Los hechos sucedieron el 17 de julio cuando un agente estaba acompañando a unos transeúntes a un alojamiento cerca de la calle Montera, 32. Allí vio que había una reyerta en la que tres individuos estaban propinando "patadas y puñetazos" a dos camareros. Todo ello porque los agresores pidieron entrar a los aseos del local y los empleados les explicaron que eran de uso exclusivo para clientes y que no podían pasar.
El agente solicitó a uno de los individuos la documentación cuando salió corriendo, pero gracias a la colaboración ciudadana pudo retenerle. A los otros dos, que también huyeron, los consiguió detener otra patrulla de la Policía Municipal. Los tres han sido puestos a disposición judicial.
Por su parte, uno de los camareros presenta contusiones leves y otro golpes por el cuerpo al que han tenido que poner puntos de sutura en el labio.
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