Iglesias se corta la coleta
Pablo Iglesias ha protagonizado la penúltima réplica del terremoto político desencadenado hace una semana con el fallido asalto de Pedro Sánchez a los feudos regionales del PP. El líder de Podemos ha anunciado que abandona su cómoda vicepresidencia segunda del Gobierno y la dirección del partido para encabezar la lista de la formación morada a las elecciones autonómicas de Madrid del 4 de mayo.
En principio, la decisión causa sorpresa porque dejar el Gobierno de la nación -en el que se jactaba de dirigir la agenda del presidente- para arriesgarse a quedarse de simple diputado de la oposición en la Asamblea de Madrid es perder muchos galones. Y ya sabemos que al líder de Podemos le gusta el poder y demostar además que nadie le hace sombra como líder alfa.
¿Qué ha pasado pues para que Iglesias tome semejante decisión? Una primera impresión es que podría saber que sus días en el Gobierno de Sánchez tocaban a su fin. Es sabido que las relaciones políticas y personales entre ambos personajes no atraviesan su mejor momento. El presidente podría estar pensando en remodelar el Gobierno y quitarse lastre por los continuos desafíos de los podemitas, que más que socios de gobierno parecen la oposición. Es decir, Iglesias ha podido decidir dejar el Ejecutivo antes de que Sánchez le echase.
En esa clave podía interpretarse la operación de Moncloa de utilizar a Ciudadanos para presentar mociones de censura contra el PP en Murcia, Castilla y León y, por supuesto, en Madrid, la joya de la corona que tanto anhela el PSOE y que se le resiste desde hace más de dos décadas. Si esa maquiavélica operación hubiera prosperado, Sánchez hubiera estado en disposición de librarse de las ataduras de Podemos, al optar por un acercamiento al centro de la mano de Inés Arrimadas.
Ahora, tras fallar los estrategas de la Moncloa -más aprendices de brujo que estadistas- Iglesias se ofrece como la solución para desalojar a Isabel Díaz Ayuso y al PP del Gobierno de Madrid, cuando podría tratarse de una decisión tomada a la desesperada a tenor de la situación de caída libre en que se encuentra Podemos. En Galicia fueron barridos del mapa, en el País Vasco sufrieron un fuerte retroceso y en Cataluña apenas se han mantenido. En Madrid, algunas encuestas apenas dan a Podemos el 5% de los votos, por lo que corren el riesgo de no tener representación en la Asamblea. De ahí la oferta a Más Madrid de su ex socio y amigo Íñigo Errejón de concurrir juntos a las elecciones, aunque más parece una petición de socorro para ver si unidos tienen alguna posibilidad más.
Y mientras tanto, Ayuso y el PP celebran la candidatura de Iglesias porque les ha hecho ya más de media campaña. ¡Comunismo o libertad!, se han apresurado a proclamar los populares, cual lema ante la amenaza que supondría Iglesias en el Gobierno regional de Madrid. Si el líder de Podemos traslada a Madrid sus propuestas de subida de impuestos, nacionalización de empresas, amparar legalmente a los okupas en vez de a los propietarios, alentar a los amantes de los altercados callejeros, y defender a los Oteguis y golpistas catalanes, para quienes reclama la amnistía y el derecho a repetir el 1-O, Iglesias estará trabajando para que Ayuso y el PP alcancen la mayoría absoluta.
Queda por delante más de un mes y medio de larga campaña y asistiremos a todo tipo de enfrentamientos y descalificaciones entre candidatos, pero de momento Ayuso reclama en tono irónico a los madrileños que están en deuda con ella por haber sacado a Iglesias de la Moncloa. Con su sorprendente decisión de dejar su cómoda poltrona en el Gobierno y la dirección cesarista de Podemos, puede que Iglesias se haya cortado la coleta, en su acepción política.
En principio, la decisión causa sorpresa porque dejar el Gobierno de la nación -en el que se jactaba de dirigir la agenda del presidente- para arriesgarse a quedarse de simple diputado de la oposición en la Asamblea de Madrid es perder muchos galones. Y ya sabemos que al líder de Podemos le gusta el poder y demostar además que nadie le hace sombra como líder alfa.






















Fr. Gerundio de Campazas | Martes, 16 de Marzo de 2021 a las 18:20:07 horas
Es una gran noticia junto a la no menos grande de la desaparición del Cs y sería extraordinario si VOX anunciara su disolución y se formara el gran centro unido constitucionalista con el Partido Popular
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