Enero de 2023 a las 20:01:02 horas
¿Y quién nos dice que nuestro actual -y no sabemos hasta cuándo- Presidente del Consejo de Ministros (y Ministras que añadiría un socialista y algún socio-listo); quién nos dice, repito, que el susodicho no aspira a más altas y severas responsabilidades políticas porque considere que está preparado para destinos de más categoría que los que ya ha resuelto en España con tanto tino y, por ende, quiera aspirar a ser uno de los que, desde la EU -o UE, que es lo mismo- resuelve los problemas continentales con tanta agilidad y soltura como resuelto ha todos los que ha resuelto aquí, que siempre son como más domésticos? Y nada, como piensa usted, de “ir a lucirse visitando países y recibiendo autoridades extranjeras” sino ir a por todas (y todos que diría un socio-listo), a hacerse el dueño del cotarro: de la UE (o la EU, que es lo mismo). ¿O no?
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