Juan Antonio Fonseca Serrano
Martes, 01 de Junio de 2021
Remitido
Los perfiles devops se vuelven imprescindibles para el futuro empresarial
Vivimos en una sociedad en la que las nuevas tecnologías determinan nuestro día a día y, prácticamente, todo lo que nos rodea. Dentro del entorno profesional, las soluciones informáticas se han vuelto algo fundamental para el funcionamiento de las empresas. Pero, obviamente, detrás de estas soluciones debe haber equipos que se encarguen de darles forma.
El desarrollo de webs, aplicaciones y software en general tiene siempre a toda una amalgama de profesionales especializados en labores como el diseño, la programación y otras tantas tareas esenciales para el progreso tecnológico. Este ámbito, el de la tecnología, es un pilar esencial para el mundo moderno y, para seguir avanzando, ha descubierto un perfil que se ha convertido en su piedra angular, el del DevOps.
¿Por qué adquiere tanta relevancia el DevOps
en las empresas modernas?
El perfil de ingeniero en DevOps se ha convertido en uno que no puede faltar en ningún equipo de desarrollo de software, sean programas de PC, aplicaciones para móviles o incluso páginas web. En realidad, cuando hablamos del devops, de lo que hablamos es de una nueva cultura de trabajo, una nueva metodología que aglomera en su interior técnicas, prácticas y conceptos orientados siempre al desarrollo de software.
A través de este sistema, los perfiles que se especializan en esta materia garantizan un trabajo que facilita la automatización de procesos entre equipos de devs, así como entre operaciones y administradores. Todas estas áreas se interconectan más que nunca y se relacionan con más facilidad, permitiendo así generar las sinergias necesarias para no solo conseguir un desarrollo más eficiente, sino también conseguir que los resultados sean mucho mejores que con una metodología tradicional, como puede ser, por ejemplo, el desarrollo en cascada.
Para las empresas de este sector es algo fundamental no solo por cómo cambia su día a día y su actividad, sino también por cómo les permite desarrollar el software más rápido a nivel interno, con una menor inversión económica y, además, con una mayor calidad. A priori, son todo ventajas, de hecho es así. Lo único que juega en su contra es que requiere preparación y, por supuesto, cambiar métodos y técnicas que pueden haber quedado asentados, pero no por ello ser especialmente positivos. Hace falta pasar por una transición para abrazar el DevOps en un negocio.
Todo esto, aunque ahondaremos en ello a continuación, lleva a muchos profesionales a cursar master devops como el de la Universidad Camilo José Cela. Formación que mira sobre todo a profesionales del sector tecnológico, ofreciendo teoría y práctica para entender Agile, administración de sistemas, monitorización de entornos de operación, desarrollo basado en contenedores y, en definitiva, todo lo que da forma a esta especie de cultura de desarrollo que tan buenos resultados arroja.
Las claves del DevOps para las empresas de software
Implantando esta metodología, en las empresas se genera una mayor colaboración y comunicación entre partes. Se unen equipos de forma que se consigue una mayor productividad, ya que esta cultura se centra sobre todo en ofrecer el máximo rendimiento posible a base de unir fuerzas. En lugar de trazar objetivos individuales, se establecen unos comunes que obligan a todos los equipos a trabajar conjuntamente para alcanzar dichas metas, lo que crea también un ambiente mucho más colaborativo.
Por supuesto, es algo que también afecta a los ciclos de desarrollo. Estos se acortan a la hora de trabajar en nuevas aplicaciones o incluso al actualizar las ya existentes. De hecho, una de las bases del DevOps es el trabajo iterativo, es decir, se diseña y se desarrolla pensando en facilitar futuras actualizaciones, seccionando partes del software para que se vayan desarrollando en paralelo y con cierta modularidad, permitiendo así avanzar progresivamente en diferentes frentes al mismo tiempo.
De este modo, además, se optimiza la gestión de recursos en la empresa, sobre todo gracias a la automatización. De esta ya hemos hablado antes, pero conviene volver a mencionarla, porque es algo que permite a los ingenieros de software volcar su trabajo en las áreas menos repetitivas y que no se pueden automatizar. El tiempo se aprovecha mucho más y, por ende, se cumple el punto que mencionábamos antes: la optimización de todo el proceso de desarrollo.
En resumidas cuentas, es un nuevo sistema de trabajo que está demostrando que cambia por completo la metodología en pos de algo mejor. Acelera, optimiza y hasta genera un mejor clima de trabajo en los entornos en los que se aplica. Bien es cierto que requiere pasar por una necesaria transición que, al mismo tiempo, exige invertir en material y formación del personal, pero, una vez implantado, no hace más que elevar la competitividad del negocio. Es un paso necesario y obligatorio que cada vez más frentes están llevando a cabo, pero para el que también hay que estar preparado. Es el futuro.
![[Img #114034]](https://madridpress.com/upload/images/06_2021/8222_devops.jpg)
El desarrollo de webs, aplicaciones y software en general tiene siempre a toda una amalgama de profesionales especializados en labores como el diseño, la programación y otras tantas tareas esenciales para el progreso tecnológico. Este ámbito, el de la tecnología, es un pilar esencial para el mundo moderno y, para seguir avanzando, ha descubierto un perfil que se ha convertido en su piedra angular, el del DevOps.
¿Por qué adquiere tanta relevancia el DevOps
en las empresas modernas?
en las empresas modernas?
El perfil de ingeniero en DevOps se ha convertido en uno que no puede faltar en ningún equipo de desarrollo de software, sean programas de PC, aplicaciones para móviles o incluso páginas web. En realidad, cuando hablamos del devops, de lo que hablamos es de una nueva cultura de trabajo, una nueva metodología que aglomera en su interior técnicas, prácticas y conceptos orientados siempre al desarrollo de software.
A través de este sistema, los perfiles que se especializan en esta materia garantizan un trabajo que facilita la automatización de procesos entre equipos de devs, así como entre operaciones y administradores. Todas estas áreas se interconectan más que nunca y se relacionan con más facilidad, permitiendo así generar las sinergias necesarias para no solo conseguir un desarrollo más eficiente, sino también conseguir que los resultados sean mucho mejores que con una metodología tradicional, como puede ser, por ejemplo, el desarrollo en cascada.
Para las empresas de este sector es algo fundamental no solo por cómo cambia su día a día y su actividad, sino también por cómo les permite desarrollar el software más rápido a nivel interno, con una menor inversión económica y, además, con una mayor calidad. A priori, son todo ventajas, de hecho es así. Lo único que juega en su contra es que requiere preparación y, por supuesto, cambiar métodos y técnicas que pueden haber quedado asentados, pero no por ello ser especialmente positivos. Hace falta pasar por una transición para abrazar el DevOps en un negocio.
Todo esto, aunque ahondaremos en ello a continuación, lleva a muchos profesionales a cursar master devops como el de la Universidad Camilo José Cela. Formación que mira sobre todo a profesionales del sector tecnológico, ofreciendo teoría y práctica para entender Agile, administración de sistemas, monitorización de entornos de operación, desarrollo basado en contenedores y, en definitiva, todo lo que da forma a esta especie de cultura de desarrollo que tan buenos resultados arroja.
Las claves del DevOps para las empresas de software
Implantando esta metodología, en las empresas se genera una mayor colaboración y comunicación entre partes. Se unen equipos de forma que se consigue una mayor productividad, ya que esta cultura se centra sobre todo en ofrecer el máximo rendimiento posible a base de unir fuerzas. En lugar de trazar objetivos individuales, se establecen unos comunes que obligan a todos los equipos a trabajar conjuntamente para alcanzar dichas metas, lo que crea también un ambiente mucho más colaborativo.
Por supuesto, es algo que también afecta a los ciclos de desarrollo. Estos se acortan a la hora de trabajar en nuevas aplicaciones o incluso al actualizar las ya existentes. De hecho, una de las bases del DevOps es el trabajo iterativo, es decir, se diseña y se desarrolla pensando en facilitar futuras actualizaciones, seccionando partes del software para que se vayan desarrollando en paralelo y con cierta modularidad, permitiendo así avanzar progresivamente en diferentes frentes al mismo tiempo.
De este modo, además, se optimiza la gestión de recursos en la empresa, sobre todo gracias a la automatización. De esta ya hemos hablado antes, pero conviene volver a mencionarla, porque es algo que permite a los ingenieros de software volcar su trabajo en las áreas menos repetitivas y que no se pueden automatizar. El tiempo se aprovecha mucho más y, por ende, se cumple el punto que mencionábamos antes: la optimización de todo el proceso de desarrollo.
En resumidas cuentas, es un nuevo sistema de trabajo que está demostrando que cambia por completo la metodología en pos de algo mejor. Acelera, optimiza y hasta genera un mejor clima de trabajo en los entornos en los que se aplica. Bien es cierto que requiere pasar por una necesaria transición que, al mismo tiempo, exige invertir en material y formación del personal, pero, una vez implantado, no hace más que elevar la competitividad del negocio. Es un paso necesario y obligatorio que cada vez más frentes están llevando a cabo, pero para el que también hay que estar preparado. Es el futuro.

























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