Ubicado en una parcela de Fuencarral-El Pardo
El Bosque Metropolitano se nutrirá de un vivero de planta forestal
La Junta de Gobierno de la ciudad de Madrid ha aprobado este jueves el contrato para la segunda fase de las obras en el ámbito de Valdegrulla y el paraje de Valdesenderín, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, para poner en marcha un vivero municipal de producción de planta forestal, que proveerá al Bosque Metropolitano.
Según ha informado la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, en rueda de prensa, el vivero tendrá cinco plataformas con un camino perimetral y un paseo peatonal que las une a todas. Además, se complementará con elementos para poder realizar acciones formativas y didácticas.
Así, podrá desarrollar líneas de investigación y experimentación científica mediante acuerdos con entidades como pueden ser el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) o el Real Jardín Botánico.
En la plataforma superior se ubicarán las instalaciones de administración, aula de formación y vestuarios, además de un pequeño aparcamiento. Las plataformas intermedias tendrán los invernaderos y una zona estancial para dar formación al aire libre, mientras que las plataformas inferiores estarán dedicadas a la zona de endurecimiento de las plantas y se dejará una superficie para realizar plantaciones en terreno natural.
RECUPERAR UN TERRENO ABANDONADO
Este paraje en el que va a actuar el área de Desarrollo Urbano tiene una superficie de 34.945 m2 y presentaba un estado de "abandono total" que propició el vertido de todo tipo de residuos. Por eso, en una primera fase ya se procedió al desescombro y modelado de la parcela, mediante la ejecución de bancales, consiguiendo recuperar este suelo cercano al Monte de Valdelatas.
Hasta entonces, esta parcela presentaba una alta degradación medioambiental, con vertidos, aparcamiento incontrolado de vehículos, ocupaciones ilegales y todo tipo de incidencias que, además de suponer un factor de malestar en la vecindad.
Una vez recuperado el terreno, las obras contempladas en esta segunda fase comprenden la ejecución de las infraestructuras necesarias --como los accesos, los caminos y zonas estanciales, la red de riego, la instalación de mobiliario urbano o la plantación de especies arbóreas-- para la implantación de un futuro vivero. El plazo de ejecución de las obras será de ocho meses.
Según ha informado la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, en rueda de prensa, el vivero tendrá cinco plataformas con un camino perimetral y un paseo peatonal que las une a todas. Además, se complementará con elementos para poder realizar acciones formativas y didácticas.
Así, podrá desarrollar líneas de investigación y experimentación científica mediante acuerdos con entidades como pueden ser el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) o el Real Jardín Botánico.
En la plataforma superior se ubicarán las instalaciones de administración, aula de formación y vestuarios, además de un pequeño aparcamiento. Las plataformas intermedias tendrán los invernaderos y una zona estancial para dar formación al aire libre, mientras que las plataformas inferiores estarán dedicadas a la zona de endurecimiento de las plantas y se dejará una superficie para realizar plantaciones en terreno natural.
RECUPERAR UN TERRENO ABANDONADO
Este paraje en el que va a actuar el área de Desarrollo Urbano tiene una superficie de 34.945 m2 y presentaba un estado de "abandono total" que propició el vertido de todo tipo de residuos. Por eso, en una primera fase ya se procedió al desescombro y modelado de la parcela, mediante la ejecución de bancales, consiguiendo recuperar este suelo cercano al Monte de Valdelatas.
Hasta entonces, esta parcela presentaba una alta degradación medioambiental, con vertidos, aparcamiento incontrolado de vehículos, ocupaciones ilegales y todo tipo de incidencias que, además de suponer un factor de malestar en la vecindad.
Una vez recuperado el terreno, las obras contempladas en esta segunda fase comprenden la ejecución de las infraestructuras necesarias --como los accesos, los caminos y zonas estanciales, la red de riego, la instalación de mobiliario urbano o la plantación de especies arbóreas-- para la implantación de un futuro vivero. El plazo de ejecución de las obras será de ocho meses.
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