El Sánchez del ébola vs. Sánchez el del Covid-19

Cuando España se enfrentó a la crisis del ébola --que sólo causó un muerto-- se hartó de exigir responsabilidades políticas a Mariano Rajoy. Hoy, siendo él presidente, qué distinta es su actitud y su discurso. Dejando de lado su manifiesta incapacidad para afrontar la mayor crisis a la que se ha enfrentado nunca España, el Sánchez presidente se esconde en un estado de excepción de facto para recluir a los españoles en sus hogares, restringir las libertades de los ciudadanos, y amordazar el Parlamento. A la oposición le exige sumisión y pleitesía, mientras sus socios independentistas le dan la espalda a su gestión y no parece importarle que le humillen mientras le mantengan en el poder. Sánchez debería al menos extraer la lección que una cosa es el marketing político y la propaganda basada en mentiras y otra cosa muy distinta gobernar.

Veamos lo que decía Pedro Sánchez desde la oposición, cuando España sufrió el caso del ébola.

Sánchez el del Ébola: “Asistimos al espectáculo lamentable del desgobierno por parte del señor Rajoy”

Sánchez el del Ébola: “El presidente del Gobierno tiene que comparecer de manera obligatoria y urgente en el Congreso de los Diputados para calmar y dar información a los ciudadanos españoles”

Sánchez el del Ébola: "Ha llegado la hora de que el presidente del Gobierno comparezca en el Congreso de los Diputados para informar y dar explicaciones a los españoles de lo ocurrido durante estos últimos siete días y sobre todo saber exactamente cuáles son las decisiones que se van a tomar para atajar esta crisis".

Sánchez el del Ébola: "Le pregunto al señor Rajoy, qué miedo tiene a comparecer en el Congreso"

Sánchez el del Ébola: "¿Qué es lo que tiene que ocultar? Necesitamos políticos que no rehúyan los debates, que den la cara, que aclaren y den seguridad a los ciudadanos. Que protejan a los profesionales de la Sanidad pública"

Sánchez el del Ébola: "Voy a pedir una y mil veces la comparecencia de Rajoy para que rinda cuentas por la crisis del Ébola"

Sánchez el del Ébola: "Siete días después de saltar la crisis del ébola, creo que ha llegado la hora de que el presidente del Gobierno comparezca para explicar a los españoles y dé cuenta de lo ocurrido y saber las decisiones que se van a tomar para atajar esta crisis"

Sánchez el del Ébola: "Los ciudadanos tienen derecho a recibir una información clara y solvente del presidente"

Sánchez el del Ébola: "Rajoy tiene que explicar en primer lugar por qué tardó casi una semana en reaccionar tras la aparición de un caso de infección del virus del ébola"

Sánchez el del Ébola: "Rajoy tiene que explicar a la ciudadanía por qué ha retrasado tanto la creación del comité de crisis a nivel interministerial"

Sánchez el del Ébola: "Llegará el momento de exigir las responsabilidades políticas"

Sánchez el del Ébola: "Que el presidente informe sobre los errores que se han cometido"

Sánchez el del Ébola: "Después del desgobierno, la desinformación y la descoordinación que se ha producido durante esta última semana"

Todas las preguntas que hacía Sánchez el del Ébola, se las debe aplicar a Sánchez el del Covid-19. Durante el caso del ébola, una enfermera se contagió y se sacrificó un perro.

La oposición llenó las calles de manifestantes. ¿Cuántas manifestaciones se tendrían que hacer ahora cuando se alcancen los 20.000 muertos y con 25.000 sanitarios contagiados y varios de ellos fallecidos? No hay respuesta, sólo televisiones minimizando la realidad, incluso haciendo una supuestamente graciosa serie de pacotilla pagada con dinero público. No se puede caer más bajo.

Y, mientras, el presidente se presenta como un actor en prime time, con tono lastimero y sin ninguna naturalidad.

En España han muerto más de 17.000 personas en apenas mes y medio y mucha gente se pregunta cuándo va a declarar el luto nacional este presidente al que tanto le preocupan los ciudadanos (y las ciudadanas, vaya). Y también cuándo va a comparecer en sus alocuciones de 'Aló presidente' con la corbata negra. Y ¿cuándo va a parar de usar la televisión pública para sus comparecencias vacuas y propagandísticas?. ¿Cuándo va a dejar de engañar?

Además, pide apoyo a la oposición como presidente socialista mientras la portavoz del PSOE insulta a quienes le apoyan, mientras pasa la mano por el lomo a quiénes le sostienen en la presidencia aunque no le apoyan en el Congreso.

Mientras, los españoles salen a las ocho a aplaudir a los sanitarios desde la reclusión, el Gobierno les trata como súbditos con una medida que podría estar en entredicho jurídicamente, con los derechos a su libertad de movimientos cercenados. Estamos ante un gobierno que se comporta con tintes totalitarios, sin dar explicaciones, imponiendo decretos sin consultar a los partidos políticos, mientras les reclama adhesión ciega y pide unidad de acción, con las preguntas filtradas a la prensa, y con el recuento oficial de los muertos entre interrogantes sobre la veracidad de las cifras.

Es criticable esa manera de gobernar sin dar explicaciones de las medidas que está tomando, tras haber pedido ayuda a la oposición, con los populares dando un paso al frente en sus primeros apoyos, mientras sus socios neocomunistas del Gobierno están tratando de introducir sus píldoras ideológicas con las consecuencias destructivas que pueden tener en el ahondamiento de la crisis económica que se avecina.

No ha habido prevención y no puede escudarse el presidente en que la epidemia ha llegado de forma imprevista. Lo que ha habido es imprevisión. Es su obligación analizar todos los riesgos, también los de la economía, y evitar que caiga en una recesión. Porque esta crisis puede derivar en otra social, y está empeñado en medidas económicas que van a conducir directamente a agujerear la Hacienda Pública y la Seguridad Social. Sólo tiene una idea: más gasto, más deuda, más déficit y más impuestos. Eso es la ruina. Ni los funcionarios ni los jubilados van a tener asegurado sus ingresos en los niveles actuales porque, con este gobierno, la reducción de sueldos públicos y congelación o bajada de las pensiones es una situación posible. Y no sería una novedad porque ya sucedió con Zapatero. Junto con el vicepresidente de ¿Asuntos Sociales? , quiere una renta mínima vital, vamos, como en Venezuel: el racionamiento y el hambre y el voto secuestrado. Ese es el Estado al que aspiran, el bolivariano de la escasez y la falta de libertades. El presidente que dijo que no gobernaría con Podemos porque no podría dormir. Otra mentira más.

Viendo lo que decía y lo que hace ahora, debería pensar en su dimisión y en la de todo su mastodóntico equipo, que no ha servido, como se ha comprobado, para nada. Pero no lo hará.