El brote de coronavirus complica los esfuerzos para combatir las talas
La deforestación en la Amazonía brasileña se agrava
La deforestación en la selva amazónica de Brasil aumentó bruscamente en abril, según mostraron datos del gobierno, mientras el país prepara un despliegue militar para combatir el aumento de la tala ilegal.
La destrucción en el área brasileña del Amazonas aumentó un 64% en abril en comparación con el mismo mes del año pasado, según datos preliminares del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil. En los primeros cuatro meses del año, la deforestación del Amazonas creció un 55% respecto al mismo período de 2019 a 1.202 kilómetros cuadrados, según informó el INPE.
El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo. Científicos dicen que su conservación es vital para frenar el calentamiento global por la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorbe. La destrucción del Amazonas trepó a un máximo de 11 años el año pasado y continúa aumentando en 2020, lo que ambientalistas atribuyen a las políticas del presidente Jair Bolsonaro, que alientan a madereros, mineros y ganaderos ilegales.
Bolsonaro pide más explotación agrícola y minera en zonas protegidas, afirmando que es la única forma de sacar a la región de la pobreza.
El brote de coronavirus ha complicado los esfuerzos para combatir la deforestación. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) está enviando menos agentes debido a los riesgos para la salud.
La destrucción en el área brasileña del Amazonas aumentó un 64% en abril en comparación con el mismo mes del año pasado, según datos preliminares del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil. En los primeros cuatro meses del año, la deforestación del Amazonas creció un 55% respecto al mismo período de 2019 a 1.202 kilómetros cuadrados, según informó el INPE.
El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo. Científicos dicen que su conservación es vital para frenar el calentamiento global por la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorbe. La destrucción del Amazonas trepó a un máximo de 11 años el año pasado y continúa aumentando en 2020, lo que ambientalistas atribuyen a las políticas del presidente Jair Bolsonaro, que alientan a madereros, mineros y ganaderos ilegales.
Bolsonaro pide más explotación agrícola y minera en zonas protegidas, afirmando que es la única forma de sacar a la región de la pobreza.
El brote de coronavirus ha complicado los esfuerzos para combatir la deforestación. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) está enviando menos agentes debido a los riesgos para la salud.






















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