¿Mascarilla o bozal?

 

En los inicios de la pandemia no había mascarillas, caretas, ni trajes de protección para el personal sanitario. Médicos y enfermeros tuvieron que enfrentarse valientemente al virus, arriesgando sus vidas, hasta el punto de que algunos de ellos la perdieron y unos 50.000 se contagieron del Covid-19. Ahora, cuando afortunadamente estamos al final de la pandemia, los que malgobiernan deciden que el uso de la mascarilla es obligatorio para todos y en todo lugar. 

 

Cabe preguntarse si se trata de mascarillas o de auténticos bozales. Los que se desgañitaban en tiempos de Rajoy contra la llamada ley mordaza, ahora defienden su aplicación para lanzar a la Guardia Civil y a la Policía contra quienes osan criticar al Gobierno. Toda una muestra de tolerancia y respeto a los derechos civiles. Pero si esta pandemia ha servido para algo es para dejar bien claro que Sánchez y su escudero Iglesias, así como gran parte de su equipo, sólo creen en la libertad de expresión, de reunión y de manifestación cuando les favorece a ellos. Sin embargo, cuando quienes se acogen a esos derechos civiles son críticos con ese Gobierno entonces no dudan en reaccionar con furibundos ataques personales que tratan de dividir y enfrentar a los españoles, siguiendo el manual del perfecto totalitario.