Sucia campaña

En este contexto se explicaría la bajeza moral del diputado socialista Rafael Simancas, para quien la explicación de que haya tantos contagiados y fallecidos por el Covid-19 en España radica en que Madrid es la tercera región del mundo en letalidad, cuando precisamente ayer sólo se registraron 19 muertes, frente a las 131 de Cataluña. O la desvergüenza de Pablo Iglesias criticando a Madrid por el elevado número de muertes en las residencias de ancianos, olvidando que asumió personalmente la gestión del problema y, por tanto, si hay algún responsable es él. O castigar a Madrid sin promocionar a la fase 1. Y en medio de ello irrumpe la portavoz de Más Madrid en la Comunidad, Rita Maestre, proponiendo buscar fórmulas para acabar con el Gobierno de Ayuso aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.

 

Harían bien los responsables del Gobierno social-comunista en dejar de lado esos pellizcos de monja y centrarse en luchar mejor contra una pandemia que ya se ha cobrado más de 27.000 vidas de manera oficial, porque el número real de muertos quizá no se sabrá nunca. El Gobierno de Pedro Sánchez no sólo reaccionó tarde, desoyendo todos los avisos, sino que fue incapaz de dotar de medios de protección al personal sanitario, con la grave consecuencia de que más de 50.000 médicos, enfermeros, camilleros, etc., se han visto infectados.

 

Eso en lo sanitario, porque en lo político, económico y social, no se ha podido actuar peor. Resulta incomprensible querer mantener cerradas las fronteras cuando la propia Comisión Europea elabora planes para que los turistas extranjeros puedan viajar a España. Pero Sánchez e Iglesias siguen empeñados en condenar a los españoles a una reclusión domiciliaria de facto, con el único fin de tener las manos libres para gobernar por decreto, que es lo que les gusta. Y, sin embargo, sus numerosos, prolijos y a veces contradictorios decretos no sirven para conjugar los perversos efectos de la pandemia, sino que los agravan. Así, el paro se acerca a los 5 millones de personas; la deuda, que supera ya el 100% del PIB, es inasumible; y el desbocado déficit nos incapacita para hacer frente a las amenazas que nos acechan. 

 

No, verdaderamente Sánchez e Iglesias no pueden estar orgullosos de su forma de luchar contra el coronavirus. Pero claro, una cosa es la propaganda y otra, bien distinta, gobernar. De ahí que traten de desviar la atención con sus desaforados ataques a la Comunidad de Madrid y a su presidenta, sabedores de que tanto Isabel Díaz Ayuso como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, están siendo reconocidos por los madrileños. Las encuestas pronostican una amplia mayoría del PP en Madrid, en una línea bien diferente a la de PSOE y Podemos, que caen en picado. Esa, y no otra, es la verdadera razón de los ataques de la izquierda contra quienes están al frente de la joya de la corona política.