Los han prendido por traidores. Y siendo escrupulosamente fieles a la tradición de “La quema de Judas”, una de las costumbres más populares de la Semana Santa en Venezuela.
Cerca de treinta vecinos del barrio de La Candelaria de Caracas han echado a las brasas a un muñeco con cuatro cabezas que, a su juicio, son las más traidoras de toda la ancha tierra. De momento no se conocen represalias políticas contra ninguno de los ideólogos de la puesta en escena, pero tendremos que estar muy al tanto de la situación. Porque ya sabemos cómo se las gasta el gánster de Maduro. Y su camarada Delcy.
Según cuenta el periódico El Mundo, un tal Carlos Julio Rojas -uno de los vecinos de la capital venezolana- antes de lanzar a las llamas al monstruo ha dicho sin tapujos: “¡Se quema la traición, se quema la tortura, se quema la dictadura y se quema la guerra!”. E inmediatamente, ¡zas!, ha lanzado a la hoguera al bicho de las cuatro perolas sin ningún tipo de miramiento.
Dicen los historiadores que “La quema de Judas” representa el triunfo del bien sobre el mal. Y que esta tradición es propia de ciertos pueblos españoles, pero que igualmente se practica, como es el caso, con mucho enardecimiento en algunos pueblos de América Latina por el legado español.
Y como “para muestra un botón”, en España, más concretamente en Valleseco, un pueblo de Canarias, también ha optado este año por quemar a Vladimir. Así que el ruso, además, ha sido el Judas de esta Semana Santa de dos mil veintidós en una de nuestras islas afortunadas. De tal forma que un monigote de tres metros, que representaba la figura del tarado de San Petersburgo, ha sido el hazmerreír mientras recorría a toda mecha las calles del municipio grancanario.
Me cuentan los lugareños que la muchachada iba por las calles del pueblo diciendo a sus vecinos: “¡Que viene Putin!”. Y todos salían pitando para poder ver de primera mano cómo se calcinaba el pelele en mitad de la Plaza de Vicente Ferrer. Este año el genocida ruso ha ido solo a la hoguera de Valleseco. Han logrado huir de la quema Maduro, su alcaldesa y su ministro de Energía Eléctrica. También ha esquivado el olor de la lumbre Delcy Rodríguez, con sus cuarenta maletas. Y algún que otro exministro de nuestra madre patria. Pero, tiempo al tiempo, esos traidores de España se van a ahorcar ellos solitos. Y solo por unas cuantas monedas de plata. Como Judas.
David Lavilla | Miércoles, 20 de Abril de 2022 a las 00:32:42 horas
Estimado lector. Estimado Rufino.
Gracias nuevamente por sus aportaciones a este diario. Hay muchos escándalos de corrupción en la vida política. Y más si provienen de gobiernos opacos y dictaduras. Nunca está demás recordarlos.
Le envío un cordial saludo.
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