Barrabasadas

En el Palacio de la Moncloa se viene cocinando de extranjis el acercamiento de los etarras a sus casas desde hace tiempo. Y con alevosía, nocturnidad, premeditación, acto pandémico y estado de alarma -de dudosa constitucionalidad de por medio- ha dado como resultado que, desde que gobierna Pedro Sánchez, más de un centenar de asesinos a sueldo han podido volver a pisar su región autonómica natal. Entre los que van en el saco del pacto de este gobierno sanchista con los de Bildu está el sanguinario Henri Parot. Obviamente no va él solo. En este lote le acompañarán cinco asesinos más.

 

Pero el caso particular de este etarra nacido en Argelia, y criado en Bayona, no es ‘pecata minuta’. Y cuenta los años de Cristo -treinta y tres- por asesinatos cometidos solo entre 1978 y 1990. Pero el dato no queda ahí, este carnicero de nacionalidad francesa en total ha llegado a estar implicado en más de 80 crímenes. 

 

De este elemento se cuenta que su primer delito lo cometió un día de Fieles Difuntos. Y que le detuvo la policía en Sevilla, portando cerca de trescientos kilos de explosivos, pocas fechas antes de dar comienzo la Semana Santa de 1990. Además, fue uno de los autores materiales del devastador atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza, perpetrado un 11 de diciembre, día de San Dámaso. Curiosamente quien fuera primer Papa español y al que se le otorga el hecho de la veneración de los sepulcros de los mártires. 

 

Lo malo de tener memoria es que la vida, la historia y la hemeroteca te traen todas estas cosas. Y si atas, si hilas, incluso puede parecer que todo está conectado. Pero lo peor de este asunto no es este hecho en sí o el propio personaje, que también. Lo más doloroso es que este gobierno, que es más falso que Judas, nos está vendiendo al diablo a todos los españoles. Ciertamente no sabemos si hay treinta monedas de plata de por medio. Pero de ser así, simbólicamente, la traición de la banda de Sánchez a nuestro país tocaría casi a víctima inocente de este etarra por moneda. Y eso contando tan solo doce años de su historia criminal.

 

Lo que sí parece estar claro es que, con monedas o sin ellas, este gobierno está más cerca de la banda de Parot que del lado del que ha sufrido todo su castigo. Entretanto, los abertzales se van regocijando. Y van recibiendo ‘cum laude’, y por entregas, a sus asesinos de marras en sus ‘ongi etorri’ callejeros.

 

Pero parece que esto al menos se les va a acabar porque de Pascuas a Ramos al menos a alguien se le enciende una bombilla. De momento, el Ayuntamiento de Vitoria, obviamente con la oposición de Bildu, ha aprobado una iniciativa impulsada por la Fundación Fernando Buesa para que estas ofensas populistas de recibimiento al villano al menos no se hagan en espacios públicos. 

 

Pero ni con estos pequeños detalles a cuentagotas en favor de la víctima real se puede contener todo el dolor causado por las barrabasadas de este gobierno sanchista. España, con su Pilatos de turno, va camino de otro calvario. Y es que de momento, por aclamación gubernamental, Barrabás está solo a un paso de volver a ser libre. Mientras tanto, Cristo cada vez está más cerca de su Cruz.