Cómo hacer aceite de CBD

 

El aceite CBD tiene excelentes propiedades y en la actualidad se utiliza cada vez más con fines terapéuticos, cosméticos y relajantes. Esta sustancia se puede comprar fácilmente en The Green Brand con todas las garantías, pero también se puede optar por realizarlo en una elaboración casera siempre que se tengan los ingredientes o se disponga de un cultivo personal con el que abastecerse para ello. A continuación te mostramos cómo hacer aceite CBD.

 

 

El aceite CBD es la forma más segura de consumir cannabis con fines terapéuticos, para los dolores musculares, para combatir el insomnio o para evitar las náuseas entre otras cosas. Para hacerlo en casa debes saber que la proporción de los distintos cannabinoides puede ser diferente según la variedad de la planta. 

 

El THC (tetrahidrocannabinol) es el principal constituyente psicoactivo del cannabis y proporciona los conocidos cambios en la percepción que algunas personas no tienen por qué querer experimentar al consumirlo con estos fines, que no son lúdicos. El CBD los modula y favorece la relajación, por lo que elaborar el aceite es perfecto en estos casos. Aunque se puede hacer aceite CBD de varias maneras hoy te vamos a mostrar una especialmente sencilla y accesible.

 

 

Para esta elaboración sencilla lo primero será triturar los cogollos y llenar con ellos un tarro de cristal. Después, se añade el aceite de oliva virgen extra necesario para cubrirlos. La mezcla resultante se calienta a 100 ºC durante dos horas, algo que se puede hacer fácilmente al baño maría. A continuación, se deja en reposo durante 3 días a oscuras, removiéndolo varias veces a lo largo de este tiempo. Por último, se cuela y se mete en un bote estéril que se guarda a salvo de la luz.

 

 

Para dar uso a esta elaboración casera es conveniente saber de qué manera se consume. Por lo general, se toman varias gotas de este aceite dejando que se disuelvan debajo de la lengua. 

 

Lo ideal es probar poco a poco desde lo más moderado con la dosis, ya que la más correcta va a depender de diferentes factores en cada caso como la concentración de principios activos en la planta, el método de elaboración, la forma en la que lo digiere el cuerpo del paciente y o el trastorno que se busca tratar. Puedes empezar con solo un par de gotas, 3 veces al día, y a partir de ahí aumentar la dosis, sin llegar a cantidades que provoquen efectos desagradables.

 

Lo mejor cuando se busca mejorar una dolencia o combatir algún problema específico es realizar el tratamiento bajo el control de un médico con conocimientos sobre el cannabis, hoy en día ya existen muchos profesionales abiertos a estas terapias que conocen bastante bien la materia y pueden asesorar correctamente. Aunque carece de una toxicidad significativa, puede estar contraindicado en menores o en determinadas personas con afecciones cardiovasculares. En principio, este tratamiento es mucho menos agresivo que los fármacos para el dolor y determinados medicamentos con muchos efectos secundarios.