Vamos, que de proscrito del bosque más bien no tiene nada y en realidad quien resulta esconderse tras la máscara y las calzas verdes es un Juan sin Tierra y junto a él toda una tropa de piratas normandos que se han convertido de la noche a la mañana en marqueses y sheriff de Notthingam.
Esa es la verdad que esconde el estruendo de timbales y clarines trompeteados por todos los heraldos del barón y señor de nuestras haciendas y cuyos anuncios serán pregonados por todos sus mesnaderos y jaleados por sus bien pagados bufones. ¡El señor os ha salvado, amados siervos, de la zozobra y la miseria como ayer, ¿no os acordáis ingratos?, os libró del COVID y triunfó sobre el dragón de la peste!
Funcionará la cosa. Al menos un tiempo, porque son ya muchos cántaros yendo a la fuente y descalabrados y la credibilidad, hasta de los que desayunan ruedas de molino, se va escociendo. Pero aún se le da de miedo la impostura y la fanfarria. La viste como pocos y tiene un empaque innegable. Aunque cada vez le falla más el reparto. María Jesús Montero no da para el papel de Lady Marian.
Por ello y por lo que por mucho trompeteo no se nos quita de encima --y es el pan o su falta y carestía de cada día-- es por lo que me barrunto que esta tormenta económica no se capea con estos trapazos ni con milongas añadidas. Lo que tenemos encima es algo de muy profundo calado y de una extensión telúrica. Se están cayendo los palos del sombrajo y poniéndose en cuestión las memeces y doctrinarios. Por algo muy sencillo, pero de muy difícil solución. Porque lo de ahora afecta a las cosas del comer y del comer de todos. No del de unos delirantes ministerios que se inventan y crean problemas para vivir de ellos.
Pero es eso, exactamente eso, el problema y el lobo que viene, como cuando le vino a Zapatero, lo que no quiere verse y aún menos actuar ante ello como se debe y no como ordena el sectarismo ideológico. Y ello en todos los campos, por ejemplo el energético, y en el campo mismo, ese abandonado de donde pueden venir las mejores soluciones y futuros. No se hará porque es otra cosa la que está en juego, y no es otra que el poder y el permanecer en la torre del homenaje del castillo. O sea, la Moncloa.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.103