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Así lo ha trasladado el concejal presidente de la Junta municipal del distrito Centro, José Fernández en una nueva reunión mantenida con vendedores ambulantes, representantes de comercio estable y vecinos.
Según han explicado fuentes municipales a Europa Press, se trata de la tercera propuesta planteada a los comerciantes que ahora abren un periodo para analizarla y consultar a sus asociados la respuesta que darán al Consistorio. Además, han incidido en que este nuevo planteamiento se acerca a las demandas trasladadas por el colectivo.
Concretamente, se plantea la apertura del emblemático mercadillo con un vallado perimetral de forma que se sectorice la circulación de peatones de los puestos y aforo en cuatro zonas autónomas de funcionamiento simultáneo, con módulos de dos metros.
Así, se plantea un aforo de 147 puestos en Ribera de Curtidores, 74 en la Vara del Rey, 52 en Campillo, 196 (el mayor número de puestos) en la calle Gran Vía de San Francisco, a los que se sumarían otros 28 en la parte de la calle de Ribera de Curtidores que se ubica en el distrito de Arganzuela. En total, se habilita el 50 por ciento de los puestos autorizados actualmente.
Por otro lado, esta apertura parcial evolucionará en la medida en que lo hagan las condiciones sanitarias. No obstante "siempre" se deberán cumplir los siguientes requisitos según el informe de Policía y Madrid Salud.
Además, se desplegará un control de aforo de entrada y de salida por los comerciantes, siendo responsabilidad del control del exceso sobre este aforo de Policía Municipal de Madrid.
También se pauta el uso obligatorio de mascarillas dentro de su perímetro y los vehículos (que deberán ser higienizados) sólo podrán acceder al perímetro para la carga y descarga, debiendo abandonar la zona perimetrada después.
Otras medidas radican en que todos los puestos dispongan de geles hidroalcohólicos y el disponer de una cinta pegada en el suelo a 1,5 metros de distancia de cada puesto.
"El Ayuntamiento entiende la necesidad de encontrar una solución a la cantidad de familias que trabajan y viven de los puestos del Rastro pero es necesario hacerlo con el mantenimiento de la seguridad para comerciantes y visitantes", han agregado.
Desde la corporación han subrayado que el Rastro "no es un mercadillo más, sino que es único y singular, uno de los símbolos de la ciudad". "El Rastro no va a desaparecer", ha agregado para incidir en que se trata de "un entorno peculiar y es complicado de gestionar en esta situación posCovid-19".
"El Ayuntamiento no puede permitir que se produzca un foco de contagio en el Rastro, ya que eso sería fatal, no solo para el propio mercado en sí, sino para Madrid en general", han agregado.
Las anteriores dos propuestas no han satisfecho a las asociaciones de comerciantes al considerarla insuficiente, dado que parte del colectivo se manifestaron contra ellas al entender que suponía el "desmantelamiento" del rasto.
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