Las autonomías le reprochan la toma de decisiones unilateral
Sánchez pide reducir la tensión política entre las críticas del PP, Urkullu y Torra
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido este domingo a todos los partidos "una desescalada de la tensión política" y ha abogado por la unidad para hacer frente a la crisis del coronavirus, poniendo como ejemplo el consenso alcanzado hace 40 años en la Transición. Sin embargo, el PP, el presidente de la Generalitat de Cataluña y la presidencia del País Vasco le reprochan que tome las decisiones sin consultar mientras reclama unidad y adhesión sin condiciones.
En una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha subrayado que el Covid-19 no distingue de territorios ni de color político, por lo que la respuesta "debe ser común, unida". Esto debe hacerse, a su juicio, a través de un gran pacto de reconstrucción económica y social que se selle en los nuevos Pactos de la Moncloa que quiere impulsar el Gobierno y que el presidente quiere que se formalicen esta misma semana en una primera reunión.
Para este objetivo, el jefe del Ejecutivo ha insistido en dejar atrás "las palabras gruesas y el lenguaje agresivo". "Mientras prosiga esta crisis, solo unidad. Sin reproches ni críticas ni desplantes", ha pedido reclamando primero el apoyo del PP como primer partido de la oposición pero también del resto de formaciones políticas "sin excepción".
"Democracia significa pluralidad, pero también unión cuando tenemos el ataque de un enemigo común", ha sostenido recordando el ejemplo de hace 40 años y pidiendo a todas las formaciones que se inspiren en él. "Todos sabemos que cuando venzamos esta guerra necesitaremos todas las fuerzas país para vencer la posguerra", ha reconocido.
CRITICAS DE PRESIDENTES DEL PP
La propuesta de Sánchez ha sido recibida con críticas en la videoconferencia mantenida con los presidentes autonómicos, especialmente por parte del PP y por el presidente vasco, Iñigo Urkullu, que le han reprochado que no cuente con las comunidades autónomas para tomar las decisiones.
Este ha sido el caso del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno o de la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quienes se han quejado de la falta de claridad, de liderazgo y de estrategia en el Gobierno para organizar la respuesta a la pandemia.
Moreno incluso le ha apuntado que si escuchara a las CCAA podría evitar algunos problemas innecesarios y tanto él como Ayuso han puesto encima de la mesa el aluvión de dudas que hay entre los ciudadanos sobre la decisión de retomar mañana la actividad de actividades no esenciales, sobre todo sobre el uso de mascarillas y guantes.
También el presidente de Castilla y León, Alfonso Fenández Mañueco, se ha quejado de no conocer las decisiones por los cauces establecidos con el Gobierno, sino a través de los medios de comunicación y ha pedido aportar entre todos para fortalecer al Estado autonómico.
En cuanto a los pactos que ha propuesto Sánchez para la Reconstrucción, unos segundos pactos de la Moncloa, algunos presidentes autonómicos del PP le han recriminado que les pida adhesión sin concretar nada. Por ello, han reclamado que el Gobierno concrete primero lo que propone o quiere hacer para después poder manifestarse al respecto.
URKULLU Y TORRA
Y en esa misma línea ha ido el lehendakari Iñigo Urkullu, quien ha exigido "certezas" sobre los acuerdos de Estado que plantea Sánchez. Aunque ha ofrecido la colaboración del Gobierno vasco, ha dejado claro que "antes de debatir sobre su envoltorio, deberíamos trabajar los contenidos específicos que nos ayuden a valorar propuestas y respuestas eficaces con una mirada a medio y largo plazo", ha añadido.
Además, se ha quejado largamente de las formas del Gobierno y ha dicho que cada vez le resulta "más difícil soportar esta permanente escenificación" a la que recurre el Gobierno de Pedro Sánchez, y le ha pedido "certezas" sobre sus planes ante la pandemia del coronavirus, que el trabajo sea más "cooperativo" con las CCAA, con una comunicación fluida y anticipada.
Por ello, le ha reclamado una "reconsideración urgente" sobre el formato y método de trabajo "no compartido", porque "no es admisible la desorientación que provocan", y le ha exigido claridad respecto a la 'desescalada', el 'plan de vuelta a la normalidad' y los supuestos acuerdos de Estado, que a su juicio, deben hacerse "desde la especificidad y la singularidad".
Estas quejas han venido precedidas de una carta que ha enviado el presidente catalán, Joaquín Torra, a Pedro Sánchez en la que le pide los "informes sanitarios y epidemiológicos" en los que se ha basado para ordenar el cese del confinamiento total.
En la carta, Torra reiteraba su petición de no levantar el confinamiento: "Vistos los datos epidemiológicos actuales en Catalunya, resulta necesario adoptar nuevas medidas que continúen limitando el contacto entre ciudadanos, protegiendo así a la población del riesgo de contagio". Y ha reiterado sus quejas durate la reunión.
NO SE HA INICIADO NINGUNA DESESCALADA
Esta carta y también las quejas han propiciado que el presidente del Gobierno haya querido dejar claro que no se ha empezado una desescalada de las medidas. Así, ha señalado sobre la nueva prórroga del estado de alarma, en el que determinados sectores productivos reanudarán su actividad, que es "importante" trasladar a los ciudadanos que "no se van a relajar las medidas", que continúa el "confinamiento" y que "no se ha iniciado ninguna desescalada".
El jefe del Ejecuivo también ha recordado que el Gobierno repartirá a partir de este lunes diez millones de mascarillas en los espacios públicos de transporte "más importantes del país", pero ha querido dejar claro que se trata de una recomendación específica que no sustituye a las anteriores prioridades.
El reparto lo harán las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y locales y con colaboración de efectivos de Protección Civil y ha incidido en que la recomendación es que todas las personas que puedan desplazarse en vehículo privado al trabajo así lo hagan, evitando así los traslados en trasnporte público.
El presidente del Gobierno también ha resumido a los dirigentes autonómicos el acuerdo del Eurogrupo que se celebró la semana pasada y por el que las medidas aprobadas suman un esfuerzo colectivo de medio billón de euros, según las citadas fuentes.
DEMASIADO TARDE LA CONVOCATORIA DEL CONSEJO EUROPEO
Sánchez ha indicado que el Eurogrupo aprobó este instrumento de apoyo para "mitigar los riesgos de desempleo", una propuesta realizada por la Comisión Europea por la que se emiten bonos en mercados internacionales. En su opinión, se trata de un "instrumento positivo" que supone un "primer paso para la mutualización europea".
También, ha añadido, implica una línea para garantizar la liquidez a las empresas del Banco Europeo de Inversiones con hasta 200.000 millones de euros en garantías, alineado con los 100.000 millones que el Gobierno ha dispuesto a través del ICO.
Según el jefe del Ejecutivo, algunos países del Eurogrupo quisieron imponer una condicionalidad macroeconómica que en su opinión, "no tiene justificación en este momento", una postura que rechazaron tanto España como Italia y que llevó a que finalmente no exista esa condicionalidad. Sánchez ha garantizado que este mecanismo es una red de seguridad excepcional que pretende no utilizar y por eso se ha creado esta línea específica para el Covid-19 a la que acogerse sin condiciones de ajuste futuro.
El presidente ha indicado que el fondo de recuperación ofrecerá financiación para los próximos siete años y ha informado a los dirigentes de comunidades y ciudades autónomas que el Gobierno defenderá un "volumen de fondos ambicioso, sentando las bases para el desarrollo de la agenda social, verde, digital y de creación de empleo".
En todo caso, el jefe del Ejecutivo ha dicho en la videoconferencia que habrá que ver el resultado final del Consejo Europeo previsto para el próximo 23 de abril, una fecha que, en su opinión, se ha fijado demasiado tarde.
En una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha subrayado que el Covid-19 no distingue de territorios ni de color político, por lo que la respuesta "debe ser común, unida". Esto debe hacerse, a su juicio, a través de un gran pacto de reconstrucción económica y social que se selle en los nuevos Pactos de la Moncloa que quiere impulsar el Gobierno y que el presidente quiere que se formalicen esta misma semana en una primera reunión.
Para este objetivo, el jefe del Ejecutivo ha insistido en dejar atrás "las palabras gruesas y el lenguaje agresivo". "Mientras prosiga esta crisis, solo unidad. Sin reproches ni críticas ni desplantes", ha pedido reclamando primero el apoyo del PP como primer partido de la oposición pero también del resto de formaciones políticas "sin excepción".
"Democracia significa pluralidad, pero también unión cuando tenemos el ataque de un enemigo común", ha sostenido recordando el ejemplo de hace 40 años y pidiendo a todas las formaciones que se inspiren en él. "Todos sabemos que cuando venzamos esta guerra necesitaremos todas las fuerzas país para vencer la posguerra", ha reconocido.
CRITICAS DE PRESIDENTES DEL PP
La propuesta de Sánchez ha sido recibida con críticas en la videoconferencia mantenida con los presidentes autonómicos, especialmente por parte del PP y por el presidente vasco, Iñigo Urkullu, que le han reprochado que no cuente con las comunidades autónomas para tomar las decisiones.
Este ha sido el caso del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno o de la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quienes se han quejado de la falta de claridad, de liderazgo y de estrategia en el Gobierno para organizar la respuesta a la pandemia.
Moreno incluso le ha apuntado que si escuchara a las CCAA podría evitar algunos problemas innecesarios y tanto él como Ayuso han puesto encima de la mesa el aluvión de dudas que hay entre los ciudadanos sobre la decisión de retomar mañana la actividad de actividades no esenciales, sobre todo sobre el uso de mascarillas y guantes.
También el presidente de Castilla y León, Alfonso Fenández Mañueco, se ha quejado de no conocer las decisiones por los cauces establecidos con el Gobierno, sino a través de los medios de comunicación y ha pedido aportar entre todos para fortalecer al Estado autonómico.
En cuanto a los pactos que ha propuesto Sánchez para la Reconstrucción, unos segundos pactos de la Moncloa, algunos presidentes autonómicos del PP le han recriminado que les pida adhesión sin concretar nada. Por ello, han reclamado que el Gobierno concrete primero lo que propone o quiere hacer para después poder manifestarse al respecto.
URKULLU Y TORRA
Y en esa misma línea ha ido el lehendakari Iñigo Urkullu, quien ha exigido "certezas" sobre los acuerdos de Estado que plantea Sánchez. Aunque ha ofrecido la colaboración del Gobierno vasco, ha dejado claro que "antes de debatir sobre su envoltorio, deberíamos trabajar los contenidos específicos que nos ayuden a valorar propuestas y respuestas eficaces con una mirada a medio y largo plazo", ha añadido.
Además, se ha quejado largamente de las formas del Gobierno y ha dicho que cada vez le resulta "más difícil soportar esta permanente escenificación" a la que recurre el Gobierno de Pedro Sánchez, y le ha pedido "certezas" sobre sus planes ante la pandemia del coronavirus, que el trabajo sea más "cooperativo" con las CCAA, con una comunicación fluida y anticipada.
Por ello, le ha reclamado una "reconsideración urgente" sobre el formato y método de trabajo "no compartido", porque "no es admisible la desorientación que provocan", y le ha exigido claridad respecto a la 'desescalada', el 'plan de vuelta a la normalidad' y los supuestos acuerdos de Estado, que a su juicio, deben hacerse "desde la especificidad y la singularidad".
Estas quejas han venido precedidas de una carta que ha enviado el presidente catalán, Joaquín Torra, a Pedro Sánchez en la que le pide los "informes sanitarios y epidemiológicos" en los que se ha basado para ordenar el cese del confinamiento total.
En la carta, Torra reiteraba su petición de no levantar el confinamiento: "Vistos los datos epidemiológicos actuales en Catalunya, resulta necesario adoptar nuevas medidas que continúen limitando el contacto entre ciudadanos, protegiendo así a la población del riesgo de contagio". Y ha reiterado sus quejas durate la reunión.
NO SE HA INICIADO NINGUNA DESESCALADA
Esta carta y también las quejas han propiciado que el presidente del Gobierno haya querido dejar claro que no se ha empezado una desescalada de las medidas. Así, ha señalado sobre la nueva prórroga del estado de alarma, en el que determinados sectores productivos reanudarán su actividad, que es "importante" trasladar a los ciudadanos que "no se van a relajar las medidas", que continúa el "confinamiento" y que "no se ha iniciado ninguna desescalada".
El jefe del Ejecuivo también ha recordado que el Gobierno repartirá a partir de este lunes diez millones de mascarillas en los espacios públicos de transporte "más importantes del país", pero ha querido dejar claro que se trata de una recomendación específica que no sustituye a las anteriores prioridades.
El reparto lo harán las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y locales y con colaboración de efectivos de Protección Civil y ha incidido en que la recomendación es que todas las personas que puedan desplazarse en vehículo privado al trabajo así lo hagan, evitando así los traslados en trasnporte público.
El presidente del Gobierno también ha resumido a los dirigentes autonómicos el acuerdo del Eurogrupo que se celebró la semana pasada y por el que las medidas aprobadas suman un esfuerzo colectivo de medio billón de euros, según las citadas fuentes.
DEMASIADO TARDE LA CONVOCATORIA DEL CONSEJO EUROPEO
Sánchez ha indicado que el Eurogrupo aprobó este instrumento de apoyo para "mitigar los riesgos de desempleo", una propuesta realizada por la Comisión Europea por la que se emiten bonos en mercados internacionales. En su opinión, se trata de un "instrumento positivo" que supone un "primer paso para la mutualización europea".
También, ha añadido, implica una línea para garantizar la liquidez a las empresas del Banco Europeo de Inversiones con hasta 200.000 millones de euros en garantías, alineado con los 100.000 millones que el Gobierno ha dispuesto a través del ICO.
Según el jefe del Ejecutivo, algunos países del Eurogrupo quisieron imponer una condicionalidad macroeconómica que en su opinión, "no tiene justificación en este momento", una postura que rechazaron tanto España como Italia y que llevó a que finalmente no exista esa condicionalidad. Sánchez ha garantizado que este mecanismo es una red de seguridad excepcional que pretende no utilizar y por eso se ha creado esta línea específica para el Covid-19 a la que acogerse sin condiciones de ajuste futuro.
El presidente ha indicado que el fondo de recuperación ofrecerá financiación para los próximos siete años y ha informado a los dirigentes de comunidades y ciudades autónomas que el Gobierno defenderá un "volumen de fondos ambicioso, sentando las bases para el desarrollo de la agenda social, verde, digital y de creación de empleo".
En todo caso, el jefe del Ejecutivo ha dicho en la videoconferencia que habrá que ver el resultado final del Consejo Europeo previsto para el próximo 23 de abril, una fecha que, en su opinión, se ha fijado demasiado tarde.

























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