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Jueves, 12 de Agosto de 2021
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Ley de segunda oportunidad en España

Muchas personas seguro que han oído hablar alguna vez de la Ley de Segunda Oportunidad, pero pocos saben con certeza los fundamentos de este mecanismo legal, de los requisitos para acogerse en ella o de las ventajas que esto puede aportar. En el presente artículo explicamos en detalle en qué consiste este recurso legal.

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Tener un pleno conocimiento de la ley y de las distintas herramientas que pone a disposición de la ciudadanía, es sumamente importante para tener una buena cobertura ante situaciones que requieran ser abordadas desde el plano legal. Además, una buena base en conocimiento de las leyes implica un mejor aprovechamiento de servicios de asesoramiento legal, como los que prestan los abogados y otros profesionales del derecho frente a determinadas situaciones.
 
A continuación, se plantea todo lo relacionado con la ley de la segunda oportunidad en España, con el objetivo de brindar a los lectores una buena perspectiva de este recurso legal de modo que puedan aplicarlo cuando sea necesario en el plano legal.
 
¿En qué consiste la Ley de Segunda Oportunidad?
 
La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal que da la posibilidad de renegociar sus deudas o librarse de ellas a particulares y autónomos deudores. Este recurso fue ideado con la finalidad de que las personas físicas, ya sea que tengan o no actividad empresarial, puedan tener un apoyo legal para superar una situación de insolvencia grave o quiebra.
 
El Real Decreto-ley 1/2015, de 27 de febrero, de mecanismos de segunda oportunidad, reducción de carga financiera y otras medidas de orden social es el encargado de la regulación de este mecanismo legal.
 
¿Cuál es su función?
 
La principal función de la Ley de Segunda Oportunidad consiste en ofrecer un apoyo a modo de salvavidas a aquellas personas que muy probablemente cuenten con un buen historial de pagos, pero que pasan por momentos de dificultad que perjudican su economía. Es importante destacar que la aplicación de esta ley no permite a una persona física librar de manera sencilla e indiscriminada cualquier pago que esta deba asumir, ya que esta ley también engloba incluye dentro de su jurisdicción los derechos de cobro de los acreedores.
 
Si bien es cierto que las personas físicas anteriormente ya contaban con la posibilidad de acudir al concurso de acreedores, este nuevo mecanismo surge como una alternativa más ajustada a sus intereses. Asimismo constituye una herramienta ideal para salir de alguna situación difícil que involucre la solvencia de pagos en medio de baches económicos.
 
De este modo, al hacer el intento de salvar en la medida de lo posible el cobro sin descuidar los intereses del individuo, esta ley cumple con una doble función que garantiza que las necesidades de ambas partes sean cubiertas. Sin embargo, la Ley de Segunda Oportunidad no es un mecanismo que esté al alcance de cualquiera. Para poder resguardarse en ella es necesario que la persona reúna una serie de condiciones con las que podrá aplicar.
 
Requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad
 
Como se ha dicho anteriormente, la Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo selectivo, que requiere que aquellos que se amparen en ella cumplan con una serie de requisitos, los cuales son los siguientes:
 
  • Debe existir una justificación válida que demuestre que la persona no cuenta con los recursos suficientes para solventar sus deudas.
  • El importe de la deuda no puede exceder los cinco millones de euros.
  • Las deudas deben haberse realizado actuando de buena fe. En el plano legal para determinar si la conducta de un deudor ha sido de buena fe, es necesario contar a su vez con otra serie de condiciones tales como:
 
  • Debe haber existido un intento de llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos con los acreedores. Es decir, que debe haber existido la voluntad de resolver la situación sin la necesidad de recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad, haciendo el intento de alargar los plazos de pagos o negociar el pago por cuotas más pequeñas que vayan reduciendo la deuda pendiente.
  • Además, es necesario que el deudor tenga un historial libre de condenas por delitos económicos o patrimoniales contra instituciones públicas. Por último, es necesario que la persona no sea declarada culpable en el concurso de acreedores y que la persona que intenta acogerse a esta ley no lo haya hecho con anterioridad en los últimos diez años.
 
La Ley de Segunda Oportunidad es una herramienta sumamente útil que ha servido a muchas personas para salir de situaciones delicadas relacionadas con deudas en momentos de dificultad. El conocimiento de sus fundamentos y de los requisitos para aplicar a esta es necesario para mantenerse preparado en caso de que el futuro depare una situación similar.
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