Los hechos sucedieron en la segunda planta de un edificio de la calle Sierra de Meira. Tras varias llamadas de vecinos quejándose de ruidos, alboroto de una pelea y gritos de una mujer pidiendo auxilio en un piso, hasta el lugar acudieron varias patrullas. Los moradores no quisieron en un primer momento abrirles la puerta pero luego accedieron.
Dentro hallaron tanto en el rellano de la escalera como en el interior del domicilio a varias personas jóvenes, al parecer menores. Los agentes se entrevistaron con el organizador del evento, que les confirmó que estaban celebrando una fiesta improvisada.
Los policías encontraron en su interior a una veintena de menores, entre ellos una chica que llevaba en brazos un bebé, su hermano pequeño. Tras desalojarles, les agruparon en un rellano y les piden la documentación por si hubiera algún tipo de situación de riesgo y desamparo. A continuación les filiaron y llamaron a sus familiares para que les recogieran.
En ese momento llegó la hermana mayor del bebé, que explicó que los tres vivían con su abuela porque no se llevaban bien con su madre. Los agentes les acompañaron a su domicilio y formalizaron un atestado para que investigara su situación la Unidad de Familia, Mujer y Menores de la Policía Nacional (UFAM) y la Fiscalía de Menores.
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