Jugar al Risk

Hace más de setenta años, en plena posguerra, el cineasta francés Albert Lamorisse creó ‘La Conquête Du Monde’ (La conquista del mundo). Un juego de estrategia inspirado en Napoleón. Pero como el nombre hizo poca gracia, por el contexto social que se estaba viviendo, la compañía Parker Brothers (hoy Hasbro) lo llamó Risk.

 

Con este conocido juego -que cuenta tan solo con un tablero, unas fichas, unos dados y unas pocas cartas de consigna-, hoy cualquier persona puede echar la tarde intentado conquistar el mundo. Pero el politiqueo no se contenta solo con jugar en casa con sus amigos. Y ha decidido hacer una performance en todo el país. Así que el tablero ahora es España, las instrucciones las publica el BOE y, por supuesto, el dinero para los dados y las cartas con sus sobres lo pones tú.

 

Y como apenas hay cosas que hacer en tiempos de pandemia, la muchachada de los hemiciclos se divierte con el juego de repartirse el territorio nacional. Obviamente impera el leitmotiv de siempre: saber quién es el más traidor.

 

-¿Te doy Cataluña y El País Vasco si me dejas tirar otra vez los dados en Murcia y en Madrid? 

 

-Sí, sí. ¿Y luego querrás las dos Castillas? 

 

-Vale, pues Navarra para ti.

 

Lo malo de este juego es que en su momento parecía recrear la conquista de Napoleón. O la simulación de una nueva Guerra Mundial. Pero lo peor es que ahora, si el tablero de conquista solo fuera el mapa de España, podría hasta parecer un simulacro de la toma de Madrid. 

 

Algunos veteranos, escandalizados con todo este juego, con toda esta traición, ya están empezando a denunciar esta tomadura de pelo a la ciudadanía. Y Madridpress se ha hecho eco de las declaraciones de la plataforma 'La España que reúne'. El que lleva las riendas de esta organización, el exdirigente socialista Nicolás Redondo, ha criticado muy duramente al PSOE con las mociones de Murcia, Castilla y León; y también en la "frustrada" de Madrid. Y ha dicho: “La moción de censura es un mecanismo constitucional que se diseñó para dar estabilidad. Ahora se usa para articular mayorías negativas basadas en coaliciones antinaturales, proliferando fenómenos como el del transfuguismo”. 

 

En el libro ‘La vida es juego’, el antropólogo José Antonio Jáuregui, inspirándose en el ‘Homo Ludens’ de Huizinga, nos trató de demostrar con ironía esa pasión enfermiza que siente el ser humano por los tableros. Pero mientras unos se divierten mucho con su juego de poder, otros sufrimos las consecuencias de esa miserable adicción a la estrategia. Así que ojalá que se termine de una vez por todas esta vergüenza nacional berlanguiana. Un cuatro de mayo va a poder ser. Dos días después de la onomástica del alzamiento contra Napoleón. Esperemos que la jornada acabe con todos los ciudadanos juntos en buena dicha. En Madrid. En las urnas. Sin el tablero de jugar al Risk.