Según un comunicado de la patronal de la restauración este lunes, existen dos problemas diferentes: "la movilización masiva de la juventud, por un lado, y las manifestaciones de vandalismo y delincuencia, por otro".
El director del gremio, Roger Pallarols, ha dicho que "las dos administraciones deben explicar por qué toleran macrobotellones con 40.000 personas", como ocurrió con el que tuvo lugar la noche del viernes al sábado en los alrededores de la plaza Espanya.
Además, ha asegurado que la estrategia de "continuar ahogando" las actividades regladas, que hace tiempo que lamentan entidades como el gremio, se ha constatado un fracaso, en sus palabras.
La organización ha señalado que era especialmente importante el control de los macrobotellones "después de lo que sucedió en Gràcia y Sants el pasado mes de agosto y de lo que viene sucediendo en diversos puntos de la ciudad de manera sistemática cada fin de semana desde hace muchos meses".
También ha añadido que "resignarse y decir que los macrobotellones (no el vandalismo) eran inevitables parece una manera de rehuir responsabilidades".
El gremio ha criticado que la "violencia en las calles de Barcelona se está cronificando" y ha pedido a los responsables del Ayuntamiento y la Generalitat afrontar el problema convirtiéndolo en una prioridad política, así como mostrar interés por las reclamaciones de los dos restaurantes que fueron saqueados durante los disturbios.
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