Características y consejos para saber qué colchón elegir

 

Como es lógico pensar, cuando se trata de la calidad del descanso es imprescindible señalar nuestro colchón como uno de los principales responsables. Sus materiales, características y tipos pueden cambiar en función de cada modelo, por lo que escoger uno u otro no es cuestión únicamente de gusto. Usar un criterio mínimo es crucial para elegir el que mejor resultado nos dará, que puede variar según ciertas condiciones.

 

Para quienes estén pensando en comprar un colchón nuevo, nuestra recomendación es seguir esta pequeña guía con la que haremos una compra de calidad como la que garantiza Colchones Aznar.

 

 

Ésta es la primera pregunta que debemos hacernos cuando queremos elegir un modelo u otro de colchón. Antes que nada, es importante mencionar que dormir boca arriba es lo más recomendable según los médicos, ya que cuando nos ponemos de lado forzamos una postura poco natural para las cervicales, aunque pueda ser beneficioso para quienes sufren problemas de estómago, digestión u otras dolencias. En cualquier caso, debemos tener en cuenta que para cada postura será oportuno un tipo de colchón concreto.

 

Para quienes tienden a ser tranquilos durante la noche y no se mueven demasiado, una resistencia media o blanda es la ideal. Con ella nuestro cuerpo reposará sobre una superficie suave y cómoda que recogerá perfectamente nuestra figura. En el caso de que cambiemos de posición constantemente, una resistencia dura es la mejor opción, ya que la superficie facilitará que nuestro cuerpo se desplace por el colchón sin grandes esfuerzos que pueden repercutir en contracturas y posturas antinaturales de las vértebras y las cervicales.

 

Superficie rugosa, extra de firmeza y buena capacidad de amortiguación para quienes cambian constantemente de postura. Esponjosidad, ligereza y capacidad de adaptación para los más tranquilos.

 

 

Otro factor de gran interés a la hora de elegir un colchón es saber si somos más calurosos o más frioleros, además de prestar atención al clima de nuestro entorno y la media de temperatura que manejamos anualmente. En caso de que seamos calurosos, los colchones de muelles son los más adecuados para nosotros, ya que facilitan la transpiración y la disipación del calor, evitando también la concentración de humedad que favorezca la proliferación de hongos y otros microorganismos perjudiciales para el colchón y para nosotros. Si, por el contrario, somos frioleros o el clima de nuestra región es frío, los modelos de espuma, látex o material viscoelástico son los más apropiados para mantener el calor y el confort durante las horas de la noche, que suelen ser las más frías del día.

 

 

Los mejores colchones son aquellos que tienen la capacidad de adaptarse perfectamente a nuestro peso, ya que en función de eso necesitaremos más o menos resistencia. Para quienes manejan un peso más elevado de lo normal, bien por altura, musculación, sobrepeso o cualquier otra circunstancia, los colchones firmes con buena sujeción son los idóneos. De lo contrario, el peso corporal provocará el hundimiento y favorecerá la torsión de la columna y los daños que acarrea consigo. Si, por el contrario, nuestro peso corporal es medio o incluso inferior a lo debido, entonces un colchón con una superficie más flexible será el adecuado, ya que debemos intentar que se adapte al contorno para repartir bien el peso y evitar sobrecargas musculares y contracturas en ciertas zonas de la espalda.

 

 

Cuando vayamos a la tienda a decidir qué colchón compraremos, es importante realizar algunas pruebas que nos harán saber si los modelos que nos ofrecen cumplen con nuestras exigencias. En general, deberían dejar que nos tumbemos para probarlo, palparlo, examinar su comportamiento en cada postura y, sobre todo, decidir si nos sentimos cómodos en él.

 

Para la prueba de resistencia, una vez tumbados boca arriba, debemos pasar la mano a mitad de nuestra espalda. Si la holgura entre el colchón y la espalda es suficiente como para que pase la mano entera, entonces el colchón es demasiado duro. Si no pasa en absoluto, entonces es demasiado blando.

Para quienes buscan un colchón doble de matrimonio, los de látex o muelles suelen ser los mejores para adaptarse individualmente a las características de cada cuerpo.