Jamón serrano, una delicia y un icono de la cultura española

 

 

No es casual que existan marcas prestigiosas de alimentos que se especializan en este producto específicamente, y que ofrecen una gran variedad de presentaciones, con máxima excelencia y sabor inigualable para que quien los pruebe por primera vez, no lo olvide jamás.

 

Los jamones serranos son un ágape imprescindible en la cocina de casa, en restaurantes y hostelerías de España. Cada persona se decanta por la presentación que mejor se adapta a los gustos, exigencias y necesidades, y en este sentido, es posible seleccionar distintos tipos de jamones.

 

Para los más apegados al gusto de comer esta delicia cuando le plazca, no hay nada que se iguale a tener a disposición una pata de jamón propia, para cortar lonchas a placer y saborearlas con gusto.

 

Sin duda alguna es una experiencia muy gratificante que muchos tienen al alcance. Además es una experiencia para compartir con elegancia y distinción, junto a invitados y familiares en reuniones o celebraciones, haciendo gala del gran significado de saborear uno de los grandes iconos de la gastronomía española.

 

 

Fabricado con carne de cerdos de capa blanca criados en libertad y en medio de la naturaleza que ofrece el Valle de Pedroches. La carne es curada durante unos 14 meses en bodega natural, de ahí su extraordinaria calidad y estupendo sabor.

 

 

Para su fabricación se utilizan cerdos blancos procedentes de la península ibérica, todos ejemplares libres, lo cual influye directamente en su gran sabor. Un manjar serrano que lleva un proceso de curación superior al año que puede llegar a los 14 meses y todo con el propósito de conseguir una maduración ideal y equilibrada.

 

 

El cuidado y las atenciones de los cerdos que dan origen a uno de los manjares más deliciosos que existen, en materia de jamones, es la clave para obtener un producto de sabor inigualable.

 

Estos animales comen, corren y disfrutan a su antojo en un gran espacio libre y 100% natural.

 

Luego son seleccionados los ejemplares con total minuciosidad, y de cuya carne se obtendrán jamones serranos con sabores increíbles y capaces de satisfacer hasta los paladares más experimentados.

 

Suma calidad y prestigio, y el proceso de maduración natural en condiciones muy bien controladas, y por espacio de 16 meses.

 

 

Como su nombre indica, el producto proviene de ejemplares de la raza Duroc, y por lo tanto, se ubica entre los mejores jamones de este tipo que se pueden comer.

 

El cerdo Duroc es, sin duda alguna muy especial, ya que dispone de una alimentación natural y saludable, compuesta de cereales y pasto natural al cual tienen acceso cuando desean en el Valle los Pedroches. Para añadir valor al producto, las carnes se someten a un proceso de curación no menor a los 16 meses.

 

En todos los casos, detrás de estos excelentes productos hay un equipo de personas experimentadas que se dedican con mucho esmero, mucho trabajo y un tremendo esfuerzo a la cría de los cerdos y al procesamiento de sus carnes, obteniendo así productos de buena calidad, que son toda una experiencia de sabor, bocado a bocado.

 

Cada etapa del proceso está muy bien cuidada, no hay nada que se deje al azar y aún cuando los animales se crían en espacios libres, se les procura un ambiente natural sano, en el que dispongan de los nutrientes y la calidad de vida necesaria para que se desarrollen sanos y robustos.

 

Cada tipo de jamón serrano viene con sus propias certificaciones y etiquetas para poder saber qué tipo es cada uno de ellos al seleccionarlos.