Tres catástrofes: virus, nevazo y los Frankenstein

Yo no paraba de mirar las profecías, sobre la inminente tormenta de nieve, en páginas dedicadas a la información meteorológica, quizá porque soy de tierra de nieve y me crié con ella con aquellas botas de goma de los años setenta, circulé por nieve con un seat 1430 y, desde entonces, siempre digo que la nieve es bonita, pero no una broma. Mi padre con más de ochenta años sigue quitando la nieve a paladas, en Las Navas del Marqués, cada vez que cae en la puerta de la casa.

 

He dicho profecías, sí, porque con los aparatos de  ahora no es fácil equivocarse, o sea dijeron que iba caer la nevada del siglo y así fue.

 

El ministro de Interior, sin embargo, y el de Transportes, pues no le dieron demasiada importancia a la cosa. El primero salió con zapatos y chaqueta de marca a recibir a otro que se cree que gobernar es hacer propaganda y presentaciones con piano y orquesta, el presi, el que gusta de ir en falcon, y, ahora, en todoterreno chulo para presentarse, sin pala, en la puerta del ministerio del Interior, sin pisar la nieve y el barro, como para hacer que están trabajando.

 

"¿A qué coño espera el presidente (Rajoy) para pisar el barro?", dijo el menda feminista, con esa palabra, coño, repetida varias veces en su retahíla de demagogia política de baja calaña allá por cuando era sólo Pedro, y no ahora, sólo Sánchez, asesorado por el valido Departamento de Propaganda y Maquillaje de Moncloa. No hay más en este gobierno de coalición Frankenstein.

 

Luego salió el de Transportes, el controlador de Barajas, donde caen aviones presuntamente mafiosos de Venezuela y nevadas crudas, e hizo un chiste sobre el líder del PP, porque éste se dignó a coger una pala un ratito. Pues los madrileños se echaron a la calle a quitar nieve -y ahora hielos- con lo que tenían a mano, como en cualquier escena goyesca: con sartenes, cacerolas, carretillas, palos y escobas, y picos y palas de brigadas que salieron voluntariamente a abrir caminos para ir permitiendo la movilidad, poco a poco, trabajando, no mirando, como han hecho los que se hacen llamar Gobierno de coalición para hacer escudos sociales, escudos a sí mismos, claro, que no al pueblo.

 

Ahora cambien la frase susodicha anteriormente y donde dice Rajoy, pongan Pedro o Pablo.  Por ejemplo: "¿A qué coño espera el vicepresidente (Iglesias) para pisar el barro (la nieve)?". 

 

Están en el gobierno y siguen haciendo oposición a la oposición. Y no gobiernan, para qué. El vicepresidente neocomunista, supuestamente vice de lo Social, bastante hace con ser el comentarista en redes sociales de asuntos sociales, tan importantes como las series de tv que ve en productoras capitalistas, netflix está de moda (no lo tengo, pero todo el mundo habla de eso), con lo que odian los de Podemos lo privado, lo capitalista, es un fan de esta multinacional, habiendo cosas públicas tan interesantes como el parte nacional teledirigido de TVE, ¡hay qué ver!, ¡cuánto tiempo tiene para ver la tele y escuchar música!, en plena pandemia, en pleno nevazo, en plena crisis económica, en plena catástrofe tras catástrofe que padece España, siendo el vicepresidente tercero de los social en un país que necesita de un gobierno serio y que se está yendo al traste otra vez, afectando a todas las clases sociales, a las que machacan con una ideología económica ruinosa. 

 

Estamos, en este momento, pues ante tres catástrofes: uno el Gobierno frankenstein; dos, el nevazo de la borrasca Filomena que ha paralizado Madrid, ha causado destrozos y daños en infraestructuras y arbolado, y lo peor ha bloqueado la ciudad, la economía, negocios cerrados, coches entre hielos, como si tuvieran cepos, calles como pistas de patinaje, la gente caminando como patos, etc, con lo que supone todo ello en millones en pérdidas, afectación al empleo, a la movilidad, la parálisis de la enseñanza, etc; y además, la tercera catástrofe, el virus, disparado, la epidemia en su tercera ola.

 

Como dicen algunos, sólo falta una invasión extraterrestre o un diluvio. Goya habría pintado otra vez a los madrileños con esas sartenes y cacerolas quitando nieve, mientras el presidente y su corte lo ven por la tele en sus palacetes, con la calefacción y la luz a tope, que para eso han decidido subir los impuestos a los votantes. Es lo que hay.