Sánchez no puede elegir
En los presupuestos generales del Estado (PGE para los telegramas) Pedro Sánchez no tiene ninguna opción para elegir aliados, ni puede coquetear, ni seducir, ni chulerías del "no es no", ni baladronadas del nunca jamás al menos de momento.
Y Podemos, que lo sabe, ya ha optado por pasar a un discreto y cómodo segundo plano, interpretando el papel de enfadado con causa, pero que no tiene más remedio que renunciar al impuesto a los ricos, cantinela con la que siempre se recauda mucho menos dinero del que, por miedo, sale hacia otros países.
Si en los PGE no caben las propuestas de Podemos, tampoco van a tener cabida las ocurrencias de Esquerra Republicana, que en esto de la Economía sabe mucho de endeudarse, y ahí están los 70.000.000.000 (setenta mil millones de euros) deuda que ido acumulando la Generalitat de Cataluña, y que deberemos pagar a escote entre murcianos, aragoneses, extremeños, gallegos y otros ladrones expertos en robar a Cataluña, según les gusta insultar a los despilfarradores secesionistas.
Los presupuestos los redactará Calviño para que agraden a Bruselas, y eso significa que agradarán a Ciudadanos y al PP, quienes no tendrán más remedio que dar su visto bueno a la mayoría de las propuestas y, si no es así, no habrá dinero europeo para paliar el desastre económico en el que ya nos encontramos.
¿Le molesta eso a Sánchez? En absoluto. ¿Le molesta a usted que la carta del restaurante esté impresa sobre color sepia, blanco o azulado? No, si la comida es buena. Pues a Pedro Sánchez le da igual que los presupuestos lleven el color naranja de Ciudadanos o la serpiente enroscada en el hacha que reposa en el admirado recuerdo de Bildu, siempre y cuando pueda seguir en la Moncloa. Porque la elección de Pedro Sánchez no ha variado nunca y, pese a la retórica esa de la "geometría variable", siempre ha sido la misma: seguir presidiendo el Gobierno, apartando cualquier molestia ideológica.
Y Podemos, que lo sabe, ya ha optado por pasar a un discreto y cómodo segundo plano, interpretando el papel de enfadado con causa, pero que no tiene más remedio que renunciar al impuesto a los ricos, cantinela con la que siempre se recauda mucho menos dinero del que, por miedo, sale hacia otros países.























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.103