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Domingo, 12 de Julio de 2020
Feijoo logra una gran victoria en las elecciones
El PP vuelve a ganar con mayoría absoluta en Galicia
El BNG supera al PSdeG como segunda fuerza, y Podemos se hunde y queda fuera del Parlamento
El candidato del PPdeG a la reelección como presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha obtenido una gran victoria en las elecciones autonómicas de Galicia, al revalidar por cuarta vez la mayoría absoluta con 42 escaños, uno más de los obtenidos en lo comicios de 2016.
Feijóo ha logrado igualar la marca de su predecesor, Manuel Fraga, de cuatro mayorías absolutas consecutivas, al haber incluso mejorado resultados y haber llegado a 42 escaños.
Después de que las elecciones de abril fuesen suspendidas por la pandemia del coronavirus, todas las encuestas pronosticaban una mayoría absoluta del PP. Feijóo no muestra señales de desgaste tras 11 años al frente del Gobierno gallego, al aumentar en uno los diputados obtenidos en septiembre de 2016 y mejorar en medio punto el porcentaje de apoyos.
El BNG logra dar el 'sorpasso' al PSdeG-PSOE y alcanza los 19 escaños, mientras que en 2016 se había quedado como cuarta fuerza, con tan solo seis plazas en el Parlamento gallego.
En sus segundas elecciones como candidata, Ana Pontón, de 43 años de edad, pero que lleva 16 años en el Parlamento gallego, logra casi 15 puntos y medio más de apoyo respecto a hace cuatro años y liderará la oposición.
Por su parte, el PSdeG-PSOE se mantiene con 14 escaños, los mismos que obtuvo en las anteriores autonómicas, pese a que mejoran en punto y medio el porcentaje de apoyos respecto a hace cuatro años.
Galicia en Común, la coalición que aglutina a Podemos, IU, Anova y algunas mareas locales, no obtendría representación, ni Marea Galeguista, la otra parte heredera de En Marea y conformada también por Partido Galeguista y Compromiso por Galicia.
Por su parte, Galicia en Común, la coalición en la que concurría Podemos, junto con IU y Anova (el partido precisamente fundado por Xosé Manuel Beiras tras abandonar el BNG), se queda fuera del Parlamento y el Bloque capitaliza de lleno la desintegración de En Marea, cuyos 14 diputados, sumergidos en peleas internas, acabaron la legislatura pasada en distintos grupos del Parlamento
En su debut en unas elecciones gallegas, Vox no obtiene representación en el Parlamento gallego, ni tampoco Ciudadanos.
IGUALA EL RÉCORD DE FRAGA DE CUATRO MAYORÍAS ABSOLUTAS
Quince años después de que el fallecido Manuel Fraga se quedase a las puertas de los 38 escaños que garantizan la posibilidad de formar Gobierno en Galicia sin ataduras, su sucesor, Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, 1961) ha logrado emular su marca de cuatro mayorías absolutas consecutivas --incluso ha mejorado resultados, con 42 escaños--, lo que refuerza, más si cabe, su papel destacado como 'barón' en el PP estatal.
Pero no solo eso. Su victoria en un escenario incierto a causa de la pandemia y pese al brote en A Mariña lucense que ha marcado los últimos días de campaña se traducirá en que los populares consolidarán casi cuatro décadas de poder en Galicia. Y es que, salvo giro inesperado de guión, cuando la XI Legislatura acabe, en 2024, el PPdeG habrá gobernado 37 de los 43 años transcurridos desde las primeras elecciones de la autonomía, celebradas en 1981.
De hecho, desde que Alianza Popular (AP), con Gerardo Fernández Albor al frente, se situó por delante de UCD en esos primeros comicios autonómicos, los populares siempre han sido los más votados. Y fuera del poder han estado solo en dos ocasiones y por tiempo limitado, la primera de ellas en la II Legislatura, tras la moción de censura que dio la Presidencia al socialista Fernando González Laxe en septiembre de 1987. Apenas dos años después, en las elecciones de diciembre de 1989, Fraga recuperó la Xunta.
Fue la primera de cuatro mayorías absolutas del 'león de Vilalba', que en 2005 se vio obligado a dejar la Xunta tras no lograr una quinta y abrir la puerta a una alianza de PSdeG y BNG, que dirigieron el Gobierno bipartito hasta que, en 2009, Feijóo volvió a recuperar el poder para el PP.
Ahora, pese al nerviosismo que recorría las filas del PPdeG en los últimos días, con dirigentes temerosos de la incidencia de la pandemia, que sitúa a los mayores como población más vulnerable, el de Os Peares ha dado la razón a las encuestas.
EL 'BARÓN' MÁS FUERTE
Al margen de reafirmar la hegemonía del PP gallego, reeditar por cuarta vez su mayoría absoluta y mantener el Gobierno gallego refuerza a Feijóo en un lugar único en su partido, como el 'barón' más fuerte en el PP de Pablo Casado. Aunque con tres mayorías absolutas, su voz ya era una de las más potentes en las filas populares y él no ha dudado en ejercer como contrapunto en el giro a la derecha que muchos en el partido ven en su actual dirección.
La escenificación más reciente de ese contrapunto es la crítica que Feijóo hizo tras la bronca protagonizada en el Congreso por la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y el vicepresidente Pablo Iglesias. "Basta ya de este tipo de espectáculos", pidió, en una intervención que dentro del partido se leyó como una reprobación a una de las representantes más significativas del ala dura del PP. Ella respondió que tampoco le gustan algunas intervenciones del dirigente gallego.
Pero en la campaña --en la que las siglas han vuelto a quedar reducidas a tamaño de copyright en una imagen gráfica centrada en el propio Feijóo--, se ha vuelto a evidenciar la preferencia de los populares gallegos por rodearse de dirigentes estatales con fama de moderados, como Esteban González Pons. Aunque es cierto que Pablo Casado ha estado muy presente en la campaña gallega.
Dentro del partido se ve una intencionalidad de beneficiarse en clave personal de la victoria que ahora ha llegado. Pero es que el propio líder del PP, en un acto muy simbólico para los populares en la plaza de toros de Pontevedra, en el que se reunió con Mariano Rajoy para respaldar a Feijóo, dijo claramente que confiaba en que una nueva mayoría absoluta del gallego sirviese para "catapultar" al PP en España.
En una entrevista reciente con Europa Press, Feijóo aseguró que Pablo Casado no tenía nada que temer de él y volvió a insistir en que su contrato con Galicia no terminará hasta 2024, pese a las voces que, como una y otra vez ha sucedido en los últimos años, lo vuelven a situar dando un salto a la política estatal.
EL TREN DE LA POLÍTICA ESTATAL
Y es que Feijóo, un apasionado de la política estatal, renunció a su día a competir para suceder a Mariano Rajoy como líder del PP, pero el eterno debate catalán, las negociaciones previas a la investidura de Pedro Sánchez y su apuesta por una 'gran coalición' --al margen de los argumentarios de Génova-- le devolvieron protagonismo en 'prime time' en los medios nacionales.
Todo quedó en un segundo plano por la pandemia que ha afectado a España, pero dentro de su partido son muchos los que recuerdan que "los trenes pueden pasar más de una vez en la vida" y que la biografía política de Feijóo en clave estatal puede estar aún sin escribir.
'HIJO POLÍTICO' DE ROMAY
Formalmente, este licenciado en Derecho que se ha esforzado en cultivar una imagen de tecnócrata afianzada por su paso por el Insalud y Correos, llevaba pocos años afiliado al PP cuando tomó las riendas del partido en Galicia. Pero su carrera en la Administración había empezado mucho antes bajo mandatos populares, a principios de los 90, cuando de funcionario raso pasó a ocupar cargos intermedios en la Xunta.
Su impulsor, primero en Galicia (como conselleiro de Agricultura y Sanidade) y después en Madrid (como ministro de Sanidad), fue José Manuel Romay Beccaría, uno de los referentes en su día del PP del 'birrete', y quien le reconoció, emocionado, como "hijo político", en julio de 2017, al recoger la Medalla de Oro de Galicia, la máxima distinción que concede el Gobierno autonómico y con la que Feijóo le había galardonado.
Pero, al margen de mentores, con un equipo reducido y de máxima confianza, en el que el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, era entonces número dos, Feijóo demostró su habilidad política desde el minuto uno: se hizo con el partido, lo unió y recuperó en 2009 la Xunta que, cuatro años antes, PSdeG y BNG habían arrebatado a un Fraga en sus horas más bajas.
Con él al frente, atrás quedaron 'baronías' provinciales --aunque el 'baltarismo' en Ourense sigue dando que hablar-- y luchas de 'boinas' contra 'birretes', recuerdos de un pasado no tan lejano cuyo regreso temen cargos del PPdeG conscientes de que, tarde o temprano, tocará renovar un partido marcado por el híper liderazgo de Feijóo. Él ha dicho que su relevo será "más fácil" que el de Fraga.
EL "CURRÍCULUM" DEL 'BUEN GESTOR'
Desde que entró en la Xunta en 2009, y en los comicios autonómicos de 2012 y 2016, ha recurrido a la capacidad de gestión y a su experiencia como caballo de batalla frente, sobre todo, a los nuevos partidos. Una de sus frases estrella es la de que "a gobernar se viene aprendido" y la ha retomado con fuerza a raíz de la pandemia.
Su primer mandato fue el de la "austeridad" para combatir la crisis, el del control del déficit. Y el tercero, sobre todo en su fase final, ha estado marcado por la sanidad. En una fase previa por decisiones como la de cerrar el paritorio del Hospital de Verín (Ourense), posteriormente rectificada, y finalmente por la gestión de la pandemia.
![[Img #100536]](https://madridpress.com/upload/images/07_2020/7643_feijoo.jpg)
Feijóo ha logrado igualar la marca de su predecesor, Manuel Fraga, de cuatro mayorías absolutas consecutivas, al haber incluso mejorado resultados y haber llegado a 42 escaños.
Después de que las elecciones de abril fuesen suspendidas por la pandemia del coronavirus, todas las encuestas pronosticaban una mayoría absoluta del PP. Feijóo no muestra señales de desgaste tras 11 años al frente del Gobierno gallego, al aumentar en uno los diputados obtenidos en septiembre de 2016 y mejorar en medio punto el porcentaje de apoyos.
![[Img #100544]](https://madridpress.com/upload/images/07_2020/4473_datosglc12j.jpg)
En sus segundas elecciones como candidata, Ana Pontón, de 43 años de edad, pero que lleva 16 años en el Parlamento gallego, logra casi 15 puntos y medio más de apoyo respecto a hace cuatro años y liderará la oposición.
Por su parte, el PSdeG-PSOE se mantiene con 14 escaños, los mismos que obtuvo en las anteriores autonómicas, pese a que mejoran en punto y medio el porcentaje de apoyos respecto a hace cuatro años.
Galicia en Común, la coalición que aglutina a Podemos, IU, Anova y algunas mareas locales, no obtendría representación, ni Marea Galeguista, la otra parte heredera de En Marea y conformada también por Partido Galeguista y Compromiso por Galicia.
Por su parte, Galicia en Común, la coalición en la que concurría Podemos, junto con IU y Anova (el partido precisamente fundado por Xosé Manuel Beiras tras abandonar el BNG), se queda fuera del Parlamento y el Bloque capitaliza de lleno la desintegración de En Marea, cuyos 14 diputados, sumergidos en peleas internas, acabaron la legislatura pasada en distintos grupos del Parlamento
En su debut en unas elecciones gallegas, Vox no obtiene representación en el Parlamento gallego, ni tampoco Ciudadanos.
IGUALA EL RÉCORD DE FRAGA DE CUATRO MAYORÍAS ABSOLUTAS
Quince años después de que el fallecido Manuel Fraga se quedase a las puertas de los 38 escaños que garantizan la posibilidad de formar Gobierno en Galicia sin ataduras, su sucesor, Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, 1961) ha logrado emular su marca de cuatro mayorías absolutas consecutivas --incluso ha mejorado resultados, con 42 escaños--, lo que refuerza, más si cabe, su papel destacado como 'barón' en el PP estatal.
Pero no solo eso. Su victoria en un escenario incierto a causa de la pandemia y pese al brote en A Mariña lucense que ha marcado los últimos días de campaña se traducirá en que los populares consolidarán casi cuatro décadas de poder en Galicia. Y es que, salvo giro inesperado de guión, cuando la XI Legislatura acabe, en 2024, el PPdeG habrá gobernado 37 de los 43 años transcurridos desde las primeras elecciones de la autonomía, celebradas en 1981.
De hecho, desde que Alianza Popular (AP), con Gerardo Fernández Albor al frente, se situó por delante de UCD en esos primeros comicios autonómicos, los populares siempre han sido los más votados. Y fuera del poder han estado solo en dos ocasiones y por tiempo limitado, la primera de ellas en la II Legislatura, tras la moción de censura que dio la Presidencia al socialista Fernando González Laxe en septiembre de 1987. Apenas dos años después, en las elecciones de diciembre de 1989, Fraga recuperó la Xunta.
Fue la primera de cuatro mayorías absolutas del 'león de Vilalba', que en 2005 se vio obligado a dejar la Xunta tras no lograr una quinta y abrir la puerta a una alianza de PSdeG y BNG, que dirigieron el Gobierno bipartito hasta que, en 2009, Feijóo volvió a recuperar el poder para el PP.
Ahora, pese al nerviosismo que recorría las filas del PPdeG en los últimos días, con dirigentes temerosos de la incidencia de la pandemia, que sitúa a los mayores como población más vulnerable, el de Os Peares ha dado la razón a las encuestas.
EL 'BARÓN' MÁS FUERTE
Al margen de reafirmar la hegemonía del PP gallego, reeditar por cuarta vez su mayoría absoluta y mantener el Gobierno gallego refuerza a Feijóo en un lugar único en su partido, como el 'barón' más fuerte en el PP de Pablo Casado. Aunque con tres mayorías absolutas, su voz ya era una de las más potentes en las filas populares y él no ha dudado en ejercer como contrapunto en el giro a la derecha que muchos en el partido ven en su actual dirección.
La escenificación más reciente de ese contrapunto es la crítica que Feijóo hizo tras la bronca protagonizada en el Congreso por la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y el vicepresidente Pablo Iglesias. "Basta ya de este tipo de espectáculos", pidió, en una intervención que dentro del partido se leyó como una reprobación a una de las representantes más significativas del ala dura del PP. Ella respondió que tampoco le gustan algunas intervenciones del dirigente gallego.
Pero en la campaña --en la que las siglas han vuelto a quedar reducidas a tamaño de copyright en una imagen gráfica centrada en el propio Feijóo--, se ha vuelto a evidenciar la preferencia de los populares gallegos por rodearse de dirigentes estatales con fama de moderados, como Esteban González Pons. Aunque es cierto que Pablo Casado ha estado muy presente en la campaña gallega.
Dentro del partido se ve una intencionalidad de beneficiarse en clave personal de la victoria que ahora ha llegado. Pero es que el propio líder del PP, en un acto muy simbólico para los populares en la plaza de toros de Pontevedra, en el que se reunió con Mariano Rajoy para respaldar a Feijóo, dijo claramente que confiaba en que una nueva mayoría absoluta del gallego sirviese para "catapultar" al PP en España.
En una entrevista reciente con Europa Press, Feijóo aseguró que Pablo Casado no tenía nada que temer de él y volvió a insistir en que su contrato con Galicia no terminará hasta 2024, pese a las voces que, como una y otra vez ha sucedido en los últimos años, lo vuelven a situar dando un salto a la política estatal.
EL TREN DE LA POLÍTICA ESTATAL
Y es que Feijóo, un apasionado de la política estatal, renunció a su día a competir para suceder a Mariano Rajoy como líder del PP, pero el eterno debate catalán, las negociaciones previas a la investidura de Pedro Sánchez y su apuesta por una 'gran coalición' --al margen de los argumentarios de Génova-- le devolvieron protagonismo en 'prime time' en los medios nacionales.
Todo quedó en un segundo plano por la pandemia que ha afectado a España, pero dentro de su partido son muchos los que recuerdan que "los trenes pueden pasar más de una vez en la vida" y que la biografía política de Feijóo en clave estatal puede estar aún sin escribir.
'HIJO POLÍTICO' DE ROMAY
Formalmente, este licenciado en Derecho que se ha esforzado en cultivar una imagen de tecnócrata afianzada por su paso por el Insalud y Correos, llevaba pocos años afiliado al PP cuando tomó las riendas del partido en Galicia. Pero su carrera en la Administración había empezado mucho antes bajo mandatos populares, a principios de los 90, cuando de funcionario raso pasó a ocupar cargos intermedios en la Xunta.
Su impulsor, primero en Galicia (como conselleiro de Agricultura y Sanidade) y después en Madrid (como ministro de Sanidad), fue José Manuel Romay Beccaría, uno de los referentes en su día del PP del 'birrete', y quien le reconoció, emocionado, como "hijo político", en julio de 2017, al recoger la Medalla de Oro de Galicia, la máxima distinción que concede el Gobierno autonómico y con la que Feijóo le había galardonado.
Pero, al margen de mentores, con un equipo reducido y de máxima confianza, en el que el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, era entonces número dos, Feijóo demostró su habilidad política desde el minuto uno: se hizo con el partido, lo unió y recuperó en 2009 la Xunta que, cuatro años antes, PSdeG y BNG habían arrebatado a un Fraga en sus horas más bajas.
Con él al frente, atrás quedaron 'baronías' provinciales --aunque el 'baltarismo' en Ourense sigue dando que hablar-- y luchas de 'boinas' contra 'birretes', recuerdos de un pasado no tan lejano cuyo regreso temen cargos del PPdeG conscientes de que, tarde o temprano, tocará renovar un partido marcado por el híper liderazgo de Feijóo. Él ha dicho que su relevo será "más fácil" que el de Fraga.
EL "CURRÍCULUM" DEL 'BUEN GESTOR'
Desde que entró en la Xunta en 2009, y en los comicios autonómicos de 2012 y 2016, ha recurrido a la capacidad de gestión y a su experiencia como caballo de batalla frente, sobre todo, a los nuevos partidos. Una de sus frases estrella es la de que "a gobernar se viene aprendido" y la ha retomado con fuerza a raíz de la pandemia.
Su primer mandato fue el de la "austeridad" para combatir la crisis, el del control del déficit. Y el tercero, sobre todo en su fase final, ha estado marcado por la sanidad. En una fase previa por decisiones como la de cerrar el paritorio del Hospital de Verín (Ourense), posteriormente rectificada, y finalmente por la gestión de la pandemia.
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