Las guerras las provocan los cobardes
Todo mi desprecio para ellos. Y no hablo sólo de Putin. También de los líderes (es un decir) de Ex-occidente, como denomino desde hace tiempo al terreno baldío generado por las viles y mediocres oligarquías que gobiernan las antaño grandes Democracias.
Nihil novum sub sole. Creemos que la Democracia es algo nuevo, cuando en Roma tuvieron casi 500 años de República y de sus virtudes y defectos sabían mucho los sabios y cultos pensadores de un mundo que ya no existe. En mi 'Filosofía Jurídica y Política de la Nueva Ilustración' (2009), recordaba a Maquiavelo, cuando en sus “Discorsi” decía: “Después de que los romanos conquistaron África y Asia y redujeron casi toda Grecia a su obediencia, estaban seguros de su libertad y no creían que existiese ningún enemigo capaz de atemorizarlos. Esta seguridad y la debilidad de los enemigos hizo que el pueblo romano, a la hora de otorgar el consulado, no se fijase ya en la virtud, sino en el favor, prefiriendo a los que mejor sabían entretener a los hombres, no a los que mejor sabían vencer a los enemigos; después, se lo dieron no al más popular, sino al más poderoso, de modo que los buenos, por defecto del ordenamiento, quedaron completamente excluidos”.
¿No es eso lo que ha sucedido en Ex-occidente, después de la caída de la URSS? Nos gobiernan titiriteros, que lo que dominan es el “pan y circo”, igual que en la Roma descrita por Maquiavelo y Tito Livio.
La URSS cayó poco después de pasar a 3ª potencia económica mundial (la superó Japón como 2ª). Hoy Rusia tiene de potencia lo que yo de obispo. Sólo le queda el botón nuclear, como a Francia o Inglaterra, que sin embargo no se las dan ya de potencias y su PIB casi duplica el de Rusia. De hecho la Península Ibérica (España+Portugal) supera el PIB de Rusia. Asómbrense. Si Ucrania resiste, la capacidad de Rusia para ocuparla es del todo precaria. Aguanten, por favor, con uñas y dientes, por mucho que nuestros cobardes gobernantes no les apoyen. Putin aspira a resucitar la URSS, pero esto sólo puede hacerlo en la ficción y de la mano de China, que no votó a su favor en el Consejo de Seguridad de la ONU. No creo que Xi Jinping se meta en aventuras como invadir Taiwan. No parece genio, pero tampoco loco.
Rusia no es ya una potencia, sino una impotencia, igual que su dueño, Putin. Va tan de machito sobre un caballo o en su teatrillo de judo porque es un abuelete acabado cuya única potencia es la amenaza nuclear. En el mismo libro y capítulo: “La Demagogia, o el Rapto de la Democracia”, dije de Rusia: “no es más que un régimen despótico, sucesor de otro tiránico, regidos ambos por dirigentes que tienen escaso o nulo aprecio por la legalidad”. Y a los déspotas se les para, en seco. Putin olió cordero degollado, cuando el senil Presidente de los EE.UU. salió como un conejito de Afganistán.
Dos días antes de la invasión de Ucrania, a la que abrazo con todo mi efecto, un Vicepresidente de la Comisión Europea, Timmermans, se expresó como un border line, al decir que había que responder a Putin luchando contra el cambio climático (sí, sí, han oído bien, en esas manos estamos). En las mismas fechas el papelón de Alemania fue de vergüenza ajena. Después se nos descolgó Borrell, otro flojo que va de listo y que es el responsable de política internacional y de seguridad de la UE, hablándonos de lo duras que resultaban para Rusia, medidas como la expulsión de Eurovisión o quitarles la final de la Champions y suprimir el GP de Rusia de F1, medidas por cierto aún no concretadas. Sí, sí, de nuevo oyeron bien.
Todos estos mediocres, y muchos otros, nos gobiernan, como los del Consejo de Europa, un supuesto foro de las Democracias y los Derechos Humanos, que sólo suspendió a Rusia en su condición de miembro, sin expulsarla. Estos vividores son un peligro público, que no debiera permanecer en sus poltronas ni un minuto más. Mientras se mantengan en el machito sólo podremos preguntarnos ¿quién será el siguiente? Por ahora, las Repúblicas Bálticas, Finlandia y Suecia ya han puesto sus barbas a remojar. ¿Cuándo llegará nuestro turno?, porque si no hacemos los deberes, llegará. Seguro.
Emilio Suñé Llinás es Catedrático de la Facultad de Derecho
de la Universidad Complutense de Madrid
Nihil novum sub sole. Creemos que la Democracia es algo nuevo, cuando en Roma tuvieron casi 500 años de República y de sus virtudes y defectos sabían mucho los sabios y cultos pensadores de un mundo que ya no existe. En mi 'Filosofía Jurídica y Política de la Nueva Ilustración' (2009), recordaba a Maquiavelo, cuando en sus “Discorsi” decía: “Después de que los romanos conquistaron África y Asia y redujeron casi toda Grecia a su obediencia, estaban seguros de su libertad y no creían que existiese ningún enemigo capaz de atemorizarlos. Esta seguridad y la debilidad de los enemigos hizo que el pueblo romano, a la hora de otorgar el consulado, no se fijase ya en la virtud, sino en el favor, prefiriendo a los que mejor sabían entretener a los hombres, no a los que mejor sabían vencer a los enemigos; después, se lo dieron no al más popular, sino al más poderoso, de modo que los buenos, por defecto del ordenamiento, quedaron completamente excluidos”.
de la Universidad Complutense de Madrid






















Fco Javier | Martes, 01 de Marzo de 2022 a las 17:47:49 horas
Que pena lo que se está consintiendo en Ucrania, "el matón de la clase(Putin), hace bullying, al más indefenso de la Clase(Ucrania), mientras el resto de los compañeros (Europa, EEUU, y resto de países) lo consienten y miran para otro lado.
Un buen ejemplo para nuestros jóvenes, a los que exigimos que den la cara y no miren para otro lado, cuando intimidan a otros compañeros.
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