Truss ha estado poco más de seis semanas en el cargo -44 días- y ha decidido abandonar el Gobierno después de que su propio partido le haya retirado el apoyo. Veinticuatro horas antes de su adiós, Truss dijo con energía en la Cámara de los Comunes: "Soy una luchadora".
ABANDONADA
La renuncia de Truss se ha producido tras un encuentro con los máximos responsables del Partido Conservador en el Parlamento. Sola, acosada y abandonada por los sus compañeros tories, Truss ha salido a las puertas del 10 de Downing Street y ha anunciado su renuncia.
El plan de rebaja fiscal para los más adinerados del país le ha costado el puesto. Los mercados reaccionaron de forma muy negativo al anuncio de las medidas económicas de Truss, sus propios compañeros de formación pidieron que rectificara y esta misma semana tuvo que sustituir a su ministro de Economía.
Truss llegó al liderazgo del Partido Conservador tras la renuncia de Boris Johnson, acosado por el llamado partygate. Decenas de informaciones demostraron que durante la pandemia, en el periodo más duro del confinamiento, Johnson participó en varias fiestas en Downing Street junto a sus colaboradores.
Truss se alzó con el liderazgo tory precisamente presentando un programa neoliberal que recibió el apoyo mayoritario de un partido que ahora la acosado, acorralado y derribado.
Desde su llegada al poder, las rectificaciones de la primera ministra, la tercera mujer en el cargo tras las también conservadoras Margaret Thatcher y Theresa May, han sido una constante.
En su declaración ante los medios, Truss explicó que asumió el cargo en un momento de "gran inestabilidad económica e internacional" y reconoció: "Dada la situación no puedo cumplir el mandato para el que fui electa por el Partido Conservador".
Antes de su comparecencia en Downing Street, Truss comunicó al rey Carlos III su renuncia como líder del Partido Conservador y como primera ministra de facto, si bien permanecerá en el cargo hasta que se nombre sucesor.
NUEVO LIDERAZGO DE LOS CONSERVADORES A FIN DE MES
Su dimisión se produjo después de una reunión con Sir Graham Brady, presidente del denominado Comité 1922. En ese encuentro se acordó "que habrá una elección de liderazgo que se completará dentro de la próxima semana", explicó la propia Truss. Y añadió: "Esto asegurará que permanezcamos en el camino para cumplir con nuestros planes fiscales y mantener la estabilidad económica y la seguridad nacional de nuestro país.
El Comité 1922 reúne a todos los diputados conservadores, se reúne todas las semanas para coordinar las políticas del partido en la Cámara de los Comunes y representa la opinión de las bases de la formación. Así, su posición es clave para la supervivencia de cualquier primer ministro tory.
Brady ha anunciado que el Partido Conservador británico concluirá el proceso de elección de su nuevo líder para el 28 de octubre. En este sentido, aseguró a los periodistas que será posible por tanto que haya un nuevo jefe del Gobierno antes de que el 31 de este mes el ministro de Economía, Jeremy Hunt, presente su plan fiscal a medio plazo, con el que revertirá la estrategia económica de Truss.
LA OPOSICIÓN PIDE ELECCIONES
El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, en la oposición, exigió este jueves la convocatoria de elecciones generales "ahora" después de que la primera ministra, la conservadora Liz Truss, anunciase su dimisión.
"El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar. Después de doce años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos", afirmó Starmer en una declaración.
En el mismo sentido, el Partido Laborista ha reclamado en su perfil de Twitter la convocatoria urgente de elecciones.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, se sumó a la petición de elecciones generales en el Reino Unido, por considerar que son "un imperativo democrático". En un mensaje colgado en su cuenta de Twitter, la líder independentista escocesa señaló que "no hay palabras para describir este desastre total", en alusión a las recientes turbulencias vividas en el Reino Unido por las decisiones del Ejecutivo de Truss. "Va más allá de la hipérbole y la parodia. La realidad es que es la gente normal la que está pagando el precio", opinó.
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