Sánchez sigue sin recortar gastos superfluos del Estado mientras reclama ayuda sin condiciones a Europa

Es más, el actual Ejecutivo ha seguido nombrando altos cargos, hasta 96 habría elegido a dedo, según informa elmundo, con emolumentos privilegiados, cuando miles de ERTEs siguen sin pagarse. A la vez, reclama las ayudas económicas a Europa sin condiciones mientras no hace sino incrementar el derroche en plena crisis económica, sin variar un ápice un rumbo de gasto desmesurado, con el déficit y la deuda disparados, con esas decenas de asesores nombrados a dedo, y sin afrontar medidas tendentes a equilibrar la distribución de contrapesos económicos, con el paro desbocado apuntando otra vez hacia los cuatro millones de desempleados, miles de trabajadores y autónomos en la cuerda floja, empresas a punto de quebrar y cierres anunciados, que, al Gobierno, no parecen importarle vista su actitud de parálisis.

 

En lugar de buscar modos de fomentar el empleo, el gobierno socialcomunista vuelca sus políticas sólamente en el discurso de la subvención, la ayuda y la propaganda gubernamental. Toda una maniobra de distracción que el Estado español puede pagar cara en unos meses. Sólo ofrece movilizar dinero sin favorecer otras medidas legales que eviten la destrucción de empresas, sin explicar cómo lograr revertir la situación de otra manera que no sea subiendo impuestos, cosa poco eficiente cuando la economía entra en crisis general, y repartiendo subvenciones con un dinero que no existe. Así que, parece que lo fía todo a la deuda, más gasto, con menos ingresos, y esperando un maná no reembolsable de otros países europeos que sí hacen los deberes. Los países nórdicos no parecen dispuestos a aprobar nada sin condiciones económicas exigentes. ¿La única medida que tiene el Gobierno para paliar esta catástrofe es el Ingreso Mínimo Vital?

 

Al término de la decimotercera reunión de la Conferencia de Presidentes con las comunidades desde el estado de alarma, Sánchez indicó que estos fondos han contado con el "impulso" de España y que nuestro país será uno de los "potenciales principales beneficiarios" de dichos fondos, pero también el mercado único de la UE.

 

El jefe del Ejecutivo, que afirmó que Europa "no puede mirar para otra parte" ante una emergencia de estas características, dudó de la posibilidad de que los estados miembros alcancen en la primera reunión prevista, el próximo 19 de junio, un acuerdo sobre el reparto de los fondos, dado que hay países que prefieren más préstamos y otros, como España, que se inclinan más por subvenciones.

 

"Muy probablemente no llegaremos a un acuerdo (el día 19 de junio) porque hay diferencias muy importantes, la negociación va a ser compleja", admitió Sánchez, quien insistió en que la opción del Gobierno de España es que se pueda aprobar cuanto antes para abordar la recuperación "con las máximas garantías".

 

En este sentido, dijo que el nuevo marco financiero plurianual de la UE entra en vigor en enero del próximo año, pero que el Ejecutivo español va a intentar "adelantar" parte de estos recursos para que puedan estar disponibles en el segundo semestre del año.

 

MÁS TRANSFERENCIAS Y MENOS PRÉSTAMOS

 

Preguntado acerca de qué recorte de transferencias directas estaría el Gobierno español dispuesto a asumir, Sánchez dijo que España irá a la negociación "con el ánimo de que sea justo al revés", es decir, "mayores transferencias y menos préstamos".

 

"Entendemos que esta situación, que nos ha golpeado a todos por igual, necesita de la solidaridad y el aporte de todos, porque hasta los países con menores contagios están teniendo también un impacto económico brutal", reiteró el jefe del Ejecutivo, que puso en valor las aportaciones que a este respecto han realizados los gobiernos español e italiano.

 

La Comisión Europea ha propuesto un plan de recuperación que alcanzaría los 750.000 millones en dos años y que será canalizado a los gobiernos principalmente a través de transferencias directas (500.000 millones), pero que también incluiría una parte de préstamos (250.000 millones). A España le corresponderían unos 140.000 millones de euros, más de la mitad en forma de transferencias.