5 señales que pueden marcar el fin de una relación

 

Hay muchas señales que pueden vaticinar el fin de una relación. Algunas más obvias que otras, pero todas ellas absolutamente delatoras. ¿Te intriga saber si tu relación va por buen camino y quieres saber cómo detectar estos problemas antes de que sea demasiado tarde? No te preocupes, vamos a ayudarte.

 

 

Cuando la falta de apetito sexual es una constante y empieza a notarse esa falta de atracción física. Cuando cada vez interesa menos experimentar con juguetes eróticos como los EasyToys fleshlight, es porque algo no va bien. 

 

Sí es cierto que puede haber rachas en las que haya menos ganas de pasarlo bien entre las sábanas. El estrés, las preocupaciones, la carga del día a día a veces es algo muy difícil de superar. Sin embargo, cuando ese periodo se alarga durante meses y meses y la frialdad impera, es porque algo no va bien, porque el sol puede estar poniéndose sin que os deis cuenta, o sin que queráis daros cuenta.

 

 

Si hay algo que demuestra que una pareja lo es es, sin duda, la complicidad que hay entre ambas personas. No solo se intuye, se ve, se percibe, sobre todo esos dos cómplices. Tanto es así que, cuando empieza a desaparecer, se nota con suma rapidez. Ya no están esas miradas furtivas, ya no se busca la cercanía al tener una reunión con amigos, ya no existe esa expresión de confianza de antes.

 

En caso de que esto empiece a pasar, puede ser una de esas señales que vaticina el fin de la relación. Si antes era algo que formaba parte de vuestro día a día y se está desvaneciendo, es porque algo no va bien. Tenéis que arreglarlo cuanto antes si queréis seguir adelante en un mismo camino…

 

 

Es cierto que mostrar cariño no siempre es sinónimo de una relación. Hay personas menos propensas a hacer este tipo de muestras, sobre todo delante de terceros. Sin embargo, cuando se nota de puertas para adentro, sí que hay razones para empezar a preocuparse.

 

Gestos tan tontos como no hacer bromas con tintes eróticos, en caso de haberlas antes, son algo que subrayan especialistas como los de EasyToys website. Besos desinteresados, abrazos sin fuerza, manos que no se buscan en ningún momento… Todo eso son pequeños gestos que van restando a la relación o que, más bien, delatan que esta lleva tiempo falta de combustible y necesita recargar o parar el motor.

 

 

Empiezan a cambiar los intereses. Ya no se habla de mirar una casa en la que convivir o de hacer un viaje juntos. Se empieza a plantear la idea de abandonar la ciudad en busca de otras opciones, visitar lugares que nunca te gustaron. Las perspectivas de vida pueden cambiar, es algo completamente lógico porque es una señal de madurez y crecimiento; el problema está cuando estas perspectivas solo necesitan a una persona: su protagonista.

 

La sinceridad debe ir por delante y, si hay que cortar alas a algunos planes locos que se tenían, debe hacerse cuanto antes y con transparencia. Solo así se puede tratar y edificar sobre ello. De lo contrario, la pareja se va mermando y empieza a ser más cosa de uno que de dos.

 

 

Lo habitual es hablar de personas que son tóxicas, pero lo cierto es que muchas veces en realidad la toxicidad proviene de unas prácticas y dinámicas que lo son. A veces esto se convierte en una rutina de la que la pareja no sabe cómo salir, ya que la ha interiorizado y normalizado por completo. Mala señal esa, porque es un daño mutuo constante que no hace bien a nadie.

 

Faltas de respeto, ausencia de confianza, acusaciones lanzadas sin ton ni son, reproches, falta de orgullo por la otra persona… Todo eso no es más que parte de esas dinámicas que dinamitan por completo una relación. O le ponéis remedio, o pronto empezaréis a seguir caminos separados.

 

En caso de detectar varios de estos patrones, uno o todos, no dudes en sentarte a hablar con tu pareja y comentarlo. La comunicación siempre ha de ser fluida y transparente entre los dos si de verdad queréis llegar a construir un buen futuro juntos. Solo tenéis que poner de vuestra parte, escucharos, respetaros y esforzaros por entenderos. Puede sonar complicado, pero, cuando empieza a funcionar, todo surge solo y de forma natural.