Los cuatro aspectos que van a descifrar tus problemas de pareja

 

 

La pareja requiere buenas y altas dosis de empatía, es fundamental porque es un ejercicio que resulta natural y sencillo al comienzo de una relación pero que, poco a poco, va costando más y más esfuerzo por parte de cada uno. Cuanto más avanza una pareja en la relación, más importante es ponerse en la piel del otro para llegar a entenderse. 

 

No solo se trata de un ejercicio de empatía para comprender a la pareja, porque si las personas no se aceptan tal como son, de poco sirve entenderse. Aceptar a la persona es el primer paso para disfrutar en cierto modo de los defectos de nuestra pareja o, al menos, para ser conscientes de quién es la persona con la que compartimos nuestra vida y que decidimos convivir con esos aspectos. 

 

 

Cuando uno o los dos miembros de la pareja, pasan a delegar su felicidad en la pareja y anulan su felicidad individual, los miembros de la pareja comienzan a agrietarse porque si uno mismo no está sano, no es posible que la pareja lo esté. Abandonar sus metas personales, descuidar aquello que nos llena para dejar descansar toda nuestra felicidad sobre la felicidad de la pareja, acaba anulando nuestra esencia y personalidad. Y precisamente la personalidad, siempre termina aflorando de una u otra manera, aunque lo más común es a través de la infidelidad, en el caso de los hombres incluso recurriendo a prostitutas o escorts de Madrid. 

 

 

En el lado opuesto está el individualismo. Hoy en día, el ritmo de vida es muy alto y todos tenemos metas personales que anteponemos a todo lo demás porque vivimos en un mundo extremadamente competitivo y pensamos que debemos anteponer nuestras circunstancias personales y profesionales a la pareja, lo que termina con una distancia insalvable. Este aspecto hila con la diferencia en los ritmos de vida, un aspecto muy común a día de hoy y que dificulta la continuidad de muchas parejas. 

 

 

No son los hijos en sí, sino la capacidad de la pareja para reajustar su vida y adaptarse a una realidad nueva y que supone un cambio drástico. La exigencia económica es uno de los aspectos más importantes, ya que un hijo implica un gran esfuerzo económico que genera mucha tensión en la pareja. El otro gran problema que surge, es el de descuidar a la pareja porque, como es lógico, un bebé absorbe no solo todas las horas de la pareja, sino también su estado físico. Qué decir tiene que la desaparición del sexo en esta etapa, supone otro foco de tensión que muchos hombres gestionan siendo infieles con personas cercanas o recurriendo al sexo de pago.