Derroche, más deuda, disparates e impuestazos

¿Dónde está la gestión y el orden económico? Sólo hay fotos, demagogia barata y propaganda caduca.

 

El que ejerce de presidente de España de facto, por poderes, aunque sin demostración eficiente, ni empatía alguna, a ritmo de robot parlante, sólo tiene un afán, que es seguir en el trono como sea y sin importar el precio que tenga que pagar el tesoro del Estado, que es en definitiva el dinero público de todos el que paga la fiesta. Y será ese Estado el que se quedará al término de su mandato con una deuda y déficit por las nubes, y eso sí, un préstamo agraciado de la Unión Europea de, tal vez, 70.000 millones de euros en versión rescate.

 

El PSOE desde hace tiempo sólo es un partido al servicio de un sector de militantes del mismo. No hay restos ni de socialdemócrata, no se parece en nada a cualquier otra formación social de izquierdas moderna en Europa, ni es obrero, se pierden empleos a chorros con la pésima indigestión de aires rancios de este socialcomunismo, y tampoco tiene mucho de española una formación que favorece a grupúsculos de partidos que tienen, entre sus objetivos, el separatismo, revoluciones anarcosindicalistas arcaicas y el empeño en agrietar el sistema constitucional aprobado en referéndum en 1978, el que declaró que España es una monarquía parlamentaria plenamente democrática.

 

En esas está la alianza que mantiene a los socialistas al mando. Con la deuda disparada, el gasto de las pensiones en cifras astronómicas difícilmente sostenibles en el futuro, si no cambia la situación, y con el paro desbocado en sectores claves de un país que goza de grandes atractivos para el turismo. O sea que no es de recibo que ministros prescindibles, sin dotes económicas (¿el dinero público no es de nadie?), se dediquen a hablar con desdoro del sector turístico y hostelero, o que con infumables declaraciones vengan desde el mismísimo gobierno a desprestigiar a los muy dignos trabajos de la restauración y de las empresas turísticas, colectivo que genera millones de empleos, directos e indirectos, no es de recibo, señorías que hablen mal de las personas que trabajan y se ganan el pan con el sudor de su frente, mientras desde el Gobierno designan a dedo a incapaces que se lo llevan crudo con tratos de favor inmorales, con sueldos de seis dígitos, y con indemnizaciones de políticos que tras abandonar un alto cargo, de manera voluntaria, tienen la desfachatez de solicitar la "indemnización" del mismo para seguir cobrando pasta gansa sin dar un palo al agua. 

 

Este desgobierno sólo sabe hacer tres cosas: mentir, subir impuestos y pedir o mendigar dinero a Europa porque es incapaz de tener ideas para salir de las crisis de manera inteligente. La cuarta cosa que saben hacer es, después de gastar a chorros, es pedir la condonación de deuda, como si España fuera un país menos que emergente, cuando hace no mucho era la novena potencia mundial. Este PSOE y sus mariachis no dan pie con bola en economía. Sólo les falta poner en las calles fotocopiadoras de billetes, como similarmente dijo alguno, o subir los salarios por decreto al estilo de la dictadura que sufre la pobre Venezuela.

 

Ya que es ni destrozando el lenguaje cuando hablan de las "empresas y empresos" queriendo ser presuntamente inclusivos, qué ridiculez. Y a todo ello se une el impuestazo a los peajes, la última perla que, de llevarse a cabo, puede provocar subidas encadenadas de precios hasta golpear directamente en los de los alimentos y los bolsillos de todos; eso es subir los impuestos a las familias con menos recursos. No es de extrañar que los socialistas coherentes huyan de este Gobierno mentiroso y desnortado.